Under Fire

Uno de los varios títulos con los que, a comienzos de la década de los 80, el mundo del cine se centró en las labores periodísticas (“The Year of Living Dangerously” y “The Killing Fields”, e incluso la posterior “Salvador”, comparten dicha premisa). En esta ocasión la acción se sitúa en 1979 en Nicaragua, país gobernado por un dictador ante el cual se alzan tropas rebeldes que pretenden derrocar su régimen. Allí acuden, en búsqueda de la noticia, entre otros, tres periodistas norteamericanos (Nick Nolte, Joanna Cassidy y Gene Hackman), así como varios personajes que podrían pertenecer a la CIA (Ed Harris, Richard Masur). Cuando el régimen nicaragüense afirma haber matado a Rafael, el líder revolucionario, los periodistas acuden a la región en que supuestamente se encuentra a fin de tratar de desmentir a la prensa oficial. “Under Fire” probablemente sea la mejor película de su director, Roger Spottiswoode, antiguo montador de Sam Peckinpah, quien se beneficia de las estupendas localizaaciones, de un buen guión co-escrito por Ron Shelton y obtiene buenas interpretaciones de su reparto, aunque el tono de denuncia quizá sea algo ligero como para ser tenido demasiado en cuenta. Jerry Goldsmith también fue autor de la banda sonora, en uno de sus trabajos más celebrados.

El director de fotografía fue el británico John Alcott [BSC], conocido sobre todo por sus cuatro colaboraciones con Stanley Kubrick: “A Clockwork Orange” (1971), “Barry Lyndon” (1975) -por la que obtuvo el premio Oscar a la mejor fotografía, además de todos los restantes premios de su temporada- así como “The Shining” (1980). Además de estas películas, John Alcott ya se había hecho cargo de la secuencia “The Dawn of Man” de “2001: A Space Odyssey” (1968), película que había rodado como foquista, después que su maestro Geoffrey Unsworth tuviera que abandonar el rodaje para atender compromisos previos, lo que supuso del debut de Alcott como director de fotografía. Alcott rechazó rodar “Full Metal Jacket” (1987) para Kubrick debido a que los métodos del director neoyorquino eran ya dificilmente soportables para él; de hecho, falleció en 1986, a los 55 años de edad, víctima de un ataque al corazón, antes del estreno de ese film. En su corta carrera, fotografió “Overlord” (Stuart Cooper, 1975), “March or Die” (Dick Richards, 1977), “Terror Train” (Roger Spottiswoode, 1979), “Fort Apache: The Bronx” (Daniel Petrie, 1981), “The Beastmaster” (Don Coscarelli, 1982), “Vice Squad” (Gary Sherman, 1982), “Greystoke” (Hugh Hudson, 1984) y “No Way Out” (Roger Donaldson, 1987), su película póstuma.

John Alcott era conocido por propugnar siempre un estilo muy naturalista o realista y por emplear niveles de iluminación muy bajos y lentes a grandes aperturas de diafragma para conseguir exponer correctamente el negativo con los mismos. Ya desde “Vice Squad”, además, Alcott añadió a su repertorio el uso de emulsiones de alta sensibilidad, aparecidas en aquél momento, que en el caso de aquél film incluso llegó a forzar en el revelado para conseguir rodar con niveles de luz aún más bajos. En el caso de “Under Fire”, si bien es cierto que las imágenes son muy naturalistas, lo cierto es que Alcott se contuvo algo más, en el sentido de que no fue tan al límite como en el citado film, o en “Terror Train” para el mismo director, o incluso en “The Beastmaster”. Ello hace que el aspecto resulte algo más pulido y sofisticado y no tan crudo, ya que aunque el film sea realista, también hay cierta pretensión de ambientar la película en un lugar tan concreto como centroamérica a finales de los 70. Por ello hay mútiples planos de exteriores que, por ejemplo, hacen uso de filtros degradados coloreados, no solo para controlar las exposiciones de los cielos (algo que Alcott hacía ya en “Barry Lyndon” o en “March or Die”), sino también, para añadir una capa adicional de colores cálidos, anaranjados o rosáceos y tratar de aproximar sus cielos a las latitudes del ecuador. También en este aspecto hay cierta pretensión, aunque no del todo consistente en la proyección, de rodar gran parte del material exterior diurno (en México en vez de Nicaragua) evitando las horas centrales del día, de manera que además del tradicional contraluz del director de fotografía, se añadan tonos cálidos fruto de tener el sol más bajo; pero como indicamos, ello es más una intención que un logro, ya que probablemente Alcott y Spottiswoode tuvieran que rodar en condiciones de luz cambiantes, adaptándose a las circunstancias.

