The Lost City of Z

Adaptación de un libro de David Grann que, con producción de Brad Pitt, supone la primera película en la que el cineasta estadounidense James Gray se aleja de las calles de su Nueva York natal, en donde hasta la fecha se ha desarrollado íntegramente su filmografía (“Little Odessa”, “The Yards”, “We Own The Night”, “Two Lovers” y “The Immigrant”). En esta ocasión, Gray resume la vida de Percival Fawcett (Charlie Hunnam), un militar británico que, tras viajar a la inexplorada frontera entre Bolivia y Brasil a comienzos del siglo XX, descubre allí los posibles restos de una antigua ciudad y civilización. Este hecho le obsesiona de por vida, motivo por el cual encadena varias expediciones posteriores al mismo lugar a fin de tratar de encontrar las pruebas de su hallazgo. “The Lost City of Z” es, sin dudas, una propuesta clásica en la misma línea de su anterior “The Immigrant” y que contiene momentos de gran cine, siendo además, hasta la fecha, la película más ambiciosa de Gray en cuanto a escala. Sin embargo, a pesar de ello, contiene también algunas imperfecciones, sobre todo en lo relativo a la obsesión de Fawcett con Z, no del todo bien explicada, así como de metraje, que parece algo corto para todo lo que quiere contar el director en menos de dos horas y media de proyección. Sienna Miller, Robert Pattinson, Tom Holland, Angus MacFadyen e Ian McDiarmid completan el reparto.

El director de fotografía es el francés de origen iraní Darius Khondji [ASC, AFC], que aquí realiza su segundo trabajo para James Gray, después de haber sido el responsable de la soberbia imagen de “The Immigrant”, que referenciaba sin pudor alguno la parte del metraje de época de “The Godfather, Part II”. Khondji es uno de los operadores de más prestigio a nivel internacional del cine moderno, ya que después de destacar en Francia a comienzos de los 90 en las películas de Marc Caro junto a Jean-Pierre Jeunet (“Delicatessen” y “La Cité Des Enfants Perdus”), fue convocado por David Fincher para hacerse cargo de “Se7en” (1995), en la que ofreció un icónico trabajo y posteriormente, por Alan Parker para “Evita” (1996), por la que obtuvo una nominación al Oscar. En su carrera ha trabajado además con cineastas como Bernardo Bertolucci (“Stealing Beauty”), Roman Polanski (“The Ninth Gate”), Danny Boyle (“The Beach”), Sydney Pollack (“The Interpreter”), Wong Kar Wai (“My Blueberry Nights”), Stephen Frears (“Chéri”), Michael Haneke (“Funny Games”, “Amour”) o por supuesto, Woody Allen, con varios trabajos como “Anything Else”, “Midnight in Paris”, “To Rome With Love” o “Irrational Man”, además de ser también un cotizado director de fotografía en publicidad.

La imagen de “The Lost City of Z” también hace uso del formato panorámico anamórfico, el mismo empleado por Gray y Khondji en “The Immigrant”. Como en aquél caso, además, también se trata de una película de época a la que Khondji pretende dotar de una fuerte atmósfera a través de sus elecciones técnicas y estilísticas, ello a pesar de un handicap tan grande como un apretadísimo calendario de rodaje y un presupuesto de 30 millones de dólares que desde luego era muy corto para una película tan ambiciosa, con largos segmentos rodados en la selva colombiana, mientras que Irlanda del Norte sustituye a Inglaterra para las escenas europeas. Además del formato anamórfico, “The Lost City of Z” es una película que también ha utilizado el soporte fotoquímico en lugar del HD, aunque el propio Khondji reconoce que estuvo tentado de utilizar la Arri Alexa para las escenas nocturnas en la jungla. Debido a sus elecciones técnicas y sus soluciones estilísticas, la imagen del film posee una fuerte personalidad, extraída a nivel inspiracional de las fotografías reales de las expediciones de Fawcett, así como, sin duda, de la estética del cine de Coppola de los 70 (la citada “The Godfather, Part II” y fuertes ecos de “Apocalypse Now”), así como en el trabajo de Vilmos Zsigmond en “McCabe And Mrs. Miller” (Robert Altman, 1971) y “Heaven’s Gate” (Michael Cimino, 1980). Quizá a modo de coincidencia, la imagen de “Bound for Glory” (Hal Ashby, 1976), que hizo a Haskell Wexler merecedor de su segundo premio Oscar, también posee ciertos elementos comunes con el trabajo de Khondji en este film.

