Seconds
Uno de los títulos más celebrados de la carrera del director norteamericano John Frankenheimer (aunque no es el mejor) fue esta adaptación de una novela de David Ely cuyo planteamiento sci-fi bien podría haber perfectamente el de series como “Twilight Zone”: un banquero, hombre de mediana edad hastiado de su vida (John Randolph) es contactado a través de un amigo para hacerse cliente de una empresa que ofrece un curioso servicio, consistente en fingir la muerte del individuo, cambiar sus rasgos e identidad mediante la cirugía y crear para él una nueva vida. De modo que el hombre se convierte en un apuesto pintor (Rock Hudson) de la noche a la mañana y es alojado en una vivienda de lujo en Malibú, pero sin remediar el vacío existencial previo. A pesar de su prestigio actual, “Seconds” fue originalmente un fracaso comercial que no funcionó ni como ciencia-ficción o crítica social (el público no aceptaba a Hudson en esa temática) ni como vehículo al servicio del actor. Lo cierto es que es una película de desarrollo y narrativa casi experimental en muchos aspectos y que no es sencilla a pesar de lo que su argumento pudiera sugerir, de modo que dicho fracaso no es por completo incomprensible.
El director de fotografía fue James Wong Howe [ASC], un veterano de Hollywood, de origen chino, que se encontraba ya hacia el final de una carrera con casi 150 películas a sus espaldas desde el cine mudo hasta el año previo a su fallecimiento, cuando sustituyó a Vilmos Zsigmond en “Funny Lady” (1975), a pesar que estaba ya muy enfermo y retirado cuando recibió la llamada para que se hiciera cargo de la película. En su filmografía destacan títulos como “The Thin Man” (W.S. Van Dyke, 1934), “Objective, Burma!” (Raoul Walsh, 1945) o “Sweet Smell of Success” (Alexander MacKendrick, 1957), además de su asociación con Martin Ritt y Paul Newman en títulos como “Hud” (1963) y “Hombre” (1967). Curiosamente, en “Seconds” fue donde conoció a un joven cámara de documentales que fue, al parecer, el único capaz de ejecutar las complicadas tomas angulares y en mano que demandaba John Frankenheimer. Ese cámara era además un antiguo actor, con pequeños roles como en “The Magnificent Seven”. Howe le acogió, se convirtió en su mentor y, estando ya enfermo, le recomendó a Martin Ritt para sustituirle a él mismo desde “Sounder” (1972). Hablamos nada más y nada menos que de John A. Alonzo, con una fructífera carrera que tendría una colaboración más con Frankenheimer: “Black Sunday” (1977), ya como director de fotografía.
John Frankenheimer fue un realizador muy hábil con la cámara y con un gran oficio para componer tomas con la misma, algo que se aprecia en la mejor parte de su filmografía, la inicial, que posiblemente termine con “I Walk The Line” (1970). “Seconds” no es una película ajena a este estilo, más bien al contrario; es muy rompedora con muchos de los cánones hollywoodenses de la época y sobre todo por su soberbio trabajo de cámara. Quizá lo más recordado del mismo sean todas sus escenas de quirófano, cuando el personaje central interpretado por John Randoph se convierte en Rock Hudson, en las que Frankenheimer, Howe y posiblemente, Alonzo, emplean grandes angulares extremos, incluyendo el 9.8mm Kinoptik popularizado por Stanley Kubrick en películas como “A Clockwork Orange” (1971) y “The Shining” (1980), en ángulos contrapicados y muy cercanos a la cabeza del personaje mientras es transportado en una camilla por los pasillos del hospital. También, al inicio, cuando es seguido y captado por la empresa que ofrece ese particular servicio, Frankenheimer utiliza rigs para fijar la cámara a los actores y mantener sus rostros en pantalla, también en angular, mientras son los fondos los que se mueven. Todas estas ingeniosas aportaciones marcan el sello distintivo del film, a veces experimental como indicábamos, y que casi siempre rehúye el aproximamiento más sencillo para mostrar la creciente paranoia del personaje principal.
Incluso en la parte central de la película, que muestra una fiesta “hippie” incluso anterior a la popularización de los mismos, “Seconds” es un film extraño, con esa cámara en mano, tan cercana a los actores, que modifica seriamente la perspectiva y la percepción en pantalla de los espacios en los que se desarrolla la película. Howe, con la luz, realiza un trabajo adecuado, pero no tan brillante como el director con su cámara. Lógicamente, para conseguir exponer los negativos de la época y, además, a diafragmas cerrados para conseguir un buen rendimiento de las ópticas y el visto bueno de un director que, además, demandaba mucha profundidad de campo, el operador ha de emplear y emplea altos niveles de iluminación. A pesar del blanco y negro, que se presta mucho a los claroscuros dramáticos, no es un film que destaque especialmente por los mismos. De hecho, toda esa larga secuencia central de la fiesta es más bien opaca y poco contrastada, adoptando un moderno estilo verité que, realmente, iba muy poco con las creencias y estilo de la vieja guardia de Hollywood.
Por eso sorprende que un veterano como James Wong Howe (67 años en el momento de la filmación) acogiera dicho estilo sin problemas, aunque eso sí, supervisando o colaborando más con un trabajo de cámara ejemplar que con la iluminación, que siempre fue secundaria para el director en cualquier caso, ya que lo que le importaba era la composición, el movimiento y la profundidad. Los resultados, en cualquier caso, fueron lo suficientemente importantes como para conseguir una nominación al Oscar para Howe, que perdió ante el trabajo de Haskell Wexler en “Who’s Afraid or Virginia Woolf?”, que no es superior, en la última temporada en la que la Academia de Hollywood mantuvo la vieja distinción entre películas en blanco y negro (como la presente) y en color a la hora de disputarse el Oscar a la mejor fotografía.
Título en España: Plan Diabólico
Año de Producción: 1966
Director: John Frankenheimer
Director de Fotografía: James Wong Howe, ASC
Ópticas: Cooke Speed Panchro, Kinoptik 9.8mm
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.85:1
Premios: Oscar a la mejor fotografía (nom)
Vista en Blu-ray
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