The Pawnbroker

Adaptación cinematográfica de una novela de Edward Lewis Wallant, que tiene como protagonista a un prestamista judío (Rod Steiger), superviviente del holocausto, que desde entonces vive y trabaja en el alto Manhattan, lindando con Harlem, en Nueva York. Su existencia trata de ser pacífica, pero los demonios internos y los recuerdos minan internamente al personaje, que por momentos se acerca a su propio caos personal y rechaza cualquier tipo de conexión emocional con otras personas. Más que el propio argumento de la película, lo que parece que interesó a Sidney Lumet fue la posibilidad de mostrar en pantalla a un personaje en descomposición emocional como el que interpreta (y muy bien además) Rod Steiger, en una película que, en ciertos aspectos, guarda similitudes con el proceso similar que sufría el personaje de Gene Hackman en “The Conversation” de Francis Ford Coppola. Los resultados globales son notables, aunque quizá el film no alcance el excepcional tono que sí poseen los mejores títulos de su autor. Geraldine Fitzgerald, Brock Peters y Jaime Sánchez, entre otros, completan el reparto.

El director de fotografía fue Boris Kaufman [ASC]. De origen polaco y hermano de los cineastas Dziga Vertov y Mikhail Kaufman, Boris Kaufman fue un trotamundos que renunció a la Unión Soviética y se inició como director de fotografía en París hacia el final del cine mudo. Como consecuencia de auge del nazismo y de la Segunda Guerra Mundial, Kaufman emigró de nuevo, esta vez hacia norteamérica, en donde le costó volver a entrar de nuevo en la industria como consecuencia del McCarthismo y sus vínculos familiares en la URSS. Hoy en día, Boris Kaufman es sobre todo conocido por sus trabajos para Jean Vigo (“Zéro de Conduite”, “L’Atalante”) en Francia y sobre todo por los que realizó para Elia Kazan y el propio Sidney Lumet en norteamérica: con Kazan ganó su único premio Oscar por “On The Waterfront” (1954) y colaboró en títulos como “Baby Doll” (1957) o “Splendor in the Grass” (1961), mientras que con Lumet tuvo una asociación más larga que se extendió a siete películas, entre las que quizá destaca por encima de todas ellas la primera, “12 Angry Men” (1957). Se retiró el cine en 1969, pasados los 60 años de edad.

“The Pawnbroker” destaca por ser un film en blanco y negro que, como casi todos los de su director, se beneficia de una puesta en escena tan concisa como favorecedora del realismo que posee la historia. La película comienza con una serie de “flashbacks” que muestran el último momento de felicidad del personaje principal, justo antes, como se nos revela después, de que tanto él como su familia sean capturados por los nazis. Estas escenas exteriores están rodadas además tanto a cámara lenta como con el zoom Angenieux 25-250mm T3.9 que acababa de ser lanzado al mercado, de modo que marcan una importante distinción visual con respecto al grueso del film, rodado con lentes fijas y con una puesta en escena más convencional. También hay recuerdos del personaje principal que aparecen intercalados durante todo el metraje, pero destacan más en esas situaciones porque están editados a modo de pequeños “flashes” que lo atormentan, que por su estilo de filmación.

Gran parte del metraje transcurre en la tienda que hace las veces de oficina de préstamos del personaje de Rod Steiger, que es muy bien aprovechada tanto por Lumet como por Kaufman (como por ejemplo en esos momentos en que el director de fotografía, sirviéndose de las rejas que hay en el lugar, proyecta su sombra sobre el rostro del actor). Lógicamente la luz es dura, como marcaban los cánones de la época, pero eso ayuda mucho a que los diafragmas sean cerrados y que exista una marcada diferenciación y escala tonal en la imagen. Los negros son muy negros porque están varios pasos de diafragma por debajo de la exposición hacia el gris medio, mientras que existen menos altas luces en la escala tonal superior. Aún así, el aspecto es muy rico en todo momento y la puesta en escena de Lumet, que no tiene ningún pudor en acercarse a los actores con angulares, o bien mostrar la miseria del lugar o en la que viven algunos de los personajes secundarios, favorece mucho que el film tenga una atmósfera realista a pesar que su planteamiento estético no sea moderno.

Los resultados son, por lo tanto, muy buenos, ya que el estilo clásico de Kaufman (quien por cierto, era un hombre cuya carrera guardaba cierta similitud con el hombre que protagoniza la película) está muy bien tratado por Lumet, que saca el máximo provecho de un decorado muy pequeño inventando continuos ángulos de cámara nuevos y situando, como siempre en su cine, a los actores más cerca o lejos de la cámara, con drásticas variaciones de focales, para crear diferentes sensaciones narrativas e influir en las percepciones del espectador, faceta en la que el realizador de clásicos como “Fail Safe” (1964) o “Network” (1976) fue uno de los directores más hábiles de la historia del cine.

Título en España: El Prestamista
Año de Producción: 1964
Director: Sidney Lumet
Director de Fotografía: Boris Kaufman, ASC
Ópticas: Cooke Speed Panchro, Angenieux 25-250mm T3.9
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.66:1

Vista en HDTV

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