Reservoir Dogs

Debut en la dirección de Quentin Tarantino, además guionista de una película en la que tuvo la habilidad de fragmentar la historia y, además, omitir precisamente el hecho que la desencadena: el atraco para robar unas joyas, en el que todo sale mal. Los protagonistas son un grupo de hombres que trabajan al margen de la ley para un jefe mafioso (Lawrence Tierney) y su hijo (Chris Penn). Para el trabajo, los hombres, que no se conocen entre sí, utilizan pseudónimos como Sr. Blanco (Harvey Keitel), Sr. Naranja (Tim Roth), Sr. Rubio (Michael Madsen), Sr. Azul (Edward Bunker), Sr. Marrón (el propio Tarantino) y el Sr. Rosa (Steve Buscemi). Después del fallido atraco, los supervivientes van llegando de uno en uno al punto de encuentro, un almacén, en donde comienzan a sospechar que hay un soplón entre ellos. Partiendo de inspiraciones ajenas de diversa índole, además de por su fragmentación, el debut de Tarantino está caracterizado por sus hábiles, frescos e ingeniosos diálogos, así como por sus altas dosis de violencia, que resultaron muy llamativas en la época en que el film se hizo famoso, sobre todo, a raíz del estreno de “Pulp Fiction” (1994). No es la mejor película de su director, pero posee momentos emblemáticos (como los títulos de crédito, o el baile del Sr. Rubio) y continúa siendo un estupendo debut detrás de las cámaras (Tarantino, por otro lado, evidencia que su lugar nunca debió de ser delante de las mismas).

El director de fotografía fue el polaco Andrzej Sekula, que también debutaba en el mundo del largometraje con esta película. De alguna manera, Sekula fue flor de un día, o de dos, según se mire, ya que también fue el encargado de rodar, dos años después, la obra maestra de Quentin Tarantino, “Pulp Fiction”. Todavía, después de “Pulp Fiction”, los cineastas aún se unieron para el episodio de la película “Four Rooms”, llamado “The Man From Hollywood”, en 1995. Pero el siguiente largometraje de Tarantino (“Jackie Brown”, 1997) ya fue fotografiado por Guillermo Navarro, al que el director seguramente conoció a través de Robert Rodriguez, con el que trabajó como actor y guionista en “From Dusk Till Down” (1996) y de la que se había hecho cargo Navarro, que también firmaba a su vez -como director de fotografía- uno de los episodios de “Four Rooms”. Después, aunque la carrera de Sekula continúa en la actualidad y Tarantino solo trabaja con Robert Richardson, el polaco ha trabajado generalmente en proyectos de escaso interés, aunque algunos fueron populares, como “Hackers” (Iain Softley, 1995), “Cousin Bette” (Des McAnuff, 1998) o, sobre todo, “American Psycho” (Mary Harron, 2000).

“Reservoir Dogs” fue una película de bajo presupuesto que, de hecho, se rodó de manera profesional debido a que Harvey Keitel se interesó por el proyecto y consiguió que determinados inversores apostaran por el film. Aún así, los cineastas tuvieron acceso a equipos Panavision (quizá en uno de esos acuerdos/ayudas que hace la marca para jóvenes cineastas, o con poco presupuesto), tanto cámaras como lentes, aunque al contrario que otros títulos de Quentin Tarantino, en esta ocasión los cineastas rodaron en formato esférico, en Super 35, con los clásicos (y maravillosos) Panavision Primo (posteriormente, Tarantino se arrepentiría de la decisión de rodar en Super 35, porque el hinchado óptico, necesario para hacer copias de exhibición, destruía parte de la calidad que sí que estaba en el negativo original). Pero si bien en aquélla época el Super 35 comenzaba a ser un formato popular, no fue tan lógica (aunque sí muy personal) la segunda elección técnica de Andrzej Sekula: rodar la película, íntegramente, con una emulsión de 50 ASA, equilibrada además para luz día, la Kodak EXR 5245. A Sekula y a Tarantino, que volverían a usarla en “Pulp Fiction” (e director de fotografía, incluso lo haría en otros films), les gustaba su finísimo grano y su elevado contraste y saturación de color. Pero lógicamente, era una película pensada para rodar en exteriores día con muy buenos niveles de luz, de tal manera que, para emplearla principalmente en interiores, los cineastas tuvieron que emplear mucha luz y, desde luego, muchísima más luz que si hubieran recurrido a una emulsión de 500 ASA, que en una película de este tipo, quizá hubiera sido lo más lógico.

