The Go-Between
Tercera y última colaboración cinematográfica entre Harold Pinter, que en esta ocasión adapta una novela de L.P. Hartley, y el cineasta norteamericano Joseph Losey, tras sus trabajos previos en “The Servant” y “Accident”. Una vez más ambientada en Inglaterra y con el tema de los estamentos sociales como fondo, la historia está centrada en Leo, un joven muchacho que va a pasar el verano junto con un compañero de colegio perteneciente a la alta sociedad. En la casa de la campiña en que estos viven todos se esfuerzan en acoger al joven, aunque entabla una relación especial con la hermana de su amigo (Julie Christie) y con un vecino granjero (Alan Bates). Desconociendo que ambos son amantes secretos, el joven se presta a hacer de correo de los mensajes que se envían. Edward Fox, Michael Redgrave, Michael Gough, Dominic Guard y Margaret Leighton completan el reparto de una película cuyo argumento se va clarificando muy lentamente pero con suma precisión, con una temática muy en la línea de las anteriores colaboraciones de Pinter y Losey (en las que la hipocresía de los personajes, o sus motivaciones ocultas, juegan un papel esencial) y notables resultados.
El director de fotografía fue Gerry Fisher [BSC], en la tercera de las ocho películas que fotografió para Joseph Losey. En cierto modo el realizador fue su valedor en cine, ya que a pesar que Fisher era un prestigioso segundo operador, con una carrera forjada en los equipos de directores de fotografía de prestigio en la industria británica como Robert Krasker, Ted Scaife y sobre todo, Jack Hildyard, no dio el salto a la dirección de fotografía hasta los 40 años de edad, cuando Losey, para el que había operado en “Modesty Blaise” (1966) a las órdenes de Hildyard, le ofreció el puesto de primer operador para “Accident” (1967). Aunque dicha obra tuvo resultados irregulares desde el punto de vista estético, lo cierto es que supuso el inicio de la carrera de Fisher, un notable director de fotografía que trabajó para un grupo de directores de primera línea como Billy Wilder (“Fedora”), John Huston (“Victory”), Sidney Lumet (“The Offence”), John Frankenheimer (“The Fourth War”) o Richard Lester (“Juggernaut”), además de participar en rarezas como “Wolfen” (Michael Wadleigh, 1981) o “The Ninth Configuration” (1980) o “Exorcist III” (1990), en ambos casos a las órdenes del novelista y productor William Peter Blatty, que solo se puso tras las cámaras en esas dos películas.
La estética de “The Go-Between” es refinada y muestra a un Gerry Fisher mucho más seguro y experimentado en su oficio de director de fotografía que el de “Accident”, en la cual la imagen era irregular y no siempre acertada. Rodada en bellas localizaciones de la campiña inglesa, se trata de una película rodada prácticamente en su integridad a través de objetivos zoom, seguramente el 25-250mm de Angenieux, cuyo rendimiento no era especialmente bueno (más bien todo lo contrario si no se empleaba con diafragmas muy cerrados). Sin embargo, complementado con los clásicos Cooke Speed Panchro para las escenas interiores y aquéllas en que los niveles de luz eran demasiado pobres para emplear el zoom (que abría a T3.9 con una emulsión de 100 ASA), ello hace que la imagen de “The Go-Between” posea una estética suave sin la necesidad de recurrir a filtros difusores o de bajo contraste, al menos como regla general, lo que sí hacía por ejemplo “Barry Lyndon” (1975). El uso del zoom a veces ha quedado desfasado, pero no es un film que destaque especialmente por su sobreutilización, especialmente si tenemos en cuenta que era un recurso muy de moda en aquélla época.
Fisher lleva a cabo un trabajo que no llega a los niveles de naturalismo de directores de fotografía de su generación, como David Watkin, Billy Williams o John Alcott (que era un poco más joven), pero sí lo suficientemente rompedor con el clasicismo de los de la anterior, los fundadores de la sociedad británica de directores de fotografía (BSC): los Slocombe, Challis, Francis o Freddie Young, con las excepciones de Geoffrey Unsworth y Oswald Morris, que sí evolucionaron hacia unos estilos más naturalistas que otros de sus compañeros. Por lo tanto, Fisher siempre que puede buscar la inspiración a la hora de iluminar sus interiores en las fuentes naturales de los decorados, como los grandes ventanales de la mansión en que se desarrolla el grueso de la acción, pero o bien necesita luz de una textura más dura que la que se comenzaría a emplear muy poco después, o bien sus niveles de luz de relleno denotan de manera inmediata el uso de iluminación cinematográfica para compensar entre la luz del exterior y la que entra en el interior. Todo ello está bien realizado por Fisher, que en muchos exteriores también recurre al contraluz y sobreexponer los fondos para rodar de la manera más directa posible, pero aún se queda un poco a medio caballo entre lo que había aprendido de sus maestros y lo que se impondría muy poco después.
Por lo tanto, los resultados desde un punto de vista estético son buenos, pero ni son notables ni especialmente brillantes, salvo que consideremos que las numerosas tomas captadas en los exteriores de la campiña inglesa a modo de planos generales y de situación sean obra exclusiva del director de fotografía. Estas tomas, algunas de ellas muy buenas, quizá tienen más de búsqueda de una composición interesante en el entorno y el paisaje que una labor de elección de la hora óptima del día para rodar o de la exposición. A pesar de ello, en un año en que hubo notables trabajos de directores de fotografía británicos (“The Devils”, “Fiddler on the Roof”, “A Clockwork Orange”, “Sunday Bloody Sunday”), los colegas de la Academia Británica consideraron el trabajo de Fisher lo suficientemente importante para formar parte del cuarteto finalista, aunque curiosamente el premio lo ganó un italiano, Pasqualino de Santis, por su trabajo en “Morte A Venezia” a las órdenes de Luchino Visconti y con Dirk Bogarde, creando una atención hacia su trabajo que quizá le hizo ser seleccionado por Losey para ser su diretor de fotografía en la inmediatamente posterior “The Assasination of Trotsky” (1972).
Título en España: El Mensajero
Año de Producción: 1971
Director: Joseph Losey
Director de Fotografía: Gerry Fisher, BSC
Ópticas: Angenieux 25-250mm, Cooke Speed Panchro
Emulsión: Kodak 5254 (100T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.85:1
Premios: BAFTA a la mejor fotografía (nom)
Vista en HDTV
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