Babylon

Cuarto largometraje del guionista y director Damien Chazelle (“Whiplash”, “La La Land”, “First Man”), que realiza un más que ambicioso relato ambientado en el Hollywood de finales de la década de 1920 y comienzos de 1930, justo en la transición entre el cine mudo y el sonoro: Jack Conrad (Brad Pitt) es uno de los más famosos actores de la industria, mientras que Manny (Diego Calva), un inmigrante mexicano trata de labrarse un futuro en la producción y el mundo de los estudios. En una fiesta, Manny conoce a Nellie (Margot Robbie), una joven que rápidamente se convierte en una estrella, gracias a su desparpajo y carácter desenfadado. Pero la llegada del cine sonoro y su paulatina implantación lo cambiará todo para todos. Tomando como inspiración, a buen seguro, el famoso libro de Kenneth Anger “Hollywood Babilonia”, Chazelle rueda toda casi todo el film con la energía y estilo de un Martin Scorsese o Paul Thomas Anderson, obteniendo a ratos un maravilloso fresco sobre su grupo de variopintos personajes, a los que mira con cariño y compresión a pesar de que estos se mueven en un ambiente decadente y depravado. Pero la película es larguísima (190 minutos), excesiva y muy autocomplaciente, con homenajes propios, ajenos y mucha endogamia, que probablemente solo capten aquéllos que se dediquen al cine. Ello explica su fracaso en taquilla -es posible que se trate del “Heaven’s Gate” de Chazelle, que habrá que ver si se recupera del mismo- hasta tal punto que cabe plantearse si este tipo de productos (cine bien elaborado, para adultos, de larga duración, con cierto riesgo, casi «cine de autor de Hollywood» con vocación «setentera») siguen teniendo cabida en salas o este film hubiera tenido mucho más éxito (y llegado a mucho más público), por ejemplo, en formato de miniserie en una de las grandes plataformas televisivas.

El director de fotografía es el sueco Linus Sandgren [ASC, FSF], en su tercera película junto a Damien Chazelle. Por la primera de ellas (“La La Land”), obtuvo el Oscar a la mejor fotografía. Repitieron en la muy fallida “First Man”, combinando Super 16mm e IMAX. Últimamente, Sandgren también ha sido el director de fotografía de la más reciente película de James Bond (“No Time to Die”, Cary Fukunaga, 2021), así como de “Don’t Look Up” (Adam McKay, 2021). Se dio a conocer sobre todo a raíz de su trabajo para Gus Van Sant en “The Promised Land” (2012), una de las pocas películas rodadas en anamórfico con lentes 1.3x (y una relación de aspecto de 1.85:1), para posteriormente enlazar dos películas consecutivas con David O. Russell, comenzando con “American Hustle” (2013) y continuando con “Joy” (2015). También ha rodado “Battle of the Sexes” (Dayton & Faris, 2017) y “The Nutcracker and the Four Realms” (Lasse Hallstrom & Joe Johnston, 2018). En sus películas, casi siempre ha trabajado rodando en celuloide y se caracteriza por elecciones técnicas que a veces son algo excéntricas, aunque teniendo en cuenta su éxito, posiblemente haya quien las catalogue como brillantes.

Estéticamente, “Babylon” está dominada por su frenesí visual y una cámara que rara vez -como los personajes a los que persigue- se queda quieta. Especialmente durante la primera hora de proyección, Chazelle y Sandgren lo filman todo a través de la Steadicam, de grúas telescópicas con cabeza caliente, de cámaras voladoras desde cables, etc. incluyendo numerosos planos-secuencia o planos muy largos con numerosos extras, yendo de un lado a otro, de estancia a estancia, de personaje en personaje, o de conversación en conversación, etc, etc. Este frenesí visual y narrativo es apabullante, pero también hilarante, porque los movimientos son brillantes, pero tan continuos e incesantes que llegan a producir cierto estrés visual, porque el film no ofrece un instante de calma o de reposo. Sin embargo, eso es precisamente lo que se pretende transmitir, describiendo a la perfección la alocada vida y existencia de unos personajes condenados al fracaso desde el primer fotograma de la proyección. La película, por fortuna, mayoritariamente está rodada con una única cámara, de manera que Sandgren y Chazelle ofrecen movimientos muy elegantes y composiciones muy elaboradas aprovechando el beneficio que en dicho sentido supone el hecho de tener que rodar únicamente para un punto de vista.