Ello se debe a que en “The Lost City of Z”, Khondji está mucho más preocupado de crear una estética que envuelva a toda la película que en crear planos o momentos aislados de gran belleza. Ello no significa que renuncie a los segundos (el film está plagado de tomas y secuencias con una luz espectacular), sino que a través del anamórfico –rodado casi siempre a máxima apertura, T2.5-T2.8 con lentes antiguas como las “C” de Panavision- y del trato o maltrato de las emulsiones, el director de fotografía crea imágenes que no buscan la perfección técnica, sino una degradación del negativo que produzca grano, suavidad, negros poco densos e imágenes más salvajes, orgánicas y aleatorias de las que se consiguen empleando las lentes a su apertura óptima (T4-T5.6) y exponiendo los negativos como recomiendan los fabricantes. Las secuencias en la jungla, a fin de diferenciarlas de las que están ambientadas en Inglaterra, utilizan el revelado forzado para aumentar la suciedad y grano en la imagen, mientras que gran parte del material nocturno está forzado incluso dos diafragmas para ganar más sensibilidad y poder utilizar el fuego y antorchas reales en pantalla como fuente de luz principal. Además, para aumentar el detalle en sombras y elevar el nivel de velo con una preexposición del negativo, Khondji también ha echado mano del Varicon de Arri, a fin de flashear el negativo.

Utilizando lentes a máxima apertura, exposiciones al límite y flasheando el negativo, no es extraño que el film posea un aspecto de bajo contraste y en ocasiones hasta difuso (con un efecto parecido al de un filtro Black Promist 1/2, por ejemplo); pero es que además, la paleta está fuertemente virada hacia tonos verdosos-anaranjados, siguiendo un poco la citada línea de Vittorio Storaro en “Apocalypse Now”, lo que añade un tono que favorece el aspecto de época y envejecido de las imágenes. Por circunstancias de la producción (el escaso presupuesto y el apretado calendario de rodaje), Darius Khondji tuvo que recurrir principalmente a pequeñas unidades HMI y LED para el rodaje en la jungla, sin apenas posibilidad de llevar grandes aparatos debido a la imposibilidad de usar grupos electrógenos de gran potencia. Por eso, en sus secuencias en la selva, los rostros de los actores muchas veces están fuertemente subexpuestos, haciendo que sus facciones sean vagamente visibles en la parte baja de la curva, mientras que, con mucha frecuencia, la luz solar alcanza prácticamente la capacidad máxima de registro en cuanto a altas luces se refiere de la película de 35mm. En los interiores británicos, el operador francés sí que se vale de grandes aparatos de luz en varias ocasiones, siempre generando una apariencia de luz unidireccional y desde una única fuente (single source lighting), sin que en sus escenas, sean diurnas o nocturnas, tenga el menor reparo en que gran parte de sus fotogramas estén dominados por las sombras o la oscuridad, encontrando siempre soluciones inspiradas y muy poco convencionales para resolver cada situación que se le plantea, incluyendo una luz cenital amarillenta que indudablemente recuerda a Gordon Willis.

Los resultados, por lo tanto, son magníficos, confirmando después de “The Immigrant” que James Gray y Darius Khondji conforman un excelente dúo a la hora de plantear películas, especialmente si se tiene en cuenta que ambas han contado con presupuestos reducidos si se tiene en cuenta las ambiciones visuales de los dos proyectos. No se trata, en cambio, de la típica película que intente buscar la calidad de imagen o planos aislados de gran belleza; el objetivo prioritario de Khondji era, sin ningún tipo de duda, crear una estética muy especial para toda la proyección, a fin de atrapar al espectador en su mundo. Y ello lo consigue referenciando un buen número de películas clásicas de los años 70 que se acogieron a la misma idea, con las que la estética de “The Lost City of Z” compite admirablemente, incluso haciendo un uso del zoom que tiene mucho más que ver con el de aquélla época que con los gustos presentes.

Título en España: La Ciudad Perdida de Z
Año de Producción: 2016
Director: James Gray
Director de Fotografía: Darius Khondji, ASC, AFC
Ópticas: “C Series”, “E Series”; Ultra Speed Golden; ATZ y AWZ2 de Panavision
Emulsión: Kodak 5203 (50D), 5213 (200T) y 5219 (500T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision), 2.4:1
Otros: 4K Digital Intermediate

Vista en DCP

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