In The Heat of the Night

Adaptación de una novela de John Ball, escrita para la pantalla por Stirling Silliphant, que está ambientada durante un cálido verano en un pueblo ficticio del estado de Mississippi. Allí, cuando un policía local (Warren Oates) descubre el cadáver de un empresario durante una patrulla de madrugada, el Sheriff (Rod Steiger) decide terminar rápidamente el caso acusando a un hombre de raza negra (Sidney Poitier) del crimen. Pero resulta que este hombre es un detective de homicidios de Filadelfia y, para sorpresa de los locales, le es asignado el caso con el apoyo de la viuda (Lee Grant) del fallecido, con las reticencias de todos los lugareños por cuestiones raciales. Se trata de un film importante, de éxito comercial y notable reseñas críticas, que obtuvo el Oscar a la mejor película, mejor actor (Steiger, aunque Poitier ni siquiera fue candidato al premio), guión, efectos de sonido y montaje (para el futuro director Hal Ashby), en el que el director Norman Jewison, especialista en películas comprometidas, lleva a la pantalla un tema entonces delicado con oficio, firmeza y convicción. Quizá la historia detectivesca en sí es lo más flojo de una película caracterizada sobre todo por sus interpretaciones y fuerza de su temática, que perdura muchos años después de su estreno.

El director de fotografía fue Haskell Wexler [ASC], que venía de alzarse el año previo con el último Oscar otorgado a la mejor fotografía en la categoría de cine en blanco y negro (el último porque la categoría desapareció). “In the Heat of the Night” fue el primero de los tres títulos en los que trabajó para el director Norman Jewison (“The Thomas Crown Affair” al año siguiente, y “Other’s People Money”, ya en los 90, son los otros dos) y también fue la primera película de Wexler en color. Formado con un estilo clásico, pero siempre interesado en el género documental y en el cine de denuncia -en el que moderadamente se puede incluir el presente film-, Wexler fue uno de esos directores de fotografía que fue capaz de evolucionar hacia un estilo moderno, de luz suave y difusa, solo que en su caso dicha evolución fue muy veloz, ya que en títulos siguientes como “Medium Cool” (dirigida por el mismo en 1969) o “American Graffiti” (George Lucas, 1973) ya se evidencia su huida sobre los postulados de Hollywood. Ganó su segundo Oscar por la espléndida “Bound for Glory” (Hal Ashby, 1976), director con el que trabajó de nuevo en “Coming Home” (1978). De su posterior asociación con John Sayles saldría “Matewan” (1987), por la que fue nuevamente nominado al Oscar, consiguiendo su última candidatura por “Blaze” (Ron Shelton, 1989). Se mantuvo activo pasados los años 70 en proyectos cinematográficos de menor escala, e incluso continuó rodando sus propios documentales prácticamente hasta su fallecimiento con 93 años en 2015.

El caso de Haskell Wexler es similar en cierto modo al de su colega y socio en publicidad Conrad Hall, que iluminó sus primeras películas en color prácticamente de la misma manera que trabajaba en blanco y negro. En este caso, no obstante, Wexler aseguraba que había sido el primer director de fotografía en tener en cuenta, trabajando en este medio, el tono de piel de su actor protagonista. Sea como fuere, lo cierto es que el estilo de “In the Heat of the Night” es absolutamente clásico: se trata de una fotografía en la que en su arranque, con escenas nocturnas, se aprecian perfectamente estas raíces. Cada luz que se ve en pantalla corresponde con un aparato concreto que posee una función muy clara y definida, bien se trate de una luz principal sobre los actores, un contraluz, una luz de relleno o luces concretas sobre determinados elementos de los fondos para producir el correcto efecto nocturno (generalmente con geles azulados) o simplemente, una profundidad en las escenas que transcurren de noche. Este estilo, por supuesto siempre ejecutado mediante luz dura de aparatos fresnel, luce muy bien en pantalla, si bien, como es lógico, ancla mucho a la película en su época de rodaje, por más que muy poco tiempo después los directores de fotografía más importantes estuvieran empleando estilos muy diferentes, mucho más naturales y más modernos. De hecho, en las secuencias que tienen lugar en la comisaría de policía, se pueden ver intentos por parte de Wexler por introducir algo de luz rebotada o suavizada, aunque el estilo predominante del film sea el de la clásica luz dura.

En sus exteriores, que tienen el mérito de no estar rodados además en Mississippi, sino en Illinois, que no podría ser más diferente y opuesto al clima y paisaje del estado sureño, Wexler en apariencia también emplea luces de tungsteno incluso como relleno, a fin, quizá de lograr un aspecto adecuadamente cálido y que haga justicia al título de la película. Sus cielos aparecen muy azules y en claro contraste con el aspecto de todo lo que se ve en pantalla, que corresponde a una paleta de color mucho más marrón o terrosa. En estas escenas el aspecto también es sumamente clásico, con luces empleadas sobre los actores y un acabado que muestra mucho oficio, aunque Wexler se aventura, aunque de forma moderada, a emplear una herramienta relativamente novedosa en aquél momento como lo era el zoom, que seguramente era además el clásico Angenieux 25-250mm (f/3.2 – T3.9), el mismo empleado por Sergio Leone en sus Spaghetti-Westerns. El resto del film, sin ningún género de duda, está rodado con las ópticas Bausch & Lomb Super Baltar, cuyos espectaculares flares azulados y órbitas rojas en torno a los faros de los coches son inconfundibles, si bien su suave desenfoque, otra de sus características, es menos visible porque casi todo el film, incluidos sus interiores, está más bien rodado entre T4 y T5.6, lo que hace que la profundidad de campo sea abundante.

Por ello, incluso a pesar que en los interiores diurnos hay un cierto esfuerzo por justificar entradas de luz desde la calle, con haces de luz dura entrando por las ventanas -el film está rodado principalmente en platós- el estilo de “In the Heat of the Night” es muy clásico, pues incluso cuando Wexler pretende ponerse dramático, lo que hace es emplear luces duras dirigidas sobre los actores y mucho menos o ningún relleno sobre los mismos, como por ejemplo en la escena hacia el final de la proyección en la que Sidney Poitier acude a la casa de Rod Steiger. Ello no impide ni mucho menos que la fotografía de Haskell Wexler no sea disfrutable, sino lo contrario, es una especie de oda y canto de cisne al estilo clásico de Hollywood, que resulta curioso sobre todo teniendo en cuenta que procede de quien prácticamente fue un “outsider” de su sistema, un hombre capaz de entrar o salir del mismo y de codearse o enfrentarse a Hollywood en función de sus ideales.


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Título en España: En el Calor de la Noche
Año de Producción: 1967
Director: Norman Jewison
Director de Fotografía: Haskell Wexler, ASC
Ópticas: Bausch & Lomb Super Baltar, Angenieux 25-250mm
Emulsión: Kodak 5251 (50 ASA)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.85:1

Vista en Blu-ray 4K

© Ignacio Aguilar, 2024.