Técnicamente, “Babylon” es una película rodada en 35mm anamórfico con emulsiones Kodak, mientras que las lentes son un juego especial de las Atlas Orion Anamorphic, modificadas por la propia compañía para Linus Sandgren, estropeando adrede -como si estuvieran rayados los cristales- los tratamientos antirreflectantes que llevan los juegos fabricados en serie a fin de obtener mayores flares y algo más de difusión en las altas luces. Lo curioso es que además de este efecto, que hace que los Atlas parezcan algo más antiguos al sufrir más con los contraluces y las luces integradas en los fotogramas, Sandgren rueda con ellos muy abierto de diafragma -según él, de hecho, todas las noches completamente abierto a T/2.0), lo cual combinado con el revelado forzado de todas las emulsiones, hace que la película tenga mucha personalidad tanto en la óptica como en su textura fotoquímica, que a veces, consecuencia de ese maltrato, es muy fuerte (ojo, porque entre la suavidad de la óptica abierta y la escasa profundidad de campo, también hay muchos desenfoques). Sandgren emplea muchas veces mezclas de temperaturas de color cálidas y tonos azulados que, con el forzado y el etalonaje digital, aparecen muy saturadas e intensas en pantalla, muchas veces además, mezclándolas. El film es una constante mezcla de estilos: a veces lo que se pretende es ser minimalista y austero, casi naturalista (atención a la escena en la que el personaje de Brad Pitt sube por las escaleras en el hotel y entra en su habitación), pero en otras, el film demanda ese frenesí de la escena inicial y una mayor sofistificación, cuando no descender directamente a los infiernos en el segmento de Tobey Maguire (que tanto recuerda a “Boogie Nights”). También hay algunos amaneceres con tonos magenta, que recuerdan a “No Time to Die”, aunque por lo general, es una fotografía más recargada y estética que naturalista, por mucho que diga su autor en “American Cinematographer”.

Resulta curioso, sin embargo, que por ejemplo Brad Pitt esté muy bien cuidado y tratado en pantalla por Linus Sandgren, pero que el mismo esfuerzo y dedicación no se haya llevado a cabo con Margot Robbie, que a veces, en una luz demasiado dura y cruda, no exhibe toda su belleza (se echa en falta y mucho, una luz más suave, más envolvente y dulce, en vez de la luz dura que emplea el director de fotografía… y no, no es por imitar la fotografía de la época, ya que no solo lo hace en las escenas en que Robbie interpreta sus papeles). Aun con determinados defectos y limitaciones, lo cierto es que Linus Sandgren abraza también las imperfecciones y las hace suyas, lo que hace que la película crezca mucho a nivel estético porque produce un fresco de imágenes que siempre son variadas y siempre tienen interés, por más que ello implique que, dentro de su alargada proyección, las haya más y menos logradas desde el punto de vista meramente técnico y, a veces, también desde el estético, lo cual es probable que haya penalizado a Linus Sandgren a la hora de ser candidato a los premios más importantes del año. Pero el film, con sus problemas, excesos y altibajos, consigue describir muy bien el ambiente, a sus personajes y la época en que se movían, e incluso también cómo debieron de ser y cómo se rodaron (probablemente) algunos de los títulos más emblemáticos de la historia del cine. Y para el recuerdo, por supuesto, quedan frases como la que la crítico le dice a Brad Pitt sobre la inmortalidad del cine, o el montaje final, una oda al séptimo arte que es aún más triste de que debiera si se tiene en cuenta el escaso impacto del film en la taquilla mundial.


Publicidad. Pincha sobre la imagen para conocer las últimas ofertas de Harmonica Rental.

Título en España: Babylon
Año de Producción: 2022
Director: Damien Chazelle
Director de Fotografía: Linus Sandgren, ASC, FSF
Ópticas: Atlas Orion Anamorphic, Cooke Anamorphic/i Zoom, Zeiss B-Speeds (segmentos de películas)
Emulsión: Kodak 5203 (50D), 5213 (200T), 5219 (500T), Double-X 5222 (segmentos de películas)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Atlas Scope), 2.4:1
Otros: 4K Digital Intermediate

Vista en DCP

© Ignacio Aguilar, 2023.