Far From the Madding Crowd

Primera adaptación cinematográfica de la novela de Thomas Hardy (el autor de «Tess«, adaptada al cine por Roman Polanski en 1979), que está centrada en una mujer (Julie Christie) de la segunda mitad del siglo XIX en Inglaterra, que es cortejada sucesivamente por tres hombres: el granjero fiel y trabajador (Alan Bates), un vecino maduro, con tierras (Peter Finch) y un sargento del ejército (Terence Stamp). Y en esas relaciones, o en las decisiones que va tomando el personaje central, casi siempre se aprecia cómo va cayendo en sucesivos errores derivados de la inconsciencia del amor. Quizá con este film la Metro-Goldwyn-Mayer quiso emular el éxito de «Doctor Zhivago» uniendo a la protagonista femenina del film de David Lean con el realizador que, en el mismo año, le hizo ganar el Oscar a la mejor actriz por «Darling» (1965), el británico John Schlesinger. Pero lo cierto es que los resultados dejan bastante que desear, con unos cuantos giros en la trama que quizá estén bien explicados en la novela de Hardy, pero que en esta adaptación a cargo de Frederic Raphael («Two For the Road», «Eyes Wide Shut«) nunca terminan de estar bien hilvanados, lo que hace que el film se vea con cierta perplejidad. Prunella Ransome y Freddie Jones tienen papeles secundarios en el film.

El director de fotografía fue el también británico Nicolas Roeg [BSC], el posteriormente afamado director de «Walkabout», «Don’t Look Now«, «The Man Who Fell to Earth» o «Bad Timing«, que como es sabido inició su carrera como director de fotografía. Roeg fue, de hecho, uno de los directores de fotografía de segunda unidad de «Lawrence of Arabia» (David Lean, 1962) y, probablemente, ello le valió para ser contratado inicialmente como primer operador, precisamente, de «Doctor Zhivago» (David Lean, 1965). Pero dicho rodaje no fue bien para Roeg, que fue despedido por el desagrado que su trabajo producía en el director. La película completada fue firmada en solitario por Freddie Young, que obtuvo un Oscar por su trabajo, aunque también contenía material de primera unidad rodado por el español Manuel Berenguer, que sin embargo fue acreditado como director de fotografía de segunda unidad. El despido de Roeg, quien por aquél entonces contaba como principal crédito con su buena labor en «The Mask of the Red Death» (Roger Corman, 1964), no afectó a su carrera, ya que después de «Zhivago» consiguió enlazar «Farenheit 451» (François Truffaut, 1966), el presente título y «Petulia» (Richard Lester, 1968), todos ellos, curiosamente, protagonizados por Julie Christie, como su mejor película, «Don’t Look Now». Y fue después de «Petulia» cuando se lanzó a la co-dirección de «Performance» (1970), firmada junto a Donald Cammell, y la mencionada «Walkabout» (1971), que dirigió y fue su último crédito como director de fotografía.

La fotografía de «Far From The Madding Crowd», a pesar de la fama de Nicolas Roeg, es absolutamente irregular y, de hecho, resulta frustrante en varios apartados. Algunas fuentes indican que Roeg habría sido despedido por David Lean porque tenía ideas demasiado modernas acerca de cómo rodar la película; otras indican que incluso las listas de material de Roeg eran inusuales, sobre todo porque carecían del material de luz suficiente para rodar algunas de las escenas nocturnas. Pues bien, el caso es que este film muestra elementos que, desde luego, no encajaban con el estilo de David Lean. El primero de ellos es el zoom, empleado esporádicamente nada más por David Lean, pero profusamente por John Schlesinger y Nicolas Roeg, cayendo en las modas que hicieron que incluso a día de hoy dicha herramienta posea mala fama. Pero además, hay múltiples planos cámara en mano, o incluso algunos efectos algo psicodélicos para un film de época, todo ello más en la línea, desde luego, de los trabajos de Roeg como director en la siguiente década que del formalismo y clasicismo del cine de David Lean.

