Blood Simple

Debut cinematográfico de los hermanos Joel & Ethan Coen, quienes desde entonces se han convertido en unos de los cineastas más importantes e influyentes del séptimo arte. La historia, ambientada en Texas, es puro cine negro, con algunas pinceladas de comedia también negra, de manera que ya desde esta irrupción en el cine los hermanos muestran gran parte de sus posteriores credenciales. Una pareja de amantes (John Getz y Frances McDormand) van a ser asesinados por un detective privado (M. Emmet Walsh) contratado por el marido de la mujer (Dan Hedaya), pero una serie de confusiones y complicaciones acaban desatando más violencia y más crímenes. Con un estilo visual muy sólido, los hermanos filman una película que, de todos modos, quizá funciona mejor por algunas de sus inolvidables escenas (como la del enterramiento, o la de la mano en la ventana) que como conjunto, por ser quizá su argumento y desarrollo demasiado enrevesado para resultar totalmente creíble, aunque no es descartable que ello importase más bien poco a los hermanos.

El director de fotografía fue Barry Sonnenfeld. Posteriormente conocido principalmente por su faceta como director en películas como “Men in Black” o “Wild Wild West”, Sonnenfeld también realizó su debut en cine en el presente título. Posteriormente, trabajó de nuevo para los hermanos en “Raising Arizona” (1987) y “Miller’s Crossing” (1990), que sería su última colaboración ya que Sonnenfeld ya se pasó a la dirección en 1991 con “The Addams Family” (1991), con fotografía ni más ni menos que de Owen Roizman, mientras que en ese mismo año los hermanos colaboraron por primera vez con Roger Deakins en “Barton Fink”. Como director de fotografía, Barry Sonnenfeld todavía tuvo tiempo de encargarse de “Three O’clock High” (Phil Joanou, 1987), “Throw Momma From The Train” (Danny De Vito, 1987), “Big” (Penny Marshall, 1988), “When Harry Met Sally” (Rob Reiner, 1989) y “Misery” (Rob Reiner, 1990). Se rumorea que fue el director de fotografía original de “Tango + Cash” (Andrei Konchalovski, 1989) y que fue el encargado de finalizar “Goodfellas” (Martin Scorsese, 1990) cuando Michael Ballhaus tuvo que abandonar el rodaje debido a compromisos previos.


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Rodada con un presupuesto relativamente bajo (de un millón y medio de dólares) durante un período de ocho semanas, “Blood Simple” se beneficia desde luego de una puesta en escena muy metódica y concisa por parte de los Coen, circunstancia que también caracteriza su obra y que, desde luego, también facilita la labor de su director de fotografía. Y no es que Barry Sonnenfeld lo tuviera facil, ni mucho menos, porque se trata de una película con algunas localizaciones y secuencias muy dificiles de ejecutar y de las que Sonnenfeld sale generalmente muy airoso. Rodada con el primer juego de lentes Zeiss ultraluminosas para cine (los Zeiss T1.4 “High Speed”, también conocidos como “B Speeds”, con un iris triangular), “Blood Simple” hace un uso muy intenso del color, muy teatral, destacando tonos azules muy saturados para generar un ambiente nocturno y, a veces, mezclados con otros tonos primarios de rojo o incluso de verde, aunque lo cierto es que el azul domina por completo. Parte del argumento gira en torno al club del que uno de los protagonistas es dueño, y en las escenas en que aparece el mismo, Sonnefeld también hace uso de luces de neón integradas que, si bien no realizan un gran trabajo de iluminación, al menos le sirven para definir fondos y dar ambiente al local.

Sin embargo, más allá incluso de este expresivo uso del color, quizá destaca más la ambientación de cine negro aunque sea “en color” de la que hace gala la película. Las escenas nocturnas por lo general están fotografiadas en un estilo de luz dura muy interesante, generalmente combinada además con esas gelatinas azules tan intensas, de manera que las sombras son muy profundas, muy negras y, las altas luces, teñidas, generando un aspecto muy interesante que además de ser un gran planteamiento estético sobre el papel, lucen muy bien en pantalla. A veces la ejecución no es óptima, bien por tratarse de un debut o bien porque el presupuesto o el tiempo quizá no permitían más florituras, pero lo cierto es que todas esas escenas nocturnas, incluyendo los exteriores, con esa gran escena en la carretera y el enterramiento -que parece extraída de “Fargo” (1996)- poseen un aspecto muy consistente y generalmente están muy bien realizadas. Curiosamente, lucen menos interesantes y elaboradas las escenas diurnas, bien sea en exteriores o en interiores, con algunos momentos en los que la luz de relleno o luces principales de Sonnenfeld no son del todo creíbles en su imitación de la luz solar (en las escenas en que el marido se presenta en casa de los amantes, o en la que el marido encarga el asesinato al detective, por ejemplo).

Los resultados, por consiguiente, son muy buenos, especialmente si se tiene en cuenta que se trata de un debut en cine de todos los implicados, con las enormes dificultades que ello conlleva siempre. El film posee un estilo visual propio, con personalidad, está realizado de manera muy consistente y es evidente que la ambientación “noir” les funciona a la perfección a los cineastas, que de hecho la han llevado a cabo posteriormente con cierta frecuencia en su obra, sobre todo cuando han trabajado con Roger Deakins. Quizá hay detalles de ejecución que no están tan logrados (algún primer plano de Dan Hedaya, las mencionadas escenas diurnas), pero lo cierto es que cuando Sonnenfeld se pone a iluminar generalmente no es que lo haga bien, sino que además lo hace muy bien, con una muy sugerente mezcla de color y de luz dura para crear los ambientes y estética de cine negro de este gran debut en cine.

Título en España: Sangre Fácil
Año de Producción: 1984
Director: Joel Coen
Director de Fotografía: Barry Sonnenfeld
Ópticas: Zeiss T1.4 High Speed
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.85:1

Vista en Blu-ray 4K

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