The Offence

Oscura adaptación de una obra de teatro de John Hopkins, escrita para la pantalla por el propio autor y filmada por el norteamericano Sidney Lumet en Inglaterra, en el mismo año en que estrenó otro clásico como «Serpico». En la cinta que nos ocupa, Sean Connery interpreta a un sargento de la policía, con veinte años de servicio a sus espaldas, que investiga el caso de un supuesto violador (Ian Bannen) de chicas jóvenes. Sin embargo, durante el interrogatorio, el personaje de Connery pierde los estribos y golpea al sospechoso en comisaría. «The Offence» tiene mucho más de película de análisis psicológico que de un thriller al uso, con una trama de investigación que interesa muy poco o nada a los cineastas, los cuales se centran en la violenta reacción del personaje de Connery a través de los diálogos con su esposa (Vivien Marchent) o uno de los altos cargos policiales (Trevor Howard). Los resultados son buenos, especialmente en lo relativo al capítulo interpretativo (como no podría ser de otra manera con Lumet, claro está), pero es una película que se separa poco de sus orígenes teatrales y con largas escenas de diálogos que a veces parecen demasiado estirados, de modo que no se encuentra entre lo mejor de su autor y mucho menos entre lo más conocido, ya que fue un fracaso de público.

El director de fotografía fue el británico Gerry Fisher [BSC], quien trabajó un total de tres veces a las órdenes de Sidney Lumet, siempre en películas no consecutivas (de hecho, no repitió hasta 1988 con «Running on Empty«). Antiguo operador de cámara de Jack Hildyard, en su carrera como principal operador destaca sobre todo su asociación con el director Joseph Losey, quien precisamente le dio su primera oportunidad como director de fotografía en «Accident» (1967), titulo que sería seguido por otros como «The Go Between» (1971) o «Mr. Klein», entre un total de ocho trabajos para el realizador. Además, Fisher es autor de una variada obra que incluye trabajos para Richard Fleischer («Blind Terror», 1971), Richard LesterJuggernaut«, 1974), Billy WilderFedora«, 1978), William Peter Blatty («The Ninth Configuration«, 1980), Michael Wadleigh («Wolfen«, 1981), John Huston («Victory», 1981) o hasta Russell MulcahyHighlander«, 1986) o el exigente John Frankenheimer («The Fourth War», 1990), mostrando una considerable capacidad de adaptarse a las circunstancias y estilo de cada rodaje.

A pesar de ello, las imágenes de Gerry Fisher suelen ser fácilmente reconocibles porque era un operador que, a pesar de haberse formado principalmente bajo las órdenes de un clásico como Hildyard, siempre mostró su deseo y preocupación por crear imágenes más naturales y realistas que las que propugnaban los directores de fotografía de la generación inmediatamente anterior a la suya. Pero salvo contadas excepciones como «Juggernaut», Fisher tampoco fue un innovador como John Alcott o David Watkin. De modo que la estética de «The Offence» es fácilmente reconocible, porque su material, casi íntegramente nocturno o de interiores, presenta un aspecto más moderno y natural que el del cine clásico británico y no digamos ya el norteamericano, pero con ciertas limitaciones. Así por ejemplo, los interiores de la comisaría, que disponen de muchas fuentes de luz cenital integradas en los techos, está fotografiados de tal manera que tratan de transmitir la ilusión de que dichas fuentes son las que realizan el verdadero trabajo de iluminación, pero salvo en contadas ocasiones, son aparatos fuera de campo, fuera de la vista del espectador, los que realmente iluminan las estancias. Lo mismo ocurre exactamente en el otro decorado principal, la casa del sargento interpretado por Connery, en la que vemos múltiples fuentes de luz integradas pero siempre complementadas por luces fuera de campo.

Cierto es que la manera de rodar de Sidney Lumet complica mucho la existencia al director de fotografía. Para comenzar, porque la película se abre con una larga secuencia a cámara lenta que ya de por sí implicaba tener que iluminar para diafragmas elevados, a fin de poder reducir el ángulo de obturación (por cierto, los fluorescentes integrados, verdosos, flickean mucho, pero contribuyen al aire psicodélico de la secuencia de apertura) y compensar la pérdida de luz. Pero es que además, Lumet es un director muy conocido por su sobriedad tras la cámara, pero también por su magnífico empleo de las focales y de la profundidad en determinados momentos de máxima intensidad en los diálogos y confrontaciones entre personajes (véase «The Hill«). Y aquí, en «The Offence», precisamente todo gira en torno a ese tipo de escenas. De modo que Lumet coloca la cámara muy cerca de los personajes y con focales tipo 32mm, ubica a otro personaje en el fondo que no está perfectamente enfocado, pero si con un enfoque muy razonable que sugiere el empleo de diafragmas cercanos a T/8.0. Teniendo en cuenta que las emulsiones de la época eran de 100 ASA, ello implicaría una intensidad de luz de entre 200 y 400 candelas y ello suponiendo que Fisher forzase un diafragma en el revelado. Por ello resulta bastante complicado exigir un aspecto naturalista con dichos condicionantes técnicos.

Aún así, Fisher a veces lo consigue, o consigue un aspecto interesante escondiendo grandes aparatos y creando contraluces desde detrás de columnas, abriendo los techos, etc. pero en determinadas escenas no puede evitar que aparezcan sombras de sus personajes proyectadas sobre las paredes del decorado, fruto de estar iluminando realmente las escenas con aparatos tipo Fresnel y no con las lámparas o luces integradas. Tampoco puede evitar que el aspecto frío, grisáceo del film no resulte, a propósito, nada atractivo. Pero esta es una elección clara de Lumet, decidido a contar una historia sobre gente brutal en un ambiente lo más deprimente posible (que incluye múltiples ejemplos de arquitectura brutalista, valga la redundancia). El efecto es por tanto una película incómoda, que no es vistosa aunque sí moderna para la época, cuyo diseño está totalmente encaminado a mostrarnos que hay en la mente del personaje principal. Y cuando ello por fin se desvela, resulta que todo es tan deprimente y gris como la propia estética que envuelve al personaje principal y a todo el film en general.


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Título en España: La Ofensa
Año de Producción: 1973
Director: Sidney Lumet
Director de Fotografía: Gerry Fisher, BSC
Ópticas: Panavision Esféricas
Emulsión: Kodak 5254 (100T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.66:1

Vista en HDTV

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