Saltburn

Segundo largometraje de Emerald Fennell (“Promising Young Woman”) detrás de las cámaras, que en esta ocasión narra una historia que tiene como protagonista a Oliver, un joven estudiante de Oxford (Barry Keoghan) que se muestra inadaptado y acomplejado respecto al resto de estudiantes por sus orígenes familiares. Un día conoce a Felix (Jacob Elordi), un estudiante popular y millonario, que le invita a que pase el verano con él y su familia en Saltburn, la mansión en la que viven todos ellos. Junto con otro estudiante que también está invitado (Archie Madekwe), Oliver se adentrará en la familia de Felix, compuesta por la madre (Rosamund Pike), la hermana (Alison Oliver) y el padre (Richard E. Grant), además de una amiga de la madre que también vive allí (Carey Mulligan). “Saltburn” es una película muy irregular, capaz de provocar, repeler, interesar y, por último, resultar intrascendente, porque en su largo metraje casi siempre se tiene la sensación de encontrarse como espectador ante una historia forzada y narrada de manera muy autocondescendiente (algo que ya ocurría en el anterior film de la realizadora) y con más forma que fondo, lo que hace que cuando se supone que se va a presenciar el culmen de la proyección, el mismo ya cause poco impacto.

El director de fotografía es el sueco Linus Sandgren [ASC, FSF], en su primer trabajo con la directora Emerald Fennell. Sandgren es actualmente uno de los directores de fotografía de moda en Hollywood, especialmente a raíz de su asociación con el cineasta Damien Chazelle, con el que obtuvo el Oscar a la mejor fotografía por su trabajo en “La La Land” (2016), que además era su primera nominación. Sandgren llegó a EEUU tras una muy breve carrera en Suecia de la mano de Gus Van Sant, que le reclutó para su película “The Promised Land” (2012). Y desde entonces, Sandgren no ha parado de trabajar: con David O. Russell en “American Hustle” (2013) y “Joy” (2015); con su compatriota Lasse Hallstrom en “The Hundred-Foot Journey” (2014), con Jonathan Dayton y Valerie Faris en “Battle of the Sexes” (2017), Adam McKay en “Don’t Look Up” (2021) e incluso un titulo de la serie Bond a sus espaldas, “No Time to Die” (Cary Joji Fukunaga, 2021), además de otros dos films junto a Damien Chazelle, “First Man” (2018) y “Babylon” (2022).

La fotografía de “Saltburn” es, sobre todo, muy llamativa. En primer lugar, destaca porque está rodada en celuloide (Super 35) con una relación de aspecto de 1.33:1, para tratar de hacer énfasis en elementos arquitectónicos que poseían claros elementos verticales y que los cineastas pensaron que quedarían más interesantes en pantalla que se habría mostrado un formato más panorámico, en el que habrían quedado fuera. Además de rodar en celuloide, Sandgren, que cambia mucho de lentes y de formato en sus películas, ha rodado en este caso también con las lentes Panavision Primo, que aparecen tan interesantes como siempre en pantalla, con sus extraordinarios angulares, imagen nítida y muy llamativos flares cuando el sol incide sobre los objetivos. Aunque el film es un original de Amazon para su plataforma, posee cierta textura, aunque Sandgren rodó con una mezcla de emulsiones Kodak en función de su sensibilidad: 5203 (50D) para exteriores día en buenas condiciones lumínicas, 5207 (250D) para interiores día, 5213 (200T) para días con niebla y, finalmente, la habitual 5219 (500T) para las escenas nocturnas, aunque Sandgren asegura que fija la sensibilidad de sus emulsiones de manera conservadora y ello hace que posean menos grano en pantalla.

