Q&A
Irregular thriller policíaco adaptado por el también realizador Sidney Lumet sobre una novela del juez y escritor Edwin Torres, conocido sobre todo por ser el autor literario de la fenomenal obra maestra de Brian de Palma, “Carlito’s Way” (1993). Ambientada en el mundo policial/judicial neoyorquino, con este film Lumet reincide en el clásico argumento de la corrupción de estos estamentos, personificándolos sobre todo en el personaje de Nick Nolte, un policía de métodos fascistas cuyas acciones están amparadas por sus compañeros y superiores. Después de un asesinato disfrazado de homicidio en defensa propia, un joven ayudante de fiscal (Timothy Hutton) se da cuenta de lo que sucede y decide desenmascarar el sistema, con los consabidos problemas que ello puede suponerle. El argumento, que no es demasiado original (y que tiene antecedentes incluso dentro del cine de Lumet, como “Serpico” o “Prince of the City”) se ve notablemente elevado por las interpretaciones de Nolte y Armand Assante como uno de los traficantes de droga que aparecen en la historia, pero una subtrama amorosa no demasiado creíble perjudica mucho más que aporta a una película que, sin la misma, podría haber sido notable. Luis Guzmán, Jenny Lumet, Charles S. Dutton y Patrick O’Neal, entre otros, completan el reparto.
El director de fotografía fue el polaco Andrzej Bartkowiak [ASC], quien siempre estuvo muy ligado al cine de Sidney Lumet, ya que su segunda, tercera, cuarta y quinta película (respectivamente “Prince of the City”, “Deathtrap”, “The Verdict” y “Daniel”, entre 1981 y 1983) fueron obra del realizador neoyorquino, que realizó una apuesta muy fuerte por un operador desconocido que apenas superaba los 30 años de edad en aquél entonces. Posteriormente, además de continuar colaborando con Lumet, Bartkowiak comenzó a trabajar con otros realizadores, como James L. Brooks (“Terms of Endearment”, 1983), John Huston (“Prizzi’s Honor”, 1985), Joel Schumacher (“Falling Down, 1993), Jan de Bont (“Speed”, 1994) o Roger Donaldson (“Species”, 1995, “Thirteen Days”, 2000), entre otros, aunque precisamente en el siglo XXI apenas ha firmado cuatro largometrajes al haber centrado su carrera en la dirección, generalmente de películas de acción de aspecto poco recomendable.
La imagen de “Q&A” es muy típica de Sidney Lumet y de Andrzej Bartkowiak en todos los aspectos: del realizador, porque fue un director al que casi siempre le gustó mucho controlar la paleta de color de sus películas, que casi siempre lucen algo grises y desaturadas. Y del director de fotografía, porque casi todas sus películas tienen también un cierto aspecto algo plano que también es apreciable en esta ocasión. Siendo un thriller urbano que muestra los bajos fondos policiales y judiciales de la ciudad de Nueva York, lo cierto es que ese aspecto grisáceo que caracteriza la carrera de los dos cineastas le va bien a la historia, de la misma manera que el recurso de emulsiones de 500 ASA de la época, con su muy aparente granulosidad en pantalla, aporta cierta fealdad a la estética que se ajusta bien a la narrativa. Sin embargo, la intención de Bartkowiak y Lumet (uno de los realizadores más hábiles a la par que sutiles en su puesta en escena de toda la historia del cine) es hacer que todo el film parezca muy real, incluso a veces demasiado, lo que hace que la estética sea a veces incluso demasiado feista.
A tal efecto, Bartkowiak emplea en muchas escenas (todas en las que aparecen las dependencias policiales o judiciales) muchísima luz cenital procedente de fluorescentes o paneles de luz en los techos, sin que dichas fuentes integradas, muchas veces presentes en el encuadre, sean apenas tamizadas o modificadas por aparatos en el suelo, fuera de cuadro. Limitándose por lo tanto a algo de relleno negativo mediante telas o paneles negros, así como a apagar o encender las luces del techo según su conveniencia, el aspecto es demasiado plano, como indicábamos que suele ser habitual en Bartkowiak, dejando a veces notables subexposiciones sobre los actores que más que parecer intencionadas (en el sentido de crear una estética determinada), parecen provocadas por el deseo de los cineastas de rodar sus escenas lo más rápido posible, iluminando simplemente las estancias y dejando que los actores se muevan por ellas sin volver a ajustar la luz plano a plano. Este estilo, que en la búsqueda de una estética concreta podría haber sido más interesante, es muy evidente desde el comienzo y, unido al fuerte grano de las emulsiones de la época, provoca esa estética feista a la que hacíamos mención.
Por lo general, lo que hace Bartkowiak parece que va unido por tanto a una pretensión de rodar rápido y de no entorpecer las interpretaciones, de modo que dejando de lado alguna escena en interiores de clubes, la estética de “Q&A” es muy poco sofisticada. Sidney Lumet, más allá de algunas composiciones de imagen muy vistosas y logradas, tampoco se muestra especialmente inspirado en un film que tiene su oficio, pero casi nunca el tipo de encuadres (con angulares y a diferentes alturas) que hacen grandes películas como “12 Angry Man”, “The Hill”, “Fail Safe” o “The Pawnbroker”, entre muchos de sus grandes trabajos como director. De modo que más allá del oficio del director o de su capacidad para adaptarse a las circunstancias y un calendario de rodaje que da toda la sensación de haber sido apretado, “Q&A” ofrece poco más a nivel estético, siendo su punto fuerte unas interpretaciones que en más de una ocasión elevan un conjunto que se deja ver pero que se encuentra lejos de las mejores obras de su reverenciado autor.
Título en España: Distrito 34, Corrupción Total
Año de Producción: 1990
Director: Sidney Lumet
Director de Fotografía: Andrzej Bartkowiak, ASC
Ópticas: Panavision Primo
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.85:1
Vista en HDTV
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