Moonraker

Después del rotundo éxito de “The Spy Who Loved Me” y con Roger Moore plenamente consolidado en el papel de James Bond, los productores se lanzaron a la realización de uno de los títulos más ambiciosos de la serie, que llevó al personaje de Ian Fleming hasta el mismísimo espacio exterior como consecuencia del éxito de “Star Wars” dos años antes. “Moonraker” es, por tanto, uno de los títulos más fantasiosos de la saga y también uno de los que peor fama tiene, a pesar que simpleza y sentido del humor posiblemente hagan del mismo también uno de los más simpáticos y lo eleven, en cierto modo, a la categoría de “guilty pleasure”. Lois Chiles y Corinne Clery fueron las atractivas chicas Bond, mientras que Richard Kiel repitió su papel de villano de la película anterior con una vuelta de tuerca, esta vez a las órdenes del francés Michel Lonsdale, un empresario del sector aeroespacial que pretende exterminar a la raza humana y establecer una colonia en el espacio.

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El director Lewis Gilbert repitió su labor en “The Spy Who Loved Me” y originalmente estaba previsto que el director de fotografía Claude Renoir también lo hiciera. Sin embargo, la vista de Renoir ya había dado signos de fallo durante el rodaje de la película anterior –lo cual provocó la famosa anécdota de que el diseñador Ken Adam pidiera consejo a Stanley Kubrick acerca de cómo iluminar el interior del super petrolero en que termina la película- y, tras rodar junto a Gilbert el metraje semidocumental sobre el carnaval de Rio de Janeiro que aparece en el presente film, tuvo que renunciar al mismo y recomendar a su colega francés Jean Tournier para que se hiciera cargo de la película. Tournier tenía en su currículum alguna película internacional importante, como las estupendas “The Train” (John Frankenheimer, 1964) –en la que al parecer fue sustituido por Walter Wottitz después de que Arthur Penn fuera despedido por Burt Lancaster- o “The Day of the Jackal” (Fred Zinemann, 1973), aunque en esta última su fotografía, especialmente la de interiores, distase mucho de las expectativas que el nivel de la producción hacían esperar.

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Sin embargo, de alguna forma, bien por estar muy bien rodeado por el equipo habitual de Bond (con Ken Adam de nuevo en los diseños, Alec Mills con la cámara principal, Alan Hume y Ernest Day en las segundas unidades, vistosísimas localizaciones en Brasil, Guatemala, Venecia y Francia, así como excepcionales efectos visuales a cargo de Derek Meddings y Paul Wilson) o quizá porque aquí dispuso de unos medios muy superiores, Tournier se desempeña en “Moonraker” mucho mejor que en películas anteriores y ofrece un trabajo muy sobrio, carente de toda inspiración, pero con el oficio que requería una producción de estas características. El estilo que ofrece el operador francés dista mucho de ser moderno (la serie nunca se caracterizó en aquélla época por esta circunstancia, e incluso hasta bien entrados los 90, los productores consideraban un plus la veteranía en la misma, por encima del talento o haber destacado en otras películas), e incluso por momentos es plano y aburrido, pero obtiene un gran partido de las localizaciones –especialmente las brasileñas, atención a las escenas en el teleférico- y de los intérpretes, no solo las femeninas, sino de un Roger Moore que ya comenzaba a estar entrado en años y que, como las chicas que le acompañan en pantalla, es fotografiado con mucha luz frontal para tratar de ocultar lo máximo posible los defectos de su rostro.

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En lo demás, Tournier emplea unos niveles de luz muy elevados en sus escenas diurnas, con no demasiado contraste ni en sus decorados (como los de la estación espacial, el centro de Drax en California, o el lugar, escondido en la selva, desde el que se lanzan las naves espaciales) ni en sus localizaciones reales (como la mansión en que habita el personaje de Michel Londsdale), pero el formato panorámico anamórfico, las tomas angulares y el lujo y sofistificación de la producción, hacen que ni siquiera sea necesaria una luz demasiado especial para que la imagen cobre el empaque correcto. Algunas escenas nocturnas, como aquéllas en que Roger Moore seduce a Corinne Clery o Lois Chiles, parece que están rodadas exactamente con el mismo estilo de las diurnas solo que subexponiendo el negativo aproximadamente un diafragma o bajando la copia al positivar, aunque lo peor son algunos acelerados de post-producción, como durante la escena en la centrifugadora o las persecuciones en Venecia, defectos que sin embargo, no son achacables a un Tournier que, por otro lado, se defiende bien con el formato anamórfico y emplea la rara lente Panafocal –un zoom con adaptador frontal- vista en “The Spy Who Loved Me” o “Tess” (1979).

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Eso sí, a pesar que los efectos de proyección frontal del supuesto especialista Bill Hansard lucen exactamente tan mal como los que ya realizara éste para “Black Sunday” (John Frankenheimer, 1977), las verdaderas estrellas del show son los citados Derek Meddings con sus miniaturas, Paul Wilson con su fotografía de efectos visuales -recurriendo a múltiples pases y exposiciones para evitar la degradación de sus negativos por el copiado óptico- y John Evans con sus efectos físicos, que lograron unos efectos que, en términos generales y sin ser tan ambiciosos, competían en su momento con los más avanzados y perfeccionados de la época, es decir, los de “Star Wars”, “Close Encounters of the Third Kind”, “Star Trek” o “Alien”. Justamente y junto con estos dos últimos, fueron candidatos al Oscar de 1979, aunque perdieron ante el finísimo trabajo del que hacía y hace gala la película de Ridley Scott. También, por supuesto, destaca enormemente la famosa secuencia de apertura en caída libre, rodada con una lente anamórfica con su mecánica de plástico, con un riesgo y dificultad extremo para los especialistas y técnicos que participaron en la misma.

Título en España: Moonraker
Año de Producción: 1979
Director: Lewis Gilbert
Director de Fotografía: Jean Tournier
Ópticas: C-Series de Panavision, Panafocal 45-90mm T/4
Emulsión: Kodak 5247 (100T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision), 2.4:1
Otros: Segundas unidades de Alan Hume [BSC] (con dirección de John Glen) y de Ernest Day [BSC]

Vista en Blu-ray

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2016.