Runaway

Quinto largometraje escrito y dirigido por el también novelista Michael Crichton, quien en esta ocasión llevó a la pantalla una historia que en un principio podría parecer inspirada en “Blade Runner” (1982), aunque a nivel de desarrollo de la misma se pierde cualquier tipo de parecido con el film de Ridley Scott. En “Runaway”, Tom Selleck interpreta a un policía que, en un futuro cercano (comienzos de los 90) se dedica a destruir robots que presentan problemas de funcionamiento y que atacan o ponen en peligro la vida de las personas. Junto con su nueva compañera de trabajo (Cynthia Rhodes), se encargan de la investigación de una serie de muertes a cargo de un robot modificado, que parece que encaminan a un siniestro personaje (Gene Simmons) que trafica con microchips. Los resultados son muy desiguales y a Crichton parece que le interesaba mucho más la descripción tecnológica que una narrativa que nunca llega a enganchar. Así, el film es más loable por la presentación de diversos elementos modernos como los drones, videoconferencias o incluso un sucedáneo de Internet que por la historia que cuenta y la forma en que lo hace. Kirstie Alley aparece en un breve papel secundario.

El director de fotografía fue el norteamericano, de origen mexicano, John A. Alonzo [ASC]. Fue la primera colaboración de Alonzo con Michael Crichton, con el que repetiría en el último film del escritor en la silla de dirección (“Physical Evidence”, 1989). Crichton tenía previamente una curiosa carrera con desiguales directores de fotografía: Gene Polito en “Westworld”, Victor J. Kemper en “Coma”, Geoffrey Unsworth en “The First Great Train Robbery” y Paul Lohmann en “Looker”, el título anterior a “Runaway”. De modo que Alonzo, junto con Unsworth, era claramente el operador más importante de la carrera de Crichton como director. Famoso por su colaboración con Brian de Palma en “Get to Know Your Rabbit” (1972) y “Scarface” (1983), con Martin Ritt en “Sounder” (1972) o “Norma Rae” (1979), “Tom Horn” para Steve McQueen, Hal Ashby en “Harold & Maude” (1971), John Frankenheimer en “Black Sunday” (1977) o, por supuesto, con Roman Polanski en “Chinatown” (1974), por la que obtuvo su única candidatura al Oscar, Alonzo fue uno de los grandes directores de fotografía del cine americano durante los años 70 y 80, con títulos ya menores en los 90, finalizando su carrera abruptamente por su fallecimiento a causa de un cáncer de pulmón en 2001, a los 66 años de edad. Fue mentor, entre otros, de John Toll, que fue ayudante y operador de cámara de Alonzo en muchos de sus grandes títulos, así como incluso de Janusz Kaminski, al que aceptó como aprendiz en alguno de sus rodajes.

John Alonzo fue un director de fotografía de un enorme oficio y conocientos técnicos, que a veces dividió su filmografía entre películas en las que pudo expresarse de forma artística y otras, en las que mostró más su vertiente técnica. Junto con “Black Sunday” y especialmente “The Blue Thunder” (John Badham, 1983), “Runaway” es uno de estos films. Es más, es muy probable que Alonzo consiguiera el presente trabajo sobre la base de la enorme suficiencia técnica mostrada en la segunda de estas dos películas sobre artefactos voladores, que en ambos casos requirieron además complicados efectos de proyección frontal para conseguir dar veracidad a sus escenas. En el caso de “Runaway” este sistema entra en acción en el clímax de la historia, ambientado en las alturas y ascensor de un edificio en construcción, para el que la producción se diseñó sobre la base de fondos de la ciudad, por la noche, con la citada proyección frontal. El sistema, que a Alonzo le salió mucho mejor en las noches de “Blue Thunder” que durante el día en “Black Sunday”, aquí funciona maravillosamente bien, algo en lo que la mejora de las emulsiones fotográficas, o mejor dicho, el incremento de la sensibilidad de las mismas, contribuyó decisivamente: los fondos lucen mejor expuestos y con más información que los típicos efectos translúcidos que se conseguían anteriormente al no poder exponer correctamente las placas en exteriores nocturnos de ciudad captados con la luz disponible.

En ese aspecto, el film luce espléndido, con la habitual utilización de aparatos HMI en los exteriores nocturnos que ofrecen el característico tono azulado del cine de los años 80; sin embargo, también tiene otra característica del estilo de Alonzo en la época que no ha envejecido tan bien. Se trata del uso de la subexposición y revelado forzado de las emulsiones de alta sensibilidad de la época, a fin de poder cerrar más el diafragma (en contraposición a emplear menos luz) rodando en formato anamórfico, consiguiendo exposiciones a T3.5 – T4.5 – T5.6 y similares. Alonzo llevaba experimentando con forzados muy serios (dos stops) al menos desde la época de “The Cheap Detective”, con la 5247 de Kodak, incrementando su sensibilidad hasta los 400 ASA en lugar de los 100 recomendados por el fabricante. Cuando Kodak lanzó la 5293 (250 ASA), Alonzo comenzó a forzarla (según él, ya que John Toll le comentó al autor de estas líneas que el operador exageraba un poco en entrevistas, ya que fijaba un stop determinado y justo antes de rodar lo abría un poco) hasta los 1600 – 2000 ASA. En “Runaway” parece ser que empleó emulsiones Fuji a 600 – 800 ISO y el resultado es parecido al de “Scarface”: negros muy pobres, mucho grano y contraste reducido en casi todo el film. Además en este caso, aunque Alonzo no forzara más de dos stops, empleando una evolución del flasheado denominada Lightflex, que lavaba las sombras y, por tanto, permitía rodar con menos luz a costa de sacrificar los negros.

El resultado es que, a pesar del anamórfico, que emplea un mayor área de negativo que los formatos esféricos, la imagen es globalmente sucia y posee más un aspecto documental (algo a lo que el trabajo de cámara, generalmente al hombro con angulares a lo “Norma Rae”, también contribuye) que no acompaña a lo que se supone que es una historia más o menos tecnológica y futurista. Es cierto que el forzado y empleo de sensibilidades muy altas permite a Alonzo utilizar menos aparatos y mucha más luz disponible en localizaciones, pero rara vez ello está empleado para mejorar el film o su aspecto, sino casi al contrario, luce peor porque parece mucho menos elaborado, plano y poco contrastado. Los resultados, cuando Alonzo ilumina de verdad, son muy buenos en cambio, pero lamentablemente, gran parte del film es está resuelto en esa especie de luz nocturna disponible, con el Lightflex y una iluminación suave general y algunas fuentes integradas, que hace que el aspecto sea plano y, con el añadido del forzado, con una textura demasiado prominente que ni siquiera queda bien en HD. Lástima que Alonzo decidiera confiar tanto en emulsiones tan imperfectas como la presente, o las clásicas 5293 y 94 de Kodak, cuya estética, especialmente cuando eran llevadas al límite, está lejos de los deliciosos resultados del forzado de la emulsión previa, la 5247, en películas como las citadas “Black Sunday”, “The Cheap Detective” o, especialmente, “Norma Rae”.

Título en España: Runaway, Brigada Especial
Año de Producción: 1984
Director: Michael Crichton
Director de Fotografía: John A. Alonzo, ASC
Ópticas: C-Series, Super High Speed, Super Panazoom, Panafocal
Emulsión: Fuji
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision), 2.4:1

Vista en HDTV

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