Gorky Park

Adaptación de una novela de Martin Cruz Smith, ambientada en la URSS previa a la Perestroika, acerca de la investigación de tres asesinatos por parte de un policía de Moscú (William Hurt), en cuyo desarrollo se encontrará con la corrupción de un régimen que ya se encontraba herido de muerte. Típico producto cinematográfico de la guerra fría, “Gorky Park” es no obstante un interesante thriller llevado con oficio por Apted, que se beneficia del esforzado papel de Hurt como el policía ruso a cargo del caso, y de la presencia de Joanna Pacula como una importante testigo del mismo. Lee Marvin, al final de su carrera, así como Brian Dennehy completan el reparto de una película que funciona bastante bien a todos los niveles, incluyendo la profética visión sobre el futuro de Rusia, a pesar que ocasionalmente su narrativa parezca algo atropellada como consecuencia –parece ser- de la eliminación de metraje durante su post-producción.

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El director de fotografía fue Ralf D. Bode [ASC], en la segunda de sus seis colaboraciones junto con el realizador Michael Apted. En aquél momento, Bode acababa de obtener una nominación al Oscar –a la postre, la única de su truncada carrera- por su labor en “Coal’s Miner’s Daughter” (1980), la primera película que fotografió para Apted. Bode, que murió a los 59 años de edad debido a un cáncer de pulmón, tuvo un muy buen inicio de su filmografía. Llegado a los 12 años a EEUU desde su Alemania natal, su cercanía al director John G. Avildsen le permitió hacerse cargo de la segunda unidad de “Rocky”, parece ser que incluyendo entre el material rodado por él el famoso plano de Steadicam que sigue a Stallone subiendo las escaleras durante su secuencia de entrenamiento. Seguramente fue Avildsen, director original de “Saturday Night Fever”, quien le fichara para el proyecto, al que siguió su única colaboración con Brian de Palma (“Dressed to Kill”, 1980) y títulos como “The Accused” (1988) o “Bad Girls” (1994) para Jonathan Kaplan, mientras seguía colaborando regularmente con Apted. Durante los 90 la calidad de producciones en las que colabora decae y, en el momento de su enfermedad y posterior fallecimiento, tendía más a la televisión que al cine.

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Sin embargo, “Gorky Park”, como alguno de los títulos mencionados, es una obra que pone de manifiesto que Bode era un buen operador. En este caso la producción contaba con la dificultad de que la URSS, que no salía muy bien parada en el guión, denegó que el rodaje se llevara a cabo en sus territorios, por lo que el grueso del rodaje se llevó a cabo en Helsinki (Finlandia), imitando la decisión de “Reds” (Warren Beatty, 1981) pocos años antes. Gracias a un esmerado diseño de Paul Sylbert, la película no sufre en absoluto en este aspecto, con detalles que ponen de manifiesto que “Gorky Park” fue una producción importante con un elevado interés en trasladar la novela a la pantalla con verosimilitud. En la misma línea se mueve la fotografía de Bode, en uno de esos trabajos en los que prima una estética naturalista por encima de consideraciones como conseguir imágenes vistosas, o retratar a los actores en la forma más favorecedora posible. En este aspecto, estéticamente, “Gorky Park” se asemeja más al thriller norteamericano de los 70, que a las películas policíacas de los años 80 en la que ya se adentraba el film, ofreciendo un aspecto mucho más crudo y directo, y sin las concesiones a la galería que se pondrían de moda de inmediato.

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En sus escenas exteriores diurnas, Bode no hace un uso –al menos perceptible- de fuentes de iluminación cinematográfica, algo a lo que sin duda colaboran los cielos encapotados en los que se desarrolla la acción, así como la nieve presente en las localizaciones, que actúa como un relleno natural. En los interiores día, muchos a lo largo de la proyección, es donde más se aprecian incluso las inclinaciones naturalistas de la fotografía, con una iluminación casi exclusiva desde el exterior de las ventanas, que lucen sobreexpuestas y como única fuente de luz. La filosofía claramente es la de iluminar los espacios y no a los actores, lo que contribuye a que las imágenes sean muy realistas. En los interiores noche es donde más luz adicional parece haber, en la forma de una luz de relleno o de base muy suave y difusa, aunque no son pocos los momentos –atención a las secuencias de habitación entre Joanna Pacula y William Hurt- en los que una pequeña lámpara sobreexpuesta parece ser la fuente principal y casi única. Los exteriores nocturnos son lo más pobre del conjunto, de un lado porque lucen extraordinariamente granulados (posiblemente por utilizar la primigenia Kodak 5293, combinada con subexposición y revelado forzado) y de otