The Spy Who Loved Me

Décima entrega de las aventuras de James Bond, el personaje creado por Ian Fleming, que también fue la tercera ocasión y el mejor film en que éste fue encarnado por Roger Moore, que nunca equilibró tan bien su sentido del humor con la dureza que requería el personaje. La acción gira en torno a la desaparición de dos submarinos nucleares (uno británico, el otro soviético), que se sospecha que han caído en manos de alguien que ha diseñado un sistema de seguimiento de este tipo de buques. Bond viajará al Egipto a fin de tratar de seguir la pista, pero allí se encontrará con una espía soviética (Barbara Bach) con la que rivalizar. Curt Jurgens interpreta al villano de turno, así como Richard Kiel al famoso Jaws, el gigante de mandíbulas de acero que repetiría su papel en “Moonraker”, con una breve aparición de Caroline Munro y del emblemático Lotus Esprit submarino.

“The Spy Who Loved Me” fue producida después de un período dificil para Bond, con una serie de problemas legales que pusieron en duda la supervivencia de la serie. Ello hizo que el productor Albert R. Broccoli echara el resto en el envite, con el retorno del formato panorámico anamórfico que había sido desechado en las dos entregas anteriores por su alto coste, así como asumiendo una importante partida en efectos visuales, con varias maquetas muy elaboradas a cargo de Derek Meddings, entre ellas, la fortaleza del villano, los submarinos o el superpetrolero que éste utiliza para captarlos.

Lewis Gilbert, quien ya se había hecho cargo de “You Only Live Twice” (1967) retornó a la producción, lo cual volvió a significar que Ted Moore no fue contratado para fotografiar el film. En esta ocasión, en su lugar, Gilbert confió el cargo al francés Claude Renoir, nieto del pintor Pierre-Auguste Renoir y sobrino del cineasta Jean Renoir, para el cual rodó varios de sus films, además de éxitos como “Barbarella” (Roger Vadim, 1968) o justo antes de hacerse cargo de este film, “The French Connection II” (1975), a las órdenes de John Frankenheimer. Además de Renoir, Willy Bogner se encargó de la escena inicial en la nieve, dirigida por John Glen, mientras que parece ser que la otra segunda unidad, a cargo del también operador y director de fotografía Ernest Day [BSC], en uno de sus primeros trabajos como realizador en la secuencia del Lotus, contó con Robin Browne [BSC] al mando de las cámaras en una labor no acreditada (Browne también ejecutó la fotografía de miniaturas).

“The Spy Who Loved Me” es una de las películas Bond mejor filmadas y destaca especialmente después de los trabajos de Moore, que nunca fueron demasiado inspirados. Las secuencias en los interiores de los submarinos y en el superpetrolero –en cuyo diseño de iluminación parece ser que participó Stanley Kubrick, por mediación del diseñador Ken Adam, ante los problemas de visión de Renoir que le impidían ver el fondo del decorado- hacen uso de un buen número de fuentes integradas en los decorados haciendo el verdadero trabajo de iluminación (aunque también conjugadas con fuentes de luz puntual, duras o difuminadas, para perfeccionar la imagen), pero el verdadero punto fuerte del film es la fotografía de localizaciones de la primera unidad en Egipto, en el que Renoir adopta un aproximamiento naturalista y, exponiendo para las sombras, deja que los cielos y altas luces luzcan sobreexpuestos para poder retratar bien a los actores sin necesidad de emplear luz artificial.

Barbara Bach se beneficia de una incesante luz frontal que le otorga tratamiento de estrella y una difusión en cámara que está bastante bien realizada, cumpliendo su cometido pero sin ser demasiado obvia, en un conjunto en el que el trabajo de cámara –a cargo del operador y futuro director de fotografía Alec Mills [BSC]- también es sobrio y elegante y también obtiene un buen partido de las localizaciones de las que hace gala el film. A destacar es el uso del zoom, no porque resulte extraño en la época, sino que porque parece que usa una lente de recorrido muy escaso con el adaptador anamórfico en la parte frontal, algo verdaderamente extraño en los diseños de Panavision y el resto de fabricantes de lentes anamórficas occidentales en aquélla época (Technovision y Todd-AO 35, principalmente).

Así pues, “The Spy Who Loved Me” no es sólo uno de los mejores Bond de toda la serie, sino también uno de los más maduros y serios en su aproximamiento visual, con una imagen que guarda un buen equilibrio entre una apariencia natural, pero obteniendo un buen partido de actores y localizaciones, al tiempo que el metraje de las segundas unidades –siempre tan importantes en la serie- se integra a la perfección, como el excelente trabajo de miniaturas y efectos, que en el año de “Star Wars” demostró que los creadores de Bond estaban totalmente a la vanguardia de la técnica cinematográfica e hicieron que «The Spy Who Loved Me», en la que tanto se jugaba Bond, fuera un éxito que aseguró la supervivencia de la serie.

 

Título en España: La Espía que me Amó
Año de Producción: 1977
Director: Lewis Gilbert
Director de Fotografía: Claude Renoir
Ópticas: C-Series de Panavision
Emulsión: Kodak 5247 (100T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision), 2.4:1

Vista en Blu-ray

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2013.