The Dark Knight
Segundo y quizá más logrado de los tres largometrajes rodados por el cineasta británico Christopher Nolan sobre Batman, el personaje creado por Bob Kane, después del éxito conseguido con “Batman Begins” (2005) y antes de cerrar la trilogía con “The Dark Knight Rises” (2012). La acción se sitúa a continuación de los eventos de la primera película, cuando el Joker (Heath Ledger, en su último papel completo en cine) amenaza a los habitantes de Gotham al ser utilizado como recurso por la mafia para luchar tanto contra Batman (Christian Bale) como contra el nuevo fiscal anticrimen, Harvey Dent (Aaron Eckhart). Con la ayuda del comisario Gordon (Gary Oldman) y de Rachel Dawes (Maggie Gyllenhaal, en sustitución de Katie Holmes), Batman y Dent se enfrentan al peligroso villano, hasta que ocurre un gran revés en la lucha que cambia todos los acontecimientos. “The Dark Knight” es el punto más alto de la trilogía debido a que es un film más espectacular y más intenso que el anterior y, a su vez, mucho más centrado en un villano realmente inquietante que supone un verdadero desafío para los protagonistas. Quizá, precisamente por su intensidad y espectacularidad, también es una película a veces excesiva y ruidosa, aunque por suerte la acción también es mucho más clara y está mejor filmada que en la primera entrega. Michael Caine y Morgan Freeman repiten sus pequeños roles de la primera entrega.
El director de fotografía volvió a ser Wally Pfister [ASC, BSC], que había obtenido una candidatura al Oscar por “Batman Begins” y también por el film anterior que realizó a las órdenes de Christopher Nolan, “The Prestige” (2006). Alcanzaría una nueva nominación por “The Dark Knight”, ya que el premio lo ganó Anthony Dod Mantle por “Slumdog Millionaire”. Pfister también rodaría a continuación del presente título “Inception”, por el que sí que obtuvo el Oscar, así como “The Dark Knight Rises”, el último título de la trilogía, con el que cerró, al menos por el momento, su carrera como director de fotografía. Desde entonces se ha dedicado, sin el éxito de antaño, a la dirección cinematográfica y de TV, comenzando con “Trascendence” (2014). Fuera de su carrera junto a Nolan, que también incluye “Memento” (2000) e “Insomnia” (2002) destacan “The Italian Job” (F. Gary Gray, 2004) y “Moneyball” (Bennett Miller, 2011).
La imagen de “The Dark Knight” es muy destacable en muchos aspectos, pero quizá el que más haya trascendido de todos ellos es que fue el largometraje que inició la moda de rodar amplios segmentos del mismo en formato IMAX (15-perf 65mm horizontal), un recurso que hasta entonces siempre o casi siempre se había destinado a documentales, más allá de experimentos como “Wings of Courage” (Jean Jacques Annaud, 1995). El IMAX es un formato que posee tres veces más tamaño de negativo que el 65mm (5-perf) convencional, denominado comercialmente “Super Panavision” o “Todd-AO”. De manera que gran parte de las secuencias de acción o de las tomás más espectaculares del film, así como su prólogo, fueron rodados en dicho formato con vistas a ser proyectado en salas IMAX, en celuloide, en 15-perf 70mm. La presentación del film en dicho formato gozaba de una extraordinaria calidad, así como una variación de relaciones de aspecto (1.43:1 para el material IMAX, 2.40:1 para el resto de la presentación) todas ellas proyectadas sobre una pantalla casi tres veces más alta que una pantalla de cine convencional. El grueso del metraje fue rodado con las mismas cámaras y lentes anamórficas usadas en “Batman Begins”; el inconveniente claro es que el formato 35mm anamórfico es aproximadamente entre ocho y nueve veces más pequeño que el IMAX, de tal manera que, una vez proyectado, comparativamente, resultaba escaso de resolución, especialmente al ser hinchado junto con el resto del material nativo IMAX a 15-perf 70mm. Nolan y Pfister continuaron empleando tal combinación en “The Dark Knight Rises”, y Nolan, ya con Hoyte Van Hoytema como director de fotografía, en “Interstellar” (2014), aunque por fin, para “Dunkirk” (2017) y “Tenet” (2020) el formato anamórfico ha sido sustituido como complemento del IMAX por un más adecuado 5-perf 65mm, debido a que el IMAX, o mejor dicho, sus cámaras, son demasiado ruidosas para el sonido directo.