Incluso a nivel óptico, «Far From The Madding Crowd» también es un film frustrante, ya que el zoom (el clásico Angenieux 25-250mm T3.9, anamorfizado y convertido en un 50-550mm T5.6) rinde tan sumamente mal como cabría esperar del mismo, a lo que se suma que el film está rodado en 35mm anamórfico, pero al contrario que lo que dictan los cánones, sobre todo en la época, con aperturas de diafragma a menudo bastante mayores que T4, incluso alrededor de T2.8 o T3.2, tanto en interiores como en exteriores. Ello produce que no solo la profundidad de campo es reducida, lo cual no es un defecto en sí mismo, pero sí cuando su efecto es que hay múltiples planos desenfocados a lo largo de la película y, además, las ópticas Panavision de la época no ofrecían una nitidez suficiente a tales aperturas. En este sentido, se comprende por qué David Watkin decía que el formato era una «catástrofe óptica» (Watkin rodó «The Charge of the Light Brigade» en 1968 a T2.8), si bien Roeg nunca va tan lejos como lo hacía Watkin, pero ello no impide la aparición de múltiples defectos.


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Decíamos en un principio que el trabajo de Roeg es irregular, ello no se debe solo a sus elecciones ópticas, sino sobre todo a que gran parte de sus exteriores son muy inconsistentes. Es cierto que en estas ocasiones el clima británico rara vez ayuda, con sus constantes cambios, pero lo cierto es que Roeg demuestra estar lejos, muy lejos, no ya de Freddie Young en el extremo clásico o de David Watkin en el moderno, sino que tampoco era un Geoffrey Unsworth, Jack Cardiff, Oswald Morris, Christopher Challis o Douglas Slocombe, por citar directores de fotografía importantes en Gran Bretaña en aquélla época. Sus luces de relleno son casi siempre demasiado obvias, forzadas, llamativas, mientras que sus exteriores no solo poseen problemas porque el clima cambiase, sino porque alternan luz de mañana, con tarde, con amaneceres, atardeceres… y ello lógicamente casi nunca encaja bien en pantalla.

Por supuesto, los escenarios exteriores del film, a veces, proporcionan grandes posibilidades de lucimiento y, esporádicamente, Nicolas Roeg los emplea bien y se luce. Pero en una mayoría, gran mayoría de ocasiones, sus escenas son problemáticas e inconsistentes. Incluso cuando en ellas aparece Julie Christie, que en «Zhivago» llenaba la pantalla, los problemas de Roeg siguen siendo evidentes y el director de fotografía los agudiza empleando medias o fuertes filtros difusores (muy densos) que cambian notablemente la textura de sus imágenes, a peor. En los interiores las cosas no mejoran demasiado, y si bien se aprecia en Roeg un leve intento de huir de los grandes aparatos de luz directa hacia los actores, el film tampoco luce precisamente como un temprano David Watkin, con luz suave o rebotada. Y en ese estilo en el que sigue predominando mucha luz dirigida, Roeg también es inconsistente y el aspecto en general luce algo dejado y, desde luego, lejos del nivel de los directores de fotografía arriba mencionados.

Es cierto que las imágenes rara vez lucen planas, como podría achacarse a muchos operadores de segunda clase de la época: Roeg lo intenta, pero ni con todos los medios de una superproducción de la época es capaz de crear un aspecto sobrio, ni uno clásico, ni uno moderno. El suyo es más bien un estilo que respeta los cánones del cine en color de los años 50 y 60, con las dificultades de los 50 ASA cómo no, con esos intentos por salirse del mismo (como el uso del zoom, o de aperturas de diafragma muy amplias para intentar rodar con algo menos de luz o reducir la profundidad de campo en los exteriores), pero los mismos casi nunca parecen encajar con lo que cuenta ni con cómo pretendían contarlo los cineastas. Por consiguiente, el aspecto visual de «Far From The Madding Crowd», es problemático y, a pesar que parte del mismo se atiene a lo que estéticamente cabía exigirle a una producción de sus características, el conjunto posee muchos más momentos decepcionantes que impresionantes, y ello, teniendo en cuenta la ambientación de época y la protagonista del film, hecho a su medida, es absolutamente insuficiente para las pretensiones visuales del mismo.

Título en España: Lejos del Mundanal Ruido
Año de Producción: 1967
Director: John Schlesinger
Director de Fotografía: Nicolas Roeg, BSC
Ópticas: Angenieux 25-250mm, Panavision anamórfico
Emulsión: Kodak 5251 (50T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision), 2.35:1

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