Fedora

Penúltimo largometraje de Billy Wilder, el director nacido en Austria pero establecido en Hollywood desde los años 30, en el que retoma en ciertos aspectos la línea temática de una de sus películas más celebradas: “Sunset Blvd” (1950), incluyendo al mismo actor protagonista, William Holden. En esta ocasión, Holden interpreta a un antiguo ayudante de dirección de cine, ahora productor, que acude a la isla griega de Corfú con un guión bajo el brazo, para tratar de convencer a una vieja estrella de cine, a la que conoció más de treinta años atrás y que vive allí recluida, para que vuelva a la gran pantalla. Los resultados son desiguales, con una primera parte intereresante, pero el giro hacia mitad de la trama (que convierte el personaje de Holden en un espectador más) no está del todo bien resuelto y la película, a pesar de sus muchos detalles y referencias cinematográficas, queda lejos de las mejores obras de su autor. Marthe Keller, Hildegard Knef, José Ferrer, Stephen Collins, así como Michael York y Henry Fonda interpretándose así mismos, completan el reparto de la película.

Puesto que el film fue rechazado por las grandes productoras de Estados Unidos, Wilder tuvo que recurrir a capital alemán para levantar la producción, rodada en localizaciones en Francia y Grecia, así como en estudio en Munich. Contando con diseño de producción de otro exiliado a América como lo era Alexandre Trauner (“Kiss Me Stupid”, “The Private Life of Sherlock Holmes”), el director de fotografía fue el británico Gerry Fisher [BSC]. Antiguo operador de Jack Hildyard (“The Bridge on the River Kwai”), Fisher era el director de fotografía habitual de Joseph Losey (“The Go-Between”, “Mr. Klein”) y había rodado por aquél entonces películas como “Juggernaut” (Richard Lester, 1974), “The Adventures of Sherlock Holmes Smarter Brother” (Gene Wilder, 1975) o “The Island of Dr. Moureau” (Don Taylor, 1977), a las que seguirían, en la década de los 80, títulos como “The Ninth Configuration” (William Peter Blatty, 1980), “Wolfen” (Michael Wadleigh, 1981), “Victory” (John Huston, 1981) o “Highlander” (Russell Mulcahy, 1986). Se retiró en los 90, no sin antes volver a coincidir con Blatty en “The Exorcist III” (1990).

La fotografía de “Fedora” es muy típica de la época en que fue rodada la película y, también, muy típica de su autor, un director de fotografía formado en la imagen clásica del cine en blanco y negro y posteriormente en color y de estudio, pero también capaz de adaptarse a las nuevas tendencias, que animaban a rodar con más y más luz disponible, luz suave cuando era requerida y un estilo más natural, menos sofisticado que el que imperaba en épocas anteriores. En cierto sentido, Fisher, que quizá no fuera un número uno en Gran Bretaña (Geoffrey Unsworth, Oswald Morris, David Watkin, John Alcott o Billy Williams tuvieron mejor consideración en su época) pero sí un tipo con un enorme oficio que no estaba exento de talento, sí que era un director de fotografía muy adecuado para una película como la presente, que a través del personaje femenino principal, aúna el estilo glamouroso del cine de estudio al que antes nos referíamos con las tendencias estéticas de los 70.

En este sentido, la fotografía de Fisher queda muy encuadrada en esta época por el extendido uso de filtros difusores (tipo Fog, Double Fog o Low-Contrast), a veces con densidades exageradas, especialmente cuando se conjugan con los exteriores en las islas Griegas, aunque hay que tener en cuenta que ese aspecto estaba tan de moda en ese momento como lo pueda estar en la actualidad utilizar una Alexa con grabación en Log C y apenas recuperar el contraste, saturación y densidad de negros en el etalonaje. Con su luz, a través de arcos voltaicos y grandes unidades de luz de tungsteno, Fisher respeta muy bien las fuentes naturales de cada decorado y la dirección que tendría la luz en dichas situaciones, pero el suyo no es un trabajo naturalista porque aprovecha el fuerte filtraje para utilizar mucha luz dura sobre los actores, aunque siempre de una manera muy bien realizada, pues no hay dobles sombras, ni confusión de fuentes (la luz es unidireccional) e incluso en muchas ocasiones logra un contraste extraordinario al tiempo que los grandes aparatos de luz que emplea imitan muy bien a las luces practicables en pantalla (atención en este aspecto a la escena entre William Holden y Marthe Keller en la habitación de hotel del primero).

Aunque Wilder renunció aquí, por el motivo que fuera, al formato panorámico anamórfico, se continúa apreciando claramente su buen gusto por la composición de la imagen e incluso, puesto que encuadra a sus personajes con mucho margen en la relación de aspecto 1.85:1 y focales angulares, en cierto modo deja entrever que si no rodó en anamórfico fue por algún tipo de imposición de la producción, ya que “Fedora” es un film en el que los actores y la cámara se mueven como si estuviera ideado para este tipo de formato. No es una película con una puesta en escena tan brillante como “One, Two, Three”, pero el director demuestra aquí una vez más que su trabajo de cámara era de un nivel tan alto como el de su capacidad para dirigir actores o sus habilidades como guionista. Lástima que en esta ocasión una narrativa tan interesante (aunque ligera) en su primera mitad resulte fallida tras el giro de la trama, pues “Fedora” como consecuencia es un film irregular y menor dentro de la filmografía de su director.

Título en España: Fedora
Año de Producción: 1978
Director: Billy Wilder
Director de Fotografía: Gerry Fisher, BSC
Ópticas: Cooke Varotal
Emulsión: Kodak 5247 (100T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.85:1

Vista en Blu-ray

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