Cutter’s Way

Adaptación de una novela de Newton Thornburg, que al parecer difiere bastante de esta versión cinematográfica, de la que son protagonistas dos amigos, Bone (Jeff Bridges) y Cutter (John Heard), un antiguo veterano de guerra lisiado por sus heridas sufridas durante la contienda. Cuando a Bone se le estropea su coche justo en el lugar en el que se produce un asesinato, piensa que el crimen ha podido ser cometido por un hombre poderoso cuya apariencia es muy similar a la de una persona que vio en ese sitio. Sin embargo, Cutter da por hecho que el magnate es el asesino y, junto con la hermana de la víctima, se decide a ir a por él, sin que Bone pueda hacer mucho para convencerle de lo contrario. En manos del cineasta checo Ivan Passer, “Cutter’s Way” es un extraño antecedente de “The Big Lebowski” de los hermanos Coen, que sustituye la comedia de aquélla por un drama que nunca termina de funcionar por completo, debido a lo estrambótico de la historia y su desarrollo. John Heard, con un parche en el ojo, es sin lugar a dudas lo mejor de la película, componiendo un personaje muy interesante con altas dosis de histrionismo.

El director de fotografía fue Jordan Cronenweth [ASC]. Famoso sobre todo por su trabajo en “Blade Runner” (Ridley Scott, 1982), Cronenweth sin embargo comenzó en el mundo del cine desde abajo, siendo ayudante de Conrad Hall en la época de “The Professionals” (Richard Brooks, 1967) y ascendido al año siguiente a la posición de operador de cámara en “Hell In The Pacific” (John Boorman, 1968) cuando William A. Fraker decidió dar el salto a la posición de director de fotografía. Cronenweth hizo lo propio a principios de la década de los 70 y desde el comienzo se distinguió por ser un operador muy moderno, que seguía al dedillo las nuevas tendencias llegadas desde Europa, utilizando casi en exclusiva la luz rebotada o difusa y niveles de iluminación mucho más bajos de los que eran habituales en Hollywood en aquélla época. En 1974 despunta con tres trabajos para realizadores importantes: “Zandy’s Bride” para el sueco Jan Troell, el thriller “The Nickel Ride” para Robert Mulligan y, sobre todo, “The Front Page”, ni más ni menos que para Billy Wilder. De ahí pasa a la crudísima imagen de “Rolling Thunder” (John Flynn, 1977) y al estilizado naturalismo de “Altered States” (Ken Russell, 1980), una película fallida pero muy interesante a nivel estilístico. De su etapa posterior a “Blade Runner”, destacan sus dos trabajos para Francis Coppola, “Peggy Sue Got Married” (1986), por la que fue nominado al Oscar y ganó el primer premio entregado por sus colegas de la American Society of Cinematographers (ASC), así como “Gardens of Stone” (1987). Después de “State of Grace” (1990) y “Final Analysis” (1992), ambas dirigidas por Phil Joanu, fue convocado por David Fincher para que se hiciera cargo de “Alien 3”. Sin embargo, Cronenweth, que había sido diagnosticado como enfermo de Parkinson en 1978, no pudo seguir el exigente ritmo de la producción y tuvo que ser sustituido por Alex Thomson. Lamentablemente, no volvió a trabajar, falleciendo en 1996 a la edad de 61 años.

Ivan Passer comentaba que incluso en la época del rodaje de esta película, Cronenweth se movía ya muy lento, como si fuera un hombre de 90 años de edad, e incluso hay informaciones acerca de que una camilla movía al director de fotografía durante el rodaje de “Blade Runner”. Sea como fuere, es evidente que Cronenweth tenía serios problemas físicos y parece ser que le hacían ser lento en su trabajo, pero la imagen de ninguno de ellos se resiente ni lo más mínimo y desde luego que “Cutter’s Way” no es una excepción. Rodada en una ciudad tan cinematográfica pero poco fotogénica como lo es Los Angeles (y también la zona de Santa Bárbara), “Cutter’s Way” es típica de Cronenweth en tanto que presenta una imagen muy sencilla, naturalista y, desde luego, moderna para la época. Aunque Cronenweth rodó algunos de sus trabajos más famosos en formato anamórfico, en este caso la película está rodada en formato esférico convencional y haciendo uso de lentes ultraluminosas Panavision, que permiten al director de fotografía utilizar sus tradicionales niveles de luz muy bajos y mucha iluminación justificada en sus interiores, bien sean diurnos (a través de las ventanas) o nocturnos (sirviéndose de las lámparas y fuentes integradas, debidamente potenciadas a tal efecto).

“Cutter’s Way” cae, por lo tanto, en una línea naturalista que la diferencia mucho del esteticismo de orígenes publicitarios (con fuertes reminiscencias al clasicismo a lo Gregg Toland en “Citizen Kane”, con sus haces de luz y humo) de “Blade Runner”, o incluso del preciosismo de “Peggy Sue Got Married”. Es un trabajo que, sin embargo, tampoco sigue la línea de “Rolling Thunder”, cuyo tratamiento realista era muy extremo. “Cutter’s Way” posee una imagen naturalista pero algo más pulida, en la que Cronenweth pone cierto interés en que los actores luzcan bien, por más que ello conlleve utilizar más luz de relleno en interiores o por más que ello suponga extender las fuentes de luz naturales más allá de donde llegarían realmente, al contrario que en la crudísima “Rolling Thunder”, en la que el director de fotografía dejaba caer en la oscuridad al personaje de William Devane sin el menor reparo. Por lo tanto, manteniéndose fiel a sus principios e ideas (utilización de poca luz, siempre justificada, fuentes suaves, contraluz en exteriores, lentes fijas sin difusión, etc.) Cronenweth ofrece aquí una imagen más comercial que enlaza más con su obra posterior.

Parece ser que “Cutter’s Way” fue, además, una película muy maltratada por United Artists en la época de su estreno. El estudio sufría mucho en aquélla época como consecuencia del desastre de “Heaven’s Gate”, e incluso estrenó la película en dos ocasiones, primero con el título de “Cutter & Bone” (más lógico) y después con el título definitivo de “Cutter’s Way”. Quizá por ello no sea una película demasiado conocida a pesar de que tiene muchos seguidores y reseñas favorables. Para quien escribe estas líneas, más allá de la presencia de Cronenweth detrás de las cámaras, este posterior prestigio no está demasiado justificado, con una historia no demasiado interesante y que se sostiene a duras penas durante su desarrollo, exigiendo demasiado al espectador en cuanto a su credulidad de lo que ve en pantalla.

Título en España: El Camino de Cutter
Año de Producción: 1981
Director: Ivan Passer
Director de Fotografía: Jordan Cronenweth, ASC
Ópticas: Panavision Ultra Speed
Emulsión: Kodak 5247 (100T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.85:1

Vista en Blu-ray

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2017.