Primal Fear

Debut en la dirección cinematográfica de Gregory Hoblit, basándose en una novela de William Diehl, que tiene como protagonista a un ambicioso abogado (Richard Gere) de la ciudad de Chicago, con notable afán de notoriedad, representa en juicio a un joven (Edward Norton, en su debut) acusado de haber asesinado a un arzobispo, enfrentándose por el camino a los poderes establecidos, representados entre otros por la fiscal (Laura Linney) encargada de la acusación. Se trata del clásico film judicial, con muchos giros en la trama, testimonios e interrogatorios tan apasionados como poco creíbles, etc. que, sin embargo, mantiene un cierto interés y un elevado nivel de entretenimiento a pesar de sus más de dos horas de duración. Ciertos aspectos del mismo conllevan quizá una suspensión de la credibilidad demasiado exigente para el espectador, lo cual al final lastra un esforzado conjunto. Además de Gere y Linney, aparecen en pantalla Frances McDormand, John Mahoney o Steven Bauer, en una de las subtramas del film que, realmente, no van a ningún sitio. Todos los elogios fueron a parar sin embargo a Edward Norton, que obtuvo una candidatura al Oscar al mejor actor secundario por su papel.

El director de fotografía fue Michael Chapman [ASC], repitiendo por tanto en localizaciones similares a las que tuvo que afrontar en “The Fugitive” (Andrew Davis, 1993), por la que fue candidato al Oscar pocos años antes. La carrera de Chapman es interesante, aunque irregular. Comenzó como operador de cámara de Gordon Willis en clásicos como “Klute” (Alan J. Pakula, 1971) o incluso “The Godfather” (Francis Coppola, 1972), para posteriormente comenzar su propia carrera como director de fotografía (con el paréntesis de una vuelta a operar en 1975 en “Jaws” para Steven Spielberg y Bill Butler) a partir de “The Last Detail” (Hal Ashby, 1973). Después vendrían sus colaboraciones con Martin Scorsese en “Taxi Driver” (1976) o “Raging Bull” (1980), su primera nominación al Oscar y además, en blanco y negro, mientras también trabajaba con Philip Kaufman en películas icónicas como “The Invasion of the Body Snatchers” (1978) o “The Wanderers” (1979), llegando a hacerse cargo también de “Hardcore” (Paul Schrader, 1978). Pero tras estas películas extremadamente realistas, Chapman inicia los 80 coqueteando con la dirección, en la que no encuentra acomodo, y pasa la década rodando comedias como “The Man With Two Brains” (Carl Reiner, 1983), “Scrooged” (Richard Donner, 1988), “Ghostbusters II” (1989) o “Kindergarten Cop” (1990), con las que inició una colaboración con Ivan Reitman que se mantuvo hasta cerca del final de su carrera.

Por consiguiente, a pesar del paréntesis de “The Fugitive”, la carrera de Michael Chapman estaba en decadencia -al menos con respecto a la calidad del cine que había rodado en los años 70- cuando recibió este encargo. En uno de sus recovecos de guión, “Primal Fear” muestra una antigua relación entre los personajes de Richard Gere y Laura Linney, y Chapman de alguna manera parece que está obligado a mostrar a los dos actores en plenitud en cuanto a su aspecto; quizá sea por ello que este thriller posee un aspecto más propio de un drama que de una película de estas características, ya que la estética es demasiado aplanada y muy muy poco amenazadora incluso en las secuencias que más juego podrían haber aportado en ese sentido (la persecución que termina en una especie de túnel con los mendigos, así como la sala en la que está recluido el personaje de Edward Norton). Los intérpretes lucen bien o muy bien por consiguiente, con una luz suave incesante sobre los mismos e incluso, a veces, exagerados contraluces sobre el pelo de Laura Linney para resaltar su atractivo. Pero ello tiene como consecuencia que el “look” global es muy blando, sin demasiado contraste, con pocas o muy pocas sombras y un aspecto que, definitivamente, apuesta más por ser sofisticado (apuesta en la que tampoco tiene un gran éxito) por encima de amenazador.

Por supuesto, es una película en la que ya que el nivel de riesgo que afronta Michael Chapman es bajo, el director de fotografía tampoco se complica por ejemplo con imágenes en formato panorámico, ya que el film está rodado para una relación de aspecto convencional con lentes esféricas y, sorprendentemente para la época, su estatus y el presupuesto de la película, renunciando por algún motivo u otro a las lentes Panavision Primo, tan tipicas del cine de los 90. En su lugar, aparentemente, Chapman emplea un zoom (posiblemente una versión de Panavision del popular Cooke 18-100mm) como focal variable a lo largo del film, complementándolo con los Panavision Ultra Speed Mk2 de los años 70, solo se nos ocurre que, quizá, con el film de reducir un poquito la nitidez de su óptica y potenciar -más si cabe- el aspecto de los intérpretes. Por lo demás, dentro de ese estilo blando y poco contrastado que posee la película, lo cierto es que su aspecto pretende ser más bien naturalista, dentro de los cánones naturalistas del cine de “estudio” de Hollywood, en que el por encima de cualquier otra consideración, lo más importante suele ser que todo luzca bien.

La versión en 4K HDR precisamente juega un poco en contra de este planteamiento, por lo menos en lo referido a los actores, ya que el nuevo etalonaje no favorece para nada a las pieles, que poseen un aspecto demasiado rojizo y saturado, lo cual es muy raro teniendo en cuenta que ese suele ser uno de los puntos fuertes de la adquisición en celuloide en contraposición a la digital, que sí que suele ser más problemática al respecto. Aunque ello obviamente no es achacable al trabajo de Michael Chapman, lo cierto es que “Primal Fear” lo muestra en una situación muy acomodada, quizá incluso explica por qué en esta época se dedicaba principalmente a rodar comedias, ya que queda poco o muy poco del director de fotografía que firmó el aspecto tan sucio (y al mismo tiempo, tan apropiado para la narrativa) de películas como las citadas “The Last Detail”, “Taxi Driver” o “Body Snatchers”, que a fin de cuentas son aquéllas por las que este director de fotografía siempre será recordado, bien sea junto a Hal Ashby, Martin Scorsese o Philip Kaufman.


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Título en España: Las dos caras de la verdad
Año de Producción: 1996
Director: Gregory Hoblit
Director de Fotografía: Michael Chapman, ASC
Ópticas: Panavision Ultra Speed Mk2
Emulsión: Kodak 5298 (500T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.85:1

Vista en HDTV 4K

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