Rocky II

Secuela directa de la película original de John G. Avildsen –ganadora del Oscar en 1976- que arranca con el final de aquélla y propone un nuevo drama centrado en los personajes de Rocky (Sylvester Stallone) y Adrian (Talia Shire), que tras el combate contra Apollo Creed (Carl Weathers) han contraido matrimonio, esperan un hijo y se han comprado una nueva casa. Sin embargo, Rocky, que tiene problemas físicos que le impiden boxear al más alto nivel, no puede encontrar un trabajo fijo con el que sacar adelante a su familia. En muchos aspectos, “Rocky II”, escrita y en esta ocasión, dirigida por Stallone, no es más que un remake de la primera película, de la que recrea no solo situaciones prácticamente exactas, sino también los mismos ambientes, aunque en esta ocasión con mayores y mejores medios a disposición de los cineastas. En ciertos aspectos, esta secuela mejora al original y es una película muy digna en todos los aparatados, aunque lo que no puede hacer es evitar la absoluta falta de originalidad de la propuesta, lo que no impidió que “Rocky” halla seguido acumulando secuelas y derivados incluso cuarenta años después de su estreno.Rocky-II-01

Sylvester Stallone había debutado el año anterior en la dirección con “Paradise Alley”, mientras que también había actuado a las órdenes de Norman Jewison en “FIST”. En ambos casos la fotografía fue obra del húngaro Laszlo Kovacs [ASC]. Sin embargo, en esta ocasión, Stallone recurrió a un director de fotografía norteamericano, que venía de completar la que sería la mejor década de su larga carrera. Se trata de Bill Butler [ASC], un hombre que comenzó su carrera muy tardíamente, después de haber trabajado en una cadena de televisión, debutando a las órdenes de William Friedkin con un par de películas documentales. A ellas le seguirían “The Rain People” (1969), a las órdenes de un joven Francis Ford Coppola, “Drive, He Said” (1971), el debut de Jack Nicholson en la dirección, o las segundas unidades de “The Godfather” (Francis Coppola, 1972) y “Deliverance” (John Boorman, 1972), este último un trabajo que, según el mismo, le habilitó técnicamente para rodar la emblemática “Jaws” (Steven Spielberg, 1975), director con el que en 1971 ya había trabajado en la película para televisión “Something Evil”. También, a mediados de la década, sustituyó a Haskell Wexler en dos películas consecutivas, “The Conversation” (Francis Coppola, 1974) y “One Flew Over the Cuckoo’s Nest” (Milos Forman, 1975), por la que recibió una nominación al Oscar. A continuación de “Jaws”, comienza a recibir encargos muy comerciales, que también son algunos de sus trabajos más famosos: “Grease” (1978), “Capricorn One” (1978) o “Damien: Omen II”. Su carrera en los 80 y 90 decae, con títulos como las dos siguientes secuelas de “Rocky”, “Hot Shots” o “Anaconda”.

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Si bien en “Rocky” el director de fotografía James Crabe tuvo que ingeniárselas para sacar adelante la película sin una posibilidad real de imponerse (estilísticamente) a sus decorados o localizaciones –la película evidencia, en cierto modo, una fotografía de un estilo poco coherente, que parece que trata de adaptarse a las circunstancias-, para esta secuela Bill Butler gozó de medios mucho mayores, incluyendo acceso a equipos Panavision, en lugar de las variedad de ópticas, cámaras y zooms de la primera entrega, que tampoco favorecían la coherencia del material. Butler era ya un director de fotografía muy experimentado, como hemos visto, acostumbrado a películas de dificil lógistica y códigos muy comerciales, lo que le hacía un hombre muy indicado para un film como “Rocky II”, en el que el director tenía también un complicado trabajo delante de las cámaras. A nivel estilístico, esta secuela es mucho más coherente que la película anterior, cuyo estilo, como decíamos, iba de la luz dura a la luz rebotada, de las lentes sin filtros a la difusión, etc. con demasiada frecuencia. Incluso la estructura de grano de la película fotografiada por Crabe era muy inconsistente, lo cual Butler soluciona dándole una mejor y más adecuada exposición a su negativo.

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Hay una escena en la película en la que el personaje de Stallone intenta rodar un anuncio de televisión y en ella se ven los aparatos de luz de Butler, detrás de bastidores de difusión. Pues bien, ese es el aproximamiento que hace el director de fotografía a lo largo de toda la película: luz directa y dirigida, pero a través de difusión para hacerla más suave y menos contrastada. Butler, a diferencia de Crabe, lo hace en cada escena –con una rara excepción, que parece salida de la primera película, la escena en que Stallone acude a pedirle trabajo a su antiguo entrenador (Burguess Meredith), fotografiada con luz dura- incluso durante el combate final, menos contrastado y en el que se ven los aparatos de luz reales (cenitales) detrás de un bastidor de tela difusora. Además, Butler hace otra cosa –que ahora podría verse como anticuada, pero que unificaba el estilo- como utilizar filtros de bajo contraste a lo largo de todo el metraje, no siempre con la misma intensidad, pero sí en cada plano, lo que hace que la apariencia de suavidad de su luz sea mayor. El estilo en general intenta ser realista, justificando las luces en las fuentes naturales de los decorados, aunque Butler nunca fue un operador totalmente moderno y utiliza muchas convenciones del cine clásico (por eso es tan divertido verle forzado por Peter Hyams en “Capricorn One” para que realice cosas que no le van en absoluto).

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La puesta en escena de Stallone no tiene nada que enviadiar a la de John G. Avildsen, que ciertamente era limitada. El actor-realizador repite el uso del zoom de la primera entrega, no solo durante los combates, sino durante buena parte de las escenas dramáticas y, por ejemplo, durante las secuencias del entrenamiento de Rocky, que también se repiten aquí. La Steadicam de Garrett Brown también hace acto de presencia, e incluso Stallone la utiliza durante el combate con Apollo, aunque la base del mismo continúan siendo las cámaras fuera del ring que le funcionaron bien a Avildsen. Los resultados distan mucho de ser brillantes, aunque lo cierto es que esta película también está bien montada (la primera ganó el Oscar de la especialidad) y al ritmo de la banda sonora de Bill Conti, las imágenes de Butler cobran cierta vida e incluso parece que contienen más interés del que el que realmente tienen.

Título en España: Rocky II
Año de Producción: 1979
Director: Sylvester Stallone
Director de Fotografía: Bill Butler, ASC
Ópticas: Panavision esférico
Emulsión: Kodak 5247 (100T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.85:1

Vista en Blu-ray

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2016.