Joe Kidd

Western protagonizado por Clint Eastwood, que sería el último que rodaría en el que él mismo no ocupase la silla del director. En esta ocasión, el encargado fue el veterano John Sturges, cuyos mejores días ya habían pasado y, parece ser, tuvo muchos problemas con Eastwood durante el rodaje. El argumento presenta al actor como Joe Kidd, un cazador de recompensas que, para salir de la cárcel, acepta el trabajo de acompañar a un grupo, liderado por un terrateniente (Robert Duvall), que quiere dar caza a un mexicano revolucionario, jefe de una peligrosa banda (John Saxon). Pero cuando el grupo comienza a tomarse la justicia por su mano contra los mexicanos, Kidd decide actuar por su cuenta para que se haga justicia. A pesar de que el guión fue escrito por el prestigioso novelista Elmore Leonard, lo cierto es que los resultados son algo decepcionantes si se siente en cuenta el prestigio de todos los implicados en el proyecto, siendo quizá, con permiso de “Hang ‘Em High” (1968), el más flojo de todos los Westerns protagonizados por Eastwood.

Siendo una producción de Malpaso, no sorprende en absoluto que el director de fotografía fuera Bruce Surtees, quien desde el año anterior y hasta 1985 ocupó el puesto en la mayor parte de las producciones de Clint Eastwood. Surtees, que había sido operador de cámara en “Coogan’s Bluff”, fue promocionado al puesto de director de fotografía con “The Beguiled” y “Dirty Harry”, ambas dirigidas por Don Siegel, así como con “Play Misty for Me”, todas rodadas entre 1970 y 1971. Desde entonces, el hijo del famoso operador Robert Surtees, no dejó de trabajar en toda la década, con películas para Malpaso como “High Plains Drifter” (Clint Eastwood, 1973), “The Outlaw Josey Welles” (Clint Eastwood, 1976) o “Escape from Alcatraz” (Don Siegel, 1979) o títulos fuera de la productora como “Lenny” (Bob Fosse, 1974), por la que obtiene la que a la postre sería su única nominación al Oscar, “Night Moves” (Arthur Penn, 1975) o “The Big Wednesday” (John Milius, 1978). Sorprendentemente, su relación con Eastwood y Malpaso se rompe en 1985 después de “Pale Rider”, bajando notablemente el nivel de trabajo y de calidad de las películas de Surtees hasta que se retira a comienzos de los 2000.

Bruce Surtees fue famoso por su estilo en clave baja y sombrío, que practicó en muchas de las películas mencionadas y que incluso sus sustitutos en el cine de Eastwood (y que formaron parte de sus propios equipos, Jack Green y Tom Stern) continuaron, siendo “Joe Kidd” un ejemplo excelente del mismo. Si bien el film no es demasiado destacable, lo cierto es que sí lo es su fotografía, que quizá sea su mayor virtud. Quizá sobre todo llamen la atención sus muchos exteriores, rodados en espectaculares localizaciones y que ofrecen un marco incomparable para la película, aunque sin embargo, más que su belleza, lo que destaca es la forma en que Surtees expone su negativo, algo que también haría en el resto de sus Westerns con Eastwood. Habiendo aprendido de los clásicos, Surtees no sobreexpone los exteriores, algo que por esta fecha ya comenzaba a ser la norma, sino que expone para una perfecta reproducción de los cielos como hacían sus maestros y los operadores tradicionales del género. Haciendo esto, lo normal era que, como los actores quedan en sombra al estar más oscuros que el cielo, se utilicen grandes aparatos de luz artificial en exteriores para rellenar las sombras y crear una luz de relleno sobre los personajes. Pero Surtees lo evita en gran medida, creando imágenes muy contrastadas y muy sugerentes y, cuando se ve obligado a hacerlo, emplea aparatos de luz más pequeños que no tienen tanta fuerza y, al iluminar menos, se hacen más imperceptibles, de modo que el film tiene una apariencia extraordinaria y muy personal, ya que además se aprecia un esfuerzo por evitar la luz del sol cenital, algo favorecido por rodar en los meses de otoño e invierno.

Estando el film además dirigido por un hombre tradicional como John Sturges, la valentía de Surtees es aún más apreciable, aunque seguramente (también hay que decirlo) contaba con el pleno apoyo de Eastwood y Malpaso para ejecutar una imagen de este tipo. Porque el estilo de los exteriores, con la dura luz del sol y el escaso relleno provocando imágenes de alto contraste, también está trasladado a los interiores, en los que Surtees utiliza ya una de las constantes del cine de Eastwood, que Tom Stern ha traído o llevado hasta nuestros días: el empleo de una fuente de luz dura a través de las ventanas, sin relleno o sin apenas relleno, que crea fuertes separaciones entre las áreas de luz y de sombra y, aquí, con la belleza y añadido de una paleta de color con todos sus tonos (al contrario que en los trabajos de Stern, generalmente desaturados en exceso). Los resultados son muy interesantes, valientes y atmosféricos y poco habituales para la época.

No es una fotografía estrictamente naturalista, ya que el propio hecho de rodar los interiores con un contraste tan alto y una fuerte distinción entre las áreas de luz y de sombra hace, aunque sea por simple oposición al estilo tradicional de los tres puntos de luz dura que todavía imperaba en la época y que, desde luego, era el que se había usado siempre en el Western, que el aspecto de “Joe Kidd” sea absolutamente inusual y por ello, ya de por sí, llame mucho la atención. Pero desde luego, es una fotografía muy interesante, tanto por los resultados que obtiene, con un gran partido de los exteriores, como por la forma en la que rueda Surtees los interiores, haciendo además un gran uso del formato panorámico anamórfico tanto en una como otra circunstancia.

Título en España: Joe Kidd
Año de Producción: 1972
Director: John Sturges
Director de Fotografía: Bruce Surtees
Ópticas: Panavision C-Series
Emulsión: Kodak 5254 (100T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision), 2.4:1

Vista en Blu-ray

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