Vice

Biografía de Dick Cheney, el que fuera vicepresidente el gobierno norteamericano durante los ocho años de gobierno de George W. Bush (2001-2009), pero que ya estaba ocupando diferentes cargos de las administraciones republicanas desde los tiempos de Nixon y Gerald Ford, en los primeros años de la década de los 70. Muy bien impersonado por Christian Bale -en un papel para el que además de ganar mucho peso, requirió también mucho maquillaje para que el actor (de 44 años) pudiera interpretar a Cheney desde los veintitantos hasta casi los 70 años de edad- la interpretación del actor es a la postre lo mejor de un film de corte totalmente liberal que, en un tono satírico, presenta al vicepresidente como un ser monstruoso en casi todos los aspectos. Ello seguramente sea rigurosamente cierto, pero el realizador Adam McKay («The Big Short») se empeña en narrarlo de la forma lo más intrusiva que le resulta posible, con continuos juegos de montaje, imágenes de archivo, metáforas visuales, etc. que entorpecen mucho y acaban perjudicando a una película que más que intentar arrojar luz sobre un personaje que permaneció en la sombra durante muchos años, lo que hace es un retrato grotesco del mismo, extensible además a todos los que le rodean, desde su propia esposa (Amy Adams) hasta el presidente Bush (Sam Rockwell), pasando por el secretario de defensa Donald Rumsfeld (Steve Carell).

El director de fotografía es el australiano Greig Fraser [ASC, ACS], quien ya se encuentra absolutamente establecido en la industria norteamericana, en la que comenzó a destacar en 2010 con «Let Me In» (Matt Reeves, 2010), después de haber llamado la atención en su país natal de la mano de Jane Campion con «Bright Star» (2008). Después, Fraser ha firmado títulos como la notable «Zero Dark Thirty» (Kathryn Bigelow, 2012). En paralelo, Fraser fotografió «Snow White and the Huntsman» (Rupert Sanders, 2012) y «Killing Them Softly» (Andrew Dominik, 2012), para posteriormente hacerse cargo de «Foxcatcher» (Bennett Miller, 2014) o especialmente de «Lion» (Garth Davis, 2016), su primera nominación al Oscar y su primera nominación al premio de la American Society of Cinematographers (ASC), que además ganó. En ese mismo 2016 se encargó, a las órdenes de Gareth Edwards, de «Rogue One«, uno de los spin-off de «Star Wars» y que junto con «Empire Strikes Back» es la entrega mejor fotografiada de la serie, teniendo pendiente de estreno en el momento de escribir estas líneas la versión de «Dune» a cargo de Denis Villeneuve, al tiempo que es el operador asignado para hacerse cargo de «The Batman», que le reunirá de nuevo con el director Matt Reeves.

«Vice» cubre un período de tiempo que va desde los años 60 hasta bien entrada la década de los 2000 y, además de mostrar imágenes en suelo norteamericano, al mismo tiempo recrea algunas de las incursiones bélicas de los EEUU durante los períodos de poder de Cheney. Para recrear estas diferentes épocas, Fraser y McKay recurren como formato principal al 35mm anamórfico, dejando que algunos segmentos empleen material en 16mm y otros en 8mm. Asimismo, dentro del material en 35mm, el grueso del mismo parece rodado con las lentes Cooke Anamorphic/i, pero también hay algunos segmentos (generalmente, aquéllos que describen la vida personal de Cheney, en contraposición a la vida pública) que están rodados con las viejas lentes Todd-AO 35, que son diseños de la década de los 70 y de las que hubo dos series, una basada en los viejos Cooke Speed Panchro y la otra, en los Canon K35 (la serie empleada parece la segunda, a tenor de las grandes aperturas que usan estas escenas). Lo cierto es que aunque el cambio es sutil para la mayoría de espectadores, lo cierto es que los Cooke -en nuestra modesta opinión- quizá sean uno de los peores juegos de anamórficos del mercado, de modo que el hecho de que haya algunas escenas que empleen otras ópticas, es de agradecer.

Los Cooke son facilmente distinguibles porque las ópticas anamórficas convencionales siempre han tenido distorsión de barril, pero estos poseen distorsión de cojín, por algún extraño motivo, de modo que las líneas se curvan hacia dentro en lugar de hacia fuera, lo cual es muy perceptible en las focales 25-32-40-50mm. Y por si fuera poco, los Cooke son incapaces de enfocar correctamente en los cuatro bordes del fotograma, pero especialmente arriba y abajo, lo cual los hace especialmente odiosos. Los Todd-AO 35, en cambio, son lentes parecidas a los Panavision C o la serie Super High Speed de los 70, con poca resolución y poco contraste, pero de forma mucho más compensada que los Cooke. Por otro lado, Adam McKay es un realizador al que al parecer le gusta mucho la improvisación, rodar muchas tomas, etc. y para ese estilo, aparentemente le iba mejor Barry Ackroyd, el operador británico de «United 93», con quien trabajó en «The Big Short». Fraser es un operador muy naturalista, que le gusta rodar con medios sencillos, pero en cierto modo parece como si la improvisación de McKay le hubiera obligado a iluminar de forma más plana y «general»; del operador que rodó con bajos niveles «Let Me In» o «Rogue One» o del preciosismo de «Lion» hay muy poco o nada aquí: «Vice» parece un film rodado muy deprisa y con cierto desorden, favoreciendo la cantidad de metraje sobre la calidad, aspecto en el que Fraser, que siempre ha sido más metódico, parece que se resiente.

Los resultados, por lo tanto, distan mucho de ser óptimos, siendo quizá «Vice» el trabajo más flojo que le hemos visto al operador australiano. No es que el film luzca mal, algo que es dificil cuando se trata de un operador de tanto talento, pero parece rodado por cualquiera, de forma anónima, casi televisiva en el peor sentido del término, cuando Fraser es un operador que, dentro del oficio que tiene, casi siempre es capaz de despuntar con su personalidad. Por ello, si bien es extraño que un film tan discreto como el presente obtuviera tantos reconocimientos en los premios al final del año, lo que no es tan raro es que precisamente ninguno de esos reconocimientos hayan ido a para al australiano, que como decíamos, tiene trabajos muy superiores y que a buen seguro que recuperará el buen pulso en el momento en el que vuelva a trabajar con un director que sea mucho más afín a su forma de trabajar y de entender la estética cinematográfica.

Título en España: El Vicio del Poder
Año de Producción: 2018
Director: Adam McKay
Director de Fotografía: Greig Fraser, ASC, ACS
Ópticas: Cooke Anamorphic/i, Todd-AO, Optica Elite
Emulsión: Kodak 5213 (200T) & 5219 (500T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Cooke Anamorphic/i & Todd-AO 35), 2.4:1
Otros: 4K Digital Intermediate

Vista en HDTV

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