Marooned

Adaptación cinematográfica de una novela de Martin Caidin, estrenada a finales de 1969, pocos meses después de la llegada del hombre a la luna, que relata unos hechos muy parecidos a los que posteriormente sufriría el tristemente célebre Apollo XIII: tres astronautas (Richard Crenna, Gene Hackman y James Franciscus) no consiguen regresar a la tierra a la finalización de su misión en el espacio exterior, por lo que deben de ser rescatados antes que se les termine el oxígeno. Al mando de la película se situó el veterano John Sturges, con un reparto que incluía además a Gregory Peck, David Janssen o Lee Grant entre otros, así como un generoso presupuesto. El film mantiene principalmente un aproximamiento realista a los hechos (incluso prescinde de una banda sonora al uso) pero desgraciadamente es fallido, ya que no es ni muy interesante, ni particularmente entretenido, ya que su realización es muy desganada y gran parte de los procedimientos que se ven en pantalla, además de desfasados, resultan demasiado largos y repetitivos. Con todo, “Marooned” es un título curioso, no muy destacable entre otros de corte similar, aunque sus intentos de evitar un tono épico, patriótico o incluso, glorioso respecto al éxito de la carrera espacial norteamericana, resulten loables.

El director de fotografia fue el norteamericano Daniel L. Fapp [ASC], que se retiró con esta película al cumplir los sesenta y cinco años de edad. Ganador del Oscar a la mejor fotografía en color por “West Side Story” (Robert Wise & Jerome Robbins, 1961), Fapp también se hizo cargo de otros dos largometrajes dirigidos por el también veterano John Sturges: la icónica “The Great Escape” (1963) así como “Ice Station Zebra” (1968), rodada en 65mm, como la propia “West Side Story”. Curiosamente, la parte final de su carrera es, como puede apreciarse, la más recordada, ya que durante muchos años estuvo a sueldo de la Paramount, estudio para el que rodó numerosos largometrajes. Su primera nominación al Oscar le llegó con “Desire Under the Elms” (Delbert Mann, 1958), seguida de las de “The Five Pennies” (Melville Shavelson, 1959), “One, Two, Three” (Billy Wilder, 1961), “The Unsinkable Molly Brown” (Charles Walters, 1964) y, precisamente, tanto su film anterior a este, la citada “Ice Station Zebra” y, por último, el título que nos ocupa. Fapp fue realmente un gran director de fotografía, aunque su carrera quede a menudo eclipsada por el hecho de haberse hecho cargo de tantos encargos durante su etapa en la Paramount.

En “Marooned”, quizá por motivos presupuestarios, o quizá simplemente por el deseo o necesidad de los cineastas de emplear metraje de “stock” de algunas tormentas o incluso lanzamientos reales en Caño Cañaveral, los cineastas se vieron obligados a desestimar el formato de 65mm con el que habían rodado su película anterior o incluso la más clara y directa referencia que podían encontrarse. Hablamos, claro está, de “2001: A Space Odyssey” (Stanley Kubrick, 1968). La diferencia de formatos juega a favor, por supuesto, de la película de Kubrick. Tanto ésta como “Marooned” ganaron el Oscar a los mejores efectos visuales en sus respectivas y consecutivas ediciones (“Marooned” compitió con “Krakatoa: East of Java”, de similar calidad, mientras que “2001” compitió con… “Ice Station Zebra”). Pero quizá la misma diferencia que existe entre los efectos de ambas películas, siendo mucho mejores los de “2001”, exista prácticamente también entre la de Daniel L. Fapp y la de Geoffrey Unsworth para el film de Kubrick. Es cierto que este último se ambientaba en el futuro, un futuro muy bien recreado con luz suave y fuentes integradas en los decorados, pero no es menos cierto que “Marooned” es una película tecnológica y el trabajo de Fapp, lejos de ser moderno, es absolutamente clásico.

En este sentido está bien realizado, pues sus imágenes siempre poseen un buen contraste y todo luce como es debido, sin embargo, esas luces duras de gran intensidad (seguramente T5.6 a 100 ASA), a veces con las sombras de los propios actores proyectadas sobre el decorado, y ese aspecto tradicional, de hecho, tan tradicional, juegan al final en contra de la película. No hay atisbo de modernidad en la propuesta; simplemente, “Marooned” es un film hecho al estilo clásico Hollywoodense y luce como tal, e incluso está ambientado en lugares que no parecen otra cosa excepto acartonados decorados de estudio, en contraposición al extraordinario realismo y verosimilitud que poseía y sigue poseyendo “2001”. En este sentido, es curiosa la estrechez de miras de la Academia de Hollywood, que ya nominó a Fapp el año anterior y le hizo repetir candidatura por este título, mientras que Unsworth, con una de las fotografías más elogiadas de la historia del cine, fuera obviado incluso de las propias nominaciones (uniéndose así a títulos como “The Godfather”, “Blade Runner” o “Se7en” que siguieron idéntico destino, a pesar de su evidente importancia e influencia). Quizá sea injusto comparar directamente una película como la presente contra una de las más avanzadas e importantes de la historia del cine, pero también puede mirarse al revés y puede servir para darnos cuenta de lo tremendamente adelantado a su época que es el film de Kubrick, que aunque estrenado en 1968, se había rodado en 1965 (el director estuvo trabajando más de dos años en el montaje y efectos visuales).

Respecto a éstos, “Marooned” ofrece exactamente lo que cabe esperar de un film de 1969 en este apartado. Aparentemente, emplean además el mismo formato anamórfico que el resto de la fotografía principal, ayudando a comprender por qué a partir de películas como “Star Wars” o “Close Encounters of the Third Kind” se comenzó a recurrir a formatos con mayor tamaño de negativo (como el VistaVision o los 65mm) para realizar las composiciones ópticas. En el presente caso, los planos de pantalla azul, que se utiliza para insertar las naves espaciales o a los astronautas contra fondos de la Tierra o de estrellas, poseen una calidad inferior o degradada respecto del resto del metraje (Kubrick recurrió a múltiples pases, capas o exposiciones en su negativo de 65mm para que todo el film fuera de primera generación). Pero no solo la pantalla azul en estas condiciones ofrece un peor resultado, sino que los fondos están enfocados, al tiempo que las naves (maquetas) o astronautas, lo cual resulta extraño y, lo que es peor, ni las unas ni los otros están particularmente bien iluminados, lo cual hace que los efectos sean muy mejorables en su conjunto, aunque nuevamente, como indicábamos, no es que sufran en comparación con la película de Kubrick, sino que ésta era y es muy superior con respecto a lo que se hacía en la época de su estreno.


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Título en España: Atrapados en el Espacio
Año de Producción: 1969
Director: John Sturges
Director de Fotografía: Daniel L. Fapp, ASC
Ópticas: Panavision C-Series
Emulsión: Kodak 5254 (100T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico, 2.35:1
Premios: Oscar a la mejor fotografía (nom)

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