Los interiores son interesantes, porque son sobre todo los que muestran ese gusto de Alcott de rodar muy abierto de diafragma (con los Zeiss High Speed T1.4) y con fuentes de luz integradas en los decorados, siempre que le es posible, y que las mismas lleven a cabo gran parte del trabajo de iluminación. Ello a veces hace que el film tenga algunos problemas de foco, lógicos teniendo en cuenta que las lentes están abiertas o casi abiertas, aunque con ello se consigue un look muy realista, sobre todo teniendo en cuenta la época. En interiores día, la luz de Alcott está siempre justificada en las ventanas de las estancias y siempre actúa como una fuente de luz muy grande y muy suave, que resulta muy bonita y envolvente. A veces, como en la escena en la que los rebeldes solicitan la ayuda de Nick Nolte y Joanna Cassidy para hacerle la foto a Rafael, hay algún recurso esteticista, como el doble (e imposible) haz de luz que proyecta Alcott en el interior de la estancia. Estos elementos disonantes (como también lo son en cierto modo los degradados en exteriores día) no empañan que la película resulta muy realista en casi todo momento, con el toque justo para que no se perciba como un documental (cosa que “Under Fire” no es) y sí como una obra de ficción que pretende ser real aún cuando narra una historia de ficción, con personajes ficticios, aunque inspirada en hechos más o menos reales. Sirva como ejemplo el tipo de fotografía que Alcott hace en exteriores, evitando siempre el empleo de un relleno mediante luz artificial y sustituyéndolo por reflectores en los planos cortos, para hacer que la luz resulte más naturalista, mientras que en las tomas generales, casi siempre un filtro cambia o matiza el color del cielo.

Los resultados son bastante buenos en el aspecto visual, siendo “Under Fire” además, como conjunto, una de las películas más logradas (en su conjunto) de John Alcott fuera de sus colaboraciones con Stanley Kubrick. De hecho, siempre se ha dicho que para poder rodar en Estados Unidos, Alcott tuvo que aceptar producciones no sindicadas en primer lugar, pero falleció cuando ya comenzaba a rodar películas sindicadas; en el film que iba a empezar a rodar cuando falleció, “Project X” (Jonathan Kaplan, 1987), fue sustituido por Dean Cundey. Quizá este modo realista de rodar, con relativos pocos medios incluso cuando se trataba de producciones como la presente, que los tenían, haya quedado un tanto desfasado a día de hoy -en el sentido de que en nuestros días es más sencillo obtener imágenes realistas y que las mismas resulten consistentes rodando en digital y con un etalonaje también digital, en contraposición al modo artesanal empleado aquí, que no siempre es tan coherente- pero ello no impide apreciar el gran gusto y personalidad de un director de fotografía que, desgraciadamente falleció demasiado pronto. Los españoles Julio Leyva (foquista) y Salvador Gil (operador de cámara) figuran en los créditos como miembros del equipo de Alcott, que trabajó con ellos en varias de sus producciones de la época.


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Título en España: Bajo el Fuego
Año de Producción: 1983
Director: Roger Spottiswoode
Director de Fotografía: John Alcott, BSC
Ópticas: Zeiss High Speed T1.4, Cooke Varotal
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.85:1
Otros: director de fotografía de segunda unidad Egil Woxholt, BSC

Vista en Blu-ray

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