Escape from Alcatraz

Adaptación de um libro de J. Campbell Bruce, escrita por el futuro realizador Richard Tuggle, que narra los hechos reales que se produjeron en la prisión de la isla de Alcatraz a comienzos de la década de 1960, cuando tres presos se fugaron de la instalación de máxima seguridad de la bahía de San Francisco y nunca fueron encontrados ni vivos ni muertos. Rodada en la verdadera prisión de Alcatraz, que por aquél entonces llevaba unos 15 años en desuso, Siegel plantea la película casi como un docudrama protagonizado por Clint Eastwood, con una gran meticulosidad en todos sus detalles y mucho oficio en la puesta en escena con su característico y austero estilo, que hacen que no sea ni su mejor film ni su mejor colaboración con Eastwood, pero sí un film extraordinariamente sobrio e interesante.

El director de fotografía fue, una vez más en la carrera de Siegel y de Eastwood, el hombre que trabajaba para éste de manera habitual en aquélla época, Bruce Surtees. De métodos a veces poco ortodoxos, Surtees era hijo del gran operador americano Robert L. Surtees, ganador de tres Oscar, en cuyos equipos se había formado como auxiliar, ayudante y operador antes de dar el salto al puesto de director de fotografía precisamente de mano de Siegel e Eastwood con cintas como “The Beguiled”, “Play Misty for Me” y “Dirty Harry”. Sus métodos eran poco comunes por el extraordinario nivel de riesgo con el que afrontaba sus trabajos, permitiendo en pantalla niveles de oscuridad a los que el mismísimo Gordon Willis [ASC] –con el que compartía el apodo de “The Prince of Darkness”- casi nunca se atrevió a llegar. Surtees, a medida que los avances técnicos se lo permitieron y fue ganando confianza como primer operador evolucionó además desde el estilo de luz dura en el que había aprendido su oficio a la luz rebotada, indirecta o difusa que caracteriza la mayor parte de sus trabajos, que no siempre fueron vistosos, pero casi siempre muy realistas y de un enorme interés.

En este último estilo se encuadra “Escape from Alcatraz”, en la que destaca la renuncia al formato panorámico anamórfico como primer elemento, a buen seguro debido a los reducidísimos espacios que recordarán todos aquéllos que hayan visitado la isla al menos por un día de su vida. Las escenas exteriores nocturnas hacen uso de searchlights y fuentes de iluminación duras y directas como debieron de ser las reales de la cárcel, generando mucho contraste y permitiendo que existan grandes zonas de penumbra. Los exteriores, como era habitual en Surtees, están rodados con la luz disponible, bajo los habituales cielos encapotados de San Francisco, que les dan un aire gris y monótono que encaja muy bien con la narrativa. Los interiores de la prisión, con la excepción de una secuencia que, inexplicamente, emplea luces duras desde la dirección opuesta a las ventanas, están iluminados desde el exterior de las mismas, creando bastante contraste y un aspecto bastante natural y directo.

Destaca mucho, por supuesto, es la simpleza con que Surtees acomete los interiores en las minúsculas celdas, bien a través de una simple bombilla en sus techos o bien a través de haces de luz que penetran de forma directa en las mismas –y que no siempre son creíbles, recordando a veces al estilo que impondría muchos años después Tom Stern en las películas del propio Eastwood-, aunque dada la dificultad de la localización y el problema de espacio, es justo reconocer que Surtees tampoco tenía otra opción mejor a su disposición. Pero por supuesto, lo realmente llamativo de este trabajo es la forma en que el operador trata la huida de los presos a través de los conductos verticales del complejo, a base de pequeñas pinceladas de luz sobre algunos puntos del decorado, que apenas permiten ver lo que hacen los actores, asumiendo un nivel de riesgo gigantesco y llegando a poner al espectador en una situación incómoda, pues realmente, le obliga a prestar una gran atención para seguir lo que ocurre en la pantalla.

No es como decíamos la mejor obra de Surtees –que tiene cosas fantásticas, como “Lenny”, “The Outlaw Josey Welles”, “Tightrope” o, por supuesto, “Pale Rider”- pero sí una buena muestra de lo perfecto que resultaba su estilo para cineastas tan austeros como Don Siegel o el propio Clint Eastwood, no solo por la simpleza de los medios que empleaba, sino por su enorme capacidad para crear ambientes sórdidos y muy veraces precisamente a través de la sencillez.

Título en España: Fuga de Alcatraz
Año de Producción: 1979
Director: Don Siegel
Director de Fotografía: Bruce Surtees
Ópticas: Panavision Ultra Speed
Emulsión: Kodak 5247 (100T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.85:1

Vista en Blu-ray

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2013.