Obsession

Un importante promotor inmobiliario de Nueva Orleans (Cliff Robertson) pierde a su esposa (Genevieve Bujold) e hija durante la trágica resolución de su secuestro a manos de unos desconocidos. El hombre pasa los siguientes años de su vida lleno de remordimientos, por haber hecho caso a la policía y no haber pagado el rescate, hasta que en el transcurso de un viaje a Florencia junto a su socio (John Lithgow), encuentra a una mujer que guarda un asombroso parecido a su difunta esposa. “Obsession” es uno de los títulos de Brian de Palma que hicieron que éste se ganase a pulso el título de imitador de Hitchcock –en este caso, el guión de Paul Schrader hace uso del argumento de “Vertigo” como algo más que un punto de partida- pero, muy a pesar de sus esfuerzos en lograr una puesta en escena vistosa, con algunas secuencias muy elaboradas, así como de la banda sonora de Bernard Hermann -antiguo colaborador del maestro británico- “Obsession” es un film de un desarrollo y especialmente una resolución tan inverosímil que desgraciadamente toda la propuesta termina derribándose como un castillo de naipes.

El director de fotografía, por primera vez en la carrera de Brian de Palma, fue el húngaro emigrado a los EEUU, Vilmos Zsigmond [ASC], que se convertiría en un colaborador habitual del realizador, aunque nunca de forma continuada, en títulos como “Blow Out”, “The Bonfire of the Vanities” y “The Black Dahlia”, por la que obtuvo una candidatura al Oscar. Fue también la primera película de De Palma rodada en formato panorámico anamórfico, del que Zsigmond por aquél entonces ya era un usuario habitual, como demuestran sus tres trabajos anteriores para Robert Altman (las icónicas “McCabe and Mrs. Miller” y “The Long Goodbye”, así como “Images”), o incluso el primer largometraje para cine de Steven Spielberg (“The Sugarland Express”), antes de su eclosión con “Close Encounters of the Third Kind” o de sus dos trabajos junto a Michael Cimino (“The Deer Hunter” y su obra maestra, “Heaven’s Gate”).

Si bien el film se caracteriza, en gran medida, por la elaborada puesta en escena de Brian de Palma y su narrativa visual, prescindiendo casi siempre de los diálogos, la fotografía es muy representativa del estilo de Zsigmond por aquélla época: revelado forzado de al menos un paso de diafragma (hasta los 200 ASA), para poder rodar con niveles de luz inferiores; para contrarrestar el aumento de contraste y saturación de color, utilización del flasheado, que suaviza la imagen aún a costa de perder intensidad de los negros, así como el empleo casi constante de filtros Double Fog que, a diferencia de los filtros Fog convencionales, no restaban nitidez a una imagen ya de por sí muy suavizada por estar captada por ópticas zoom Cooke (20-100mm y 25-250mm) adaptadas al formato panorámico anamórfico, puesto que Zsigmond, como en toda su carrera, únicamente emplea aquí las ópticas fijas cuando sus niveles de luz no llegaban al T/4.5 requerido por estos zooms, a pesar de lo cual, los llega a utilizar incluso en exteriores nocturnos en localizaciones, de modo muy poco práctico.

Las elecciones técnicas mencionadas hacen que la imagen de “Obsession” tenga esa enorme apariencia brumosa, justificada narrativamente por la ambientación de época al comienzo del relato y, posteriormente, por sus aspectos oníricos y de ensoñamiento del protagonista, aunque lo cierto es que en más de una ocasión el efecto de la difusión, con el flasheado y las ópticas zoom anamórficas, produce un exceso de suavidad y de halos, especialmente durante las secuencias que muestran cielos nublados, lo que generalmente ocurre en las localizaciones italianas.

Zsigmond, por otro lado, bien apoyado por su operador de cámara y futuro director de fotografía Nick McLean, se ajusta muy bien a De Palma, quien precisamente aprovecha los zooms para realizar numerosos movimientos de aproximación o alejamiento con los mismos e incluso hace uso de split-diopters, con una iluminación que, fiel a su estilo, alterna luz dura y luces rebotadas y/o difuminadas a lo largo de todo el metraje, siempre con una pretensión de obtener una imagen natural dentro de su condicionamiento por las elecciones técnicas. Pero aún así, su carácter es tan híbrido que ocasionalmente rueda exteriores sin luz artificial adicional, de la misma forma que la utiliza en otros, mientras que también consigue muy buenas noches americanas al comienzo de la película oscureciendo los cielos a través filtros degradados neutros o rueda interiores en los que, a pesar de la necesidad de exponer para la apertura máxima de sus zooms –al menos en ciertas partes de sus fotogramas- el aspecto general es muy oscuro, muy granulado y subexpuesto.

En definitiva, el trabajo de Zsigmond contiene todas sus herramientas y técnicas habituales y, aunque no es uno de sus más logrados, contiene gran parte de su sello personal, con sus fuentes de luz de diferentes texturas, sus suaves imágenes o libertad de composición y movimientos de cámara gracias a sus zooms, circunstancia muy bien aprovechada por De Palma para su elaborada puesta en escena, aunque lamentablemente esté puesta al servicio de un giro final con tantos agujeros que echa por tierra las posibilidades del film.

Título en España: Fascinación
Año de Producción: 1976
Director: Brian De Palma
Director de Fotografía: Vilmos Zsigmond, ASC
Ópticas: Super PanaZoom Cooke, C-Series & Super High Speed de Panavision
Emulsión: Kodak 5254 (100T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision), 2.4:1

Vista en Blu-ray

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2013.