Como consecuencia, “Reservoir Dogs” es una película iluminada con aparatos HMI directos y dirigidos hacia los personajes en los interiores día, que son los que predominan en la proyección, con un estilo que a veces parece anticuado, porque produce sombras muy profundas y marcadas, pero a través del cual, sin embargo, el film adquiere su propia personalidad. Los interiores del almacén son el mejor ejemplo de cómo Sekula va iluminando a pinceladas (bueno, algo más grueso que pinceladas) poniendo múltiples aparatos que generan zonas de luz y de sombra, permitiéndose incluso generar zonas de sobreexposición, que es lo que hace que su luz, sin ser realista, pueda pasar puntualmente como la luz del sol. Pero por supuesto, el nivel de dureza (y de crudeza) de este estilo es elevado, porque las sombras son profundas y marcadas, y se percibe que no hay un trabajo de difuminar la luz, sino de ir marcando dichas zonas. A diferencia de los clásicos, en Sekula no hay tres puntos de luz, sino que estos aparatos directos suelen estar elevados en el decorado (incluso por encima de las ventanas, sin ningún pudor, ni pretensión de simular que la luz procede de ellas) y viene generalmente desde un lado, por lo que podríamos decir que, en cierto modo, Sekula ilumina desde el lado correcto para hacer algo realista, pero sus decisiones técnicas le obligan (aunque sea algo consciente) a ir a un “look” mucho más teatral.


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Incluso los flashbacks lo son, con los personajes de Keitel, Madsen o Roth (este último tiene las únicas escena nocturnas de la película), pues todos estos momentos están también resueltos con luz dura (como la de los policías en el baño). Pero de alguna manera, de un lado porque es inusual, y de otra, porque el efecto está relativamente logrado, el resultado es un film con una estética propia, muy contrastado, muy saturado, que no siempre es perfecto (de hecho, rara vez lo es), pero que siempre resulta, por su propio planteamiento, lo suficientemente interesante. Es cierto que rodar de este modo tuvo que ser complicado y dificil; de hecho, hay varias escenas interiores día en el almacén en las que los personajes entran y salen, abriendo una puerta, y tanto el interior como el exterior están correctamente expuestos a la vez, lo que da una buena idea o medida de la cantidad de luz que había en ese “set” (aunque en el plano que sigue el Sr. Rubio, en una cámara al hombro maravillosa, hacia su coche, antes de su “baile”, haya un claro movimiento del iris para ajustar la exposición, pero es una excepción). También, el talento de Tarantino para la puesta en escena es más que evidente; pese a los reducidos medios, sabe muy bien cuándo rodar en trípode, en travelling, en los citados hombros (muy buenos) o en la Steadicam durante alguno de los flashbacks que muestran los momentos posteriores al atraco.

Y aunque quizá las copias originales no fueran buenas, algo inherente al Super 35 finalizado ópticamente, lo cierto es que actualmente, con la posibilidad de escanear el negativo original en 4K, la calidad es elevadísima, absolutamente propia de los 50 ASA a los que se rodó el film. Quizá lo más raro sean algunas composiciones de imagen, especialmente muchos planos de los actores con demasiado “aire” por encima de sus cabezas, o bien, algunos momentos, como el de Lawrence Tierney y Harvey Keitel discutiendo por la cartera del primero en el prólogo, en el que Keitel está directamente cortado por las bandas negras del “Scope”. Y sí, decimos que está cortado por el “Scope” porque “Reservoir Dogs” es uno de esos raros films rodados no en “common top” sino en “common center” en Super 35, de manera que la versión en 4/3, revelaba infinita información por arriba y por abajo del encuadre. Y curiosamente, en dicha versión, momentos como ése lucían más correctos, como si en rodaje no hubiera estado demasiado claro cómo efectuar el encuadre correcto para cines. En cualquier caso, se trata de un muy buen debut, competentemente realizado e iluminado, a pesar de sus inusuales formas, que servió además de claro precedente para esa obra maestra que es “Pulp Fiction”.

Título en España: Reservoir Dogs
Año de Producción: 1992
Director: Quentin Tarantino
Director de Fotografía: Andrzej Sekula
Ópticas: Panavision Primo
Emulsión: Kodak EXR 5245 (50D)
Formato y Relación de Aspecto: Super 35, 2.39:1

Vista en Blu-ray 4K HDR

© Ignacio Aguilar, 2023.