Los exteriores día bajo el cielo soleado son estupendos, apreciándose claramente que la emulsión de 50 ASA y los Panavision Primo combinan de maravilla. La imagen es muy nítida y muy contrastada en esas circunstancias, y ello es algo que Linus Sandgren pretende claramente llevar a sus interiores diurnos que, en lugar de estar iluminados a través de los grandes ventanales de la mansión con la clásica luz suave, están iluminados desde fuera pero con aparatos grandes de luz dura. Por consiguiente, los interiores también poseen ese fuerte contraste, ya que donde incide la luz, todo se ve correctamente, pero a partir de ahí son gradaciones hacia la oscuridad, lo que hace que muchas veces, cuando los cineastas ruedan hacia las ventanas, los personajes son siluetas contra la fuente de luz. Es curioso, porque en algunas de estas circunstancias, Sandgren deja que se perciba claramente que su aparato de luz (un HMI grande) se perciba en el exterior, creando algo de flare y halo en torno al mismo en alguna esquina de los ventanales. En muchos interiores, existe una imitación de la luz de las velas o de la luz del fuego que emplea dichas fuentes como fuente de luz principal y lo que hace Sandgren, si acaso, es complementarlas con luces fuera de cuadro, sin que -por lo menos en streaming- la calidad de imagen se resienta lo más mínimo, aunque seguramente exista un forzado de la exposición en post-producción. También hay múltiples fuentes de luz integrada en los que el planteamiento es parecido.

Otro tipo de escenas, como las fiestas que se ofrecen en la mansión, ofrecen grandes posibilidades a Sandgren para llevar a cabo una iluminación con mezcla de colores, seguramente creadas con aparatos LED RGB, aunque los colores principales son azules y rojos muy saturados, que el director de fotografía sueco trata de no mezclar sobre las mismas superficies, para evitar el consiguiente rosa, que aparece únicamente en transiciones entre ambos. En algunos exteriores nocturnos, lo que hace Linus Sandgren es utilizar algún aparato muy grande y situado muy lejos, para simular la luz de la luna, con un tono azul muy saturado que se combina además con humo en el ambiente. Por ejemplo, ello le sirve al director de fotografía para iluminar una escena de alto contenido sexual con los personajes en silueta, así como para marcar el “look” nocturno, llevando muchas veces ese azul a las ventanas, sugiriendo así en determinados interiores su ambientación nocturna. En general, “Saltburn” ofrece una imagen muy saturada, con mucha variedad de color, tonos cálidos en interiores, azulados en los exteriores noche e incluso bastantes momentos de crepúsculo, que hacen que Linus Sandgren consiga imágenes muy estéticas.

Precisamente, la estética es aparentemente la mayor inspiración de esta fotografía, que juega constantemente con la contraposición de imágenes bellas y actos desagradables en pantalla. En este sentido, la fotografía está plenamente lograda, porque todo lo que pretende provocar en el espectador lo consigue con creces. El problema, sin embargo, es que es una película que precisamente lo fía todo a un trazo demasiado grueso en su planteamiento; de un lado, pretende resultar no solo impactante, sino también algo ambigua en su desarrollo, especialmente en lo que respecta al personaje de Barry Keoghan. Pero sin embargo, en su último acto, Emerald Fennell desmonta todo lo anterior y lo explica de forma mascada y concisa para que ningún espectador se pierda, de manera que cabe plantearse si todo en este film, incluida su fotografía, por bien que luzca, resulte muy forzado. Y es muy probable que así sea, así como que es posible que un planteamiento de un perfil más bajo, más inclinado a la narrativa en lugar de la estética, le hubiera ido mejor al film, aunque está claro que “Saltburn” no pretendía eso en absolutamente ningún momento. Aún así, el film deja imágenes y composiciones brillantes por el camino, muchas de ellas de indudable mérito, incluyendo varios planos secuencia por la mansión en los que la cámara se va moviendo por las diferentes estancias y con diferentes orientaciones, lo cual seguramente, además de un reto estético bien resuelto por Sandgren, también fue seguramente uno logístico.


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Título en España: Saltburn
Año de Producción: 2023
Directora: Emerald Fennell
Director de Fotografía: Linus Sandgren, ASC, FSF
Ópticas: Panavision Primo
Emulsión: Kodak 5203 (50D), 5207 (250D), 5213 (200T) & 5219 (500T)
Formato y Relación de Aspecto: Super 35, 1.33:1
Otros: 4K Digital Intermediate

Vista en HDTV 4K HDR

© Ignacio Aguilar, 2024.