McCabe and Mrs. Miller
Peculiar adaptación de una novela de Edmund Naughton, ambientada en los tiempos del viejo Oeste, que tiene como protagonista a John McCabe (Warren Beatty), un jugador de cartas que inicia un próspero negocio de prostitución en un pueblo minero, con la ayuda de una mujer (Julie Christie) que se encarga del buen funcionamiento del mismo. Sin embargo, todo cambia cuando unos emisarios de una gran corporación llegan al pueblo y desean comprar todos los terrenos y negocios de McCabe. Altman narra la película con un tono muy casual y despreocupado un film cuyas mayor virtud es el retrato desmitificador de la época y de sus personajes, principalmente los de Beatty y Christie, aunque incluso los personajes secundarios poseen esa misma cualidad espontánea que los hace más veraces en pantalla y muy diferentes de los del cine del Oeste anterior al presente. Por supuesto, la película también es muy conocida por las canciones de Leonard Cohen, que el director utiliza muy bien con los pasajes nevados de Vancouver, así como por su pésimo sonido directo, que por increíble que parezca, hace que unos subtítulos sean imprescindibles para el visionado a no ser que se quiera asumir el riesgo de no entender nada de lo que los personajes hablan. René Auberjonois, Keith Carradine, William Devane o Shelley Duvall completan el reparto.
El director de fotografía fue el húngaro Vilmos Zsigmond [ASC], uno de los personajes más influyentes de su tiempo. Llegado a EEUU junto con su amigo Laszlo Kovacs en 1956, después de haber rodado abundante material de la llegada de los tanques soviéticos a Budapest, los dos húngaros tuvieron que comenzar su carrera desde lo más bajo: desde realizar retratos a domicilio o trabajos en laboratorios, para después empezar a rodar películas de escaso o nulo presupuesto. Al igual que Kovacs dio la campanada con “Easy Rider” (Dennis Hopper, 1969), Zsigmond lo hizo con el presente título, al que seguirían otros dos trabajos consecutivos para Robert Altman (“Images” y “The Long Goodbye”) y por supuesto “The Sugarland Express” (1974) y “Close Encounters of the Third Kind” (1977), ambas para Steven Spielberg, o “The Deer Hunter” (Michael Cimino, 1978), con las que acumuló un Oscar y una nominación. También es famoso Zsigmond por sus cuatro colaboraciones con Brian de Palma (“Obsession”, “Blow Out”, “The Bonfire of the Vanities” y “The Black Dahlia”), además de haber dejado por el camino trabajos como “The River” (Mark Rydell, 1984), “Maverick” (Richard Donner, 1993) o “The Ghost and the Darkness” (Stephen Hopkins, 1996).
La fotografía de “McCabe and Mrs. Miller” es absolutamente característica de lo que sería la carrera de Zsigmond, puesto que aquí puso en práctica diferentes técnicas que después fue empleando también en muchas otras de sus películas. A fin de que la imagen también transmitiera ese aspecto desmitificador (“anti-Western”) que pretendía Altman, el director de fotografía húngaro llevó a cabo un trabajo radicalmente diferente e innovador con respecto al aspecto tradicional del género. Para ello, yendo por partes, utilizó una serie de herramientas entre las que destaca poderosamente el pre-velado, flasheado o “flashing”. Técnica heredada de la fotografía convencional, fue empleada en cine por primera vez por Freddie Young en la película de Sidney Lumet “The Deadly Affair” (1966). El flasheado consiste en pre-exponer el negativo a una determinada cantidad de luz (pero mínima) antes del rodaje, de modo que el material Kodak adquiría un nivel de luz mínimo que, tras ser utilizado posteriormente en las tomas con los actores, reducía el contraste, reducía la densidad de las sombras y hacía que los colores fueran más apastelados. Pero Zsigmond utilizó el flasheado en combinación, además, con filtros Fog, Double Fog o Low-Contrast, potenciando mucho sus efectos, además de, casi en exclusiva, con lentes zoom (el Angenieux 25-250 T3.9 del Spaghetti-Western) adaptadas a formato anamórfico, caracterizadas por su mínima luminosidad (T5.6), aberraciones y suavidad extrema, que hacen que “McCabe and Mrs. Miller” sea la experiencia opuesta a una imagen captada por una cámara HD con una lente moderna.