La estética de “The Dark Knight” también comienza en donde se quedó “Batman Begins”. Es una película más urbana que la anterior, ya que no se muestran parajes recónditos ni nada que se le asemeje, pero el estilo es muy parecido. Por consiguiente, las imágenes son o siguen siendo muy contrastadas, con una fuerte presencia del contraluz en casi todas las escenas, especialmente las nocturnas. Pero quizá parte del aspecto dorado de “Batman Begins”, al menos en lo que concierne a las noches, es sustituido en “The Dark Knight” por una mayor abundancia de colores azules, con un infinito crepúsculo o anochecer que aparece muchas veces en los fondos. De hecho, probablemente a través de combinaciones de filtros, o bien fruto de no rodar con el 85B y emulsiones equilibradas para la luz de tungsteno (la 5218 de Kodak, de 500 ASA), hay varias escenas en el film que se desarrollan íntegramente bajo un intenso azul que simula la llegada de la noche. Esta mezcla de color hace que la fotografía de “The Dark Knight” tenga algo más de profundidad, ya que dichos fondos azules en “Batman Begins” probablemente hubieran sido fondos dorados, de luz de tungsteno o imitando fuentes de sodio, como la situada en primer término o mezclando con la misma tonos similares. El resto del metraje es realmente similar, con fluorescentes en las escenas de oficinas, o comisarías, dejando a veces que éstos se vayan algo a verde o cián, así como un gran número de escenas rodadas con luz de tungsteno, cálida, sobre los personajes. Todo luce bien, o muy bien, pero sin embargo Pfister, que nunca destacó por ser un gran retratista de actores (ni Katie Holmes en “Batman Begins”, ni Rebecca Hall en “The Prestige”, a modo de ejemplo) quizá emplee una luz demasiado contrastada sobre Maggie Gyllenhaal; aunque por el contrario, esa misma luz contrastada sobre su más habitual compañero de escenas, Aaron Eckhart, tiene muchas veces mucho sentido porque ayuda a mostrar sus “dos caras”, la luminosa y la oscura.
Como indicábamos, también “The Dark Knight” es un film mejor rodado que “Batman Begins”. En la primera parte Christopher Nolan usaba y abusaba de demasiados planos muy cerrados, muy cortos, así como de un montaje que en opinión de quien suscribe estas líneas era demasiado fragmentado y sincopado. De alguna manera, es probable que Nolan y Pfister fueran conscientes de ello y dentro de un estilo de rodaje similar (que incluye mucha cámara al hombro tanto en anamórfico como en IMAX), los cineastas coreografiaron planos más amplios, bien por emplear focales algo más angulares (40mm en lugar de 50mm, 50mm en lugar de 75mm, etc) o bien situándose algo más lejos con su cámara. Y al mismo tiempo, parece que las acciones de rodaje fueron algo más largas, en lugar de un estilo de “acción, corte, acción, corte” que estaba muy presente en el primer film. Ello favorece mucho, sobre todo en las presentaciones en IMAX, al material originado en dicho formato, porque precisamente como demuestra su manifiesta superioridad, detalle, claridad, nitidez y soberbia reproducción de color es dejando que sus imágenes permanezcan más de dos segundos en pantalla. Lo que no cambia es uno de los puntos fuertes de “Batman Begins” y es ese gusto por un rodaje que recurre a los efectos visuales digitales cuando no le queda más remedio, de manera que el grueso de las imágenes son imágenes reales, creadas en el “set” durante el rodaje y, la mayor parte de los efectos, son efectos físicos ejecutados con especialistas, tanto en explosiones, choques, miniaturas, etc. como en ejecutar los movimientos, saltos, golpes o caídas que hubieran sido demasiado peligrosas para los actores principales.
Unido todo ello a que Nolan y Wally Pfister renunciaron a las técnicas digitales de etalonaje, que en áquel entonces ya era el estándar de la industria, las imágenes de “The Dark Knight “ poseían un aspecto muy orgánico, completamente “de celuloide”, pues es lo que eran. Quizá en la versión en IMAX, en la que el material en 35mm anamórfico sí que estaba escaneado a 6K de resolución e hinchado digitalmente (proceso denominado IMAX DMR), dicha sensación se veía un poco disminuida porque el material en 35mm poseía halos y un defecto de imagen digital llamado edge enhancement o realce de bordes; en su visionado en 4K en HDTV, dicho efecto parece haber disminuido o ser inexistente, aunque la mayor claridad del IMAX y su superioridad sobre el 35mm sigue siendo muy visible. Los resultados, por consiguiente, son muy buenos, muy estéticos, con mucho oficio y un notable interés en hacer que el espectador recibiera la mejor presentación posible del film. Lástima que, al menos en el momento de su estreno, no existiera una forma óptima de visualizarlo, por los citados problemas del material 35mm en IMAX, pero lo cierto es que la increíble perfección que mostraba el material 15-perf 65mm en la gran pantalla, o que continúa mostrando en sus encarnaciones domésticas en alta resolución, hacen que el esfuerzo de Christopher Nolan y Wally Pfister continúe mostrando excepcionales cualidades.
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Título en España: El Caballero Oscuro
Año de Producción: 2008
Director: Christopher Nolan
Director de Fotografía: Wally Pfister, ASC, BSC
Ópticas: Hasselblad, Panavision “C”, “E”, “Primo” y “Super High Speed”
Emulsión: Kodak 5205 (250D) y 5218 (500T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (2.4:1) + IMAX (1.44:1)
Premios: Oscar a la mejor fotografía (nom), American Society of Cinematographers (nom), British Society of Cinematographers (nom), BAFTA (nom)
Vista en IMAX DMR & 4K HDR HDTV
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