Sicario

Thriller ambientado en la zona fronteriza entre los EEUU y México, que tiene como protagonista a una agente federal norteamericana (Emily Blunt) que se une como voluntaria a un grupo especial de la CIA (liderado por Josh Brolin y Benicio del Toro) que parece actuar al margen de la legalidad al actuar contra los jefes del tráfico de drogas a cada lado de la frontera. Se trata de una película dura, con un guión quizá más simple de lo que a priori parece, pero la magnética dirección de Denis Villeneuve (“Enemy”, “Prisoners”) y su misterioso desarrollo –que durante la proyección puede parecer una narrativa confusa- la elevan notablemente, a pesar que los resultados finales distan mucho de ser redondos precisamente porque el texto está a un nivel inferior a las interpretaciones o especialmente la dirección, que por momentos es excepcional. Con todo y con eso, se trata de una película muy sugerente y adulta, que muestra un enorme nivel en todos sus apartados técnicos, aunque en opinión de quien suscribe estas líneas sea algo inferior a las dos películas anteriores del director.

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El director de fotografía es el británico Roger Deakins [ASC, BSC], el cual, seguramente junto con el mexicano Emmanuel Lubezki [ASC, AMC], tenga la consideración de mejor director de fotografía en activo. Además, Deakins está empezando a ser conocido también por acumular un total de doce nominaciones al Oscar y todavía no haber ganado el premio, por títulos como “The Shawshank Redemption” (1994), “Fargo” (1996), “No Country for Old Men” (2007), “Skyfall” (2012) o la mencionada “Prisoners” (2013), su primer trabajo para Villeneuve. Conocido originalmente por su asociación con los hermanos Joel & Ethan Coen, Deakins también ha trabajado con Martin Scorsese (“Kundun”), Ron Howard (“A Beautiful Mind”), M. Night Shyamalan (“The Village”), Stephen Daldry (“The Reader”), Andrew Niccol (“In Time”) o Angelina Jolie (“Unbroken”), aunque actualmente, a sus 66 años de edad, posee una apretadísima agenda que le permite seleccionar únicamente los proyectos que más le interesa rodar, entre los que se encuentra la secuela de “Blade Runner”, de nuevo a las órdenes de Villeneuve.

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Desde que probara la Arri Alexa en “In Time”, Deakins, antiguo férreo defensor del celuloide (que sin embargo ha vuelto a usar en “Hail Caesar!” con los Coen) ha rodado todas sus películas en formato digital, empleando siempre las que son sus ópticas predilectas desde los tiempos de “No Country for Old Men”, las Arri/Zeiss Master Prime. En esta ocasión, Deakins además se ha beneficiado del nuevo modo de grabación Open Gate de la Alexa, que permite incrementar los píxeles desde 2.8K hasta 3.4K en ArriRaw, por lo que las imágenes de “Sicario” son todavía algo más nítidas y definidas que las de sus anteriores trabajos. Estilísticamente, Deakins se mueve en territorios muy conocidos para él, empleando imágenes de una fuerte inspiración naturalista, con mucho contraste y fuentes integradas en plano o siempre justificadas en el mismo, con una imagen excepcionalmente contrastada como permite la Alexa con las Master Prime.

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En cierto modo, podría decirse que “Sicario” es una actualización estética de “No Country for Old Men”, solo que adaptada a los medios de rodaje digitales. Como en la película de los hermanos Coen, que mostraba al Deakins más crudo y más salvaje, en esta ocasión el operador británico también opta por retratar el sur de los EEUU o norte de México como un lugar con una luz abrasadora en sus exteriores diurnos, que contrasta con sus imágenes de bajos niveles para las escenas nocturnas. En esos exteriores, Deakins vuelve a utilizar la sobreexposición –en este caso no de su negativo, sino de su sensor- para mostrar cielos casi blancos y una luz solar de lo más intensa, sin tener que recurrir a fuentes de luz artificiales para iluminar sus zonas en sombra. La circunstancia llamativa es que Deakins traslada esa aproximación también a algunos interiores, especialmente la vivienda en la que se presenta al policía mexicano y a su hijo, cuyas ventanas están también fuertemente sobreexpuestas y tan quemadas que no muestran la menor textura o atisbo de detalle. Aunque la idea e intención son muy claras, lo cierto es que esos momentos son los que más dudas generan de su trabajo, ya que Deakins lleva la sobreexposición tan al límite que bordea el temido efecto vídeo (en circunstancias tan extremas, la película negativa continúa teniendo ventaja en cuanto a resultados sobre el cine digital).

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Sin embargo, todo lo demás de su trabajo es superlativo: llama la atención que, como especialmente viene haciendo desde que rueda en digital, prácticamente cada uno de sus planos está iluminado con fuentes integradas en los mismos, a veces sin tener que recurrir a iluminación cinematográfica, incluso en alguno de sus exteriores nocturnos, gracias a la extraordinaria sensibilidad de la Alexa y del rendimiento de los Master Prime a T/1.3. En este caso, las imágenes se caracterizan por el tono dorado de su luz de interiores, con el azulado de los exteriores, en los que Deakins aprovecha al máximo sus medios para captar extraordinarias secuencias en la hora mágica, en las que sus imágenes tienen una gran fuerza y superan, por mucho, la simple postal. En sus interiores diurnos, el operador británico justifica las fuentes de luz en las propias ventanas de sus decorados o localizaciones, con fuentes de gran intensidad que generan mucho contraste y un efecto de una única luz, sin apenas relleno y mucho menos contraluz, por lo que sus imágenes son muy modernas y atractivas en todo momento. Sin embargo, lo mejor llega en la recta final, con momentos como aquél en el que los coches iluminan el fondo junto a la entrada del túnel, o especialmente durante las escenas nocturnas en los coches, una suerte en la que Deakins es un maestro desde los tiempos de “Fargo” y que, nuevamente, lucen espectaculares en sus manos.

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Además, la cámara de Villeneuve -que contiene excepcionales planos áereos y tomas semi-subjetivas- utiliza el formato panorámico de forma soberbia, con composiciones muy amplias que reparten muy bien a los personajes a lo ancho del fotograma y suaves y sutiles movimientos ejecutados con gran precisión por el propio Deakins, que siempre opera en sus películas. Incluso en este aspecto se percibe la influencia en el británico del realizador canadiense, puesto que Deakins es conocido por su gusto por emplear focales denominadas “nobles” (32-40-50mm) y aquí no solo parece que se introduce alguna focal más angular (25-27mm), sino que además Villeneuve coloca a sus actores muy cerca de la cámara, casi a foco mínimo, en muchas ocasiones, haciendo más presente e intensa la puesta en escena. Los resultados -que incluyen en la parte final cámaras de visión nocturna, a lo «Zero Dark Thirty«- son muy buenos, diríase que extraordinarios, en la línea del mejor Deakins, el cual, desde que rueda en digital, ha comenzado a asumir grandes riesgos y jugar con oscuridades además de poseer intacto su gran talento, haciendo que sus trabajos –cuando los realiza con un director tan interesante- resulten ser auténticos acontecimientos en materia de fotografía cinematográfica. Por ello, no cabe duda de que con “Sicario”, Deakins optará una vez más a todos los premios, y quién sabe si esta vez no se irá de vacío.

Título en España: Sicario
Año de Producción: 2015
Director: Denis Villeneuve
Director de Fotografía: Roger Deakins, ASC, BSC
Ópticas: Arri/Zeiss Master Prime
Formato y Relación de Aspecto: Arri Alexa (Arriraw, 3.4K), 2.4:1

Vista en DCP

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2015.