Para contrarrestar la pérdida de luminosidad del zoom, casi todos los interiores de “McCabe and Mrs. Miller” están forzados uno y hasta dos diafragmas en el revelado, de modo que la sensibilidad efectiva a la que rodaba Zsigmond era de entre 200 y 400 ASA, a los que hay que sumar que el flasheado incrementaba el nivel de exposición en las sombras, aunque no la sensibilidad efectiva del material pre-velado. Pero en contraposición, a la suavidad extrema de la imagen se le suma una fortísima y granulada textura, que además es bastante variable a lo largo de la proyección, signo inequívoco de que el material se volvía inestable con un forzado tan extremo y de que las exposiciones no eran tan exactas como debieran. Pero el resultado es un lienzo tan particular, con una imagen fuertemente degradada, con halos en torno a las áreas sobreexpuestas, muy poco contraste, escasa saturación y mucho grano, que consigue parecerse a las imágenes envejecidas de los primeros ejemplos de fotografía convencional de la historia, situándose por supuesto en el extremo opuesto de la estética “Technicolor”, con la excepción de algunas pocas tomas exteriores en las que Zsigmond no recurrió al forzado y lucen mucho más limpias en comparación. “McCabe and Mrs. Miller”, por supuesto, es la fuente de inspiración directa de “Heaven’s Gate”, la mejor obra de Zsigmond, rodada para Michael Cimino en 1980.
El trabajo de luz del húngaro muestra a un hombre de mucho talento para el oficio, pero todavía con detalles de su estilo aún por pulir. La pretensión evidente de Zsigmond es que la película, a pesar de su fuerte textura, luzca lo más natural o realista posible, pero aún suponiendo que el revelado forzado fuera de dos diafragmas y que el zoom estuviera completamente abierto, el nivel de intensidad de luz requerido era de 100 candelas o footcandles (400 ASA a T5.6), de modo que la luz ha de ser más puntual y más dura de lo que seguramente hubiera querido Zsigmond. No obstante, hay bastantes escenas que sí que lucen muy reales, debido a que en ellas están integradas las fuentes verdaderas de iluminación (como lámparas sobre mesas, farolillos, etc) y el húngaro las utiliza a la manera de Rembrandt o Caravaggio; es decir, las sobreexpone y deja que los personajes que se sitúan en torno a las mismas vayan variando desde la sobreexposición (los más cercanos) a la completa subexposición (los más alejados y esquinas del encuadre), técnicas o estilo repetido, por ejemplo, en sus películas con Cimino.
La puesta en escena de Altman aprovecha los zooms (hay pocas escenas rodadas con lentes fijas y quizá por imposibilidad de llegar a las 100 candelas de luz) para realizar constantes idas y venidas por el decorado, desde el detalle al general, más frecuentemente. Como casi todos los films que hacen un uso extensivo del zoom, el efecto ha quedado bastante anticuado, pero lo cierto es que hay que valorar más “McCabe And Mrs. Miller” en su contexto, en el que su aproximamiento fue tan radicalmente diferente al Western clásico que prácticamente lo aniquiló. No es un film de una narrativa concisa, ni mucho menos, sino que la trama va avanzando lentamente y sin que a Altman parezca importarle demasiado; lo que aquí importa es esa atmósfera (apoyada por cierto en una gran dirección de arte y de vestuario) y ese ambiente humeante o paisajes nevados al ritmo de la música de Leonard Cohen. Lo peor, sin ningún género de dudas, es la sobreimposición óptica de nieve sobre la imagen en el tramo final de la película, que afea mucho el aspecto y no llega a queda particularmente bien en ninguna toma. Por lo demás es un gran trabajo en todos los aspectos, aunque Zsigmond los llegase a hacer mejores una vez pulió aún más su estilo.
Título en España: Los Vividores
Año de Producción: 1971
Director: Robert Altman
Director de Fotografía: Vilmos Zsigmond, ASC
Ópticas: Panavision C-Series & Angenieux
Emulsión: Kodak 5254 (100T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision), 2.4:1
Premios: BAFTA (nom)
Vista en Blu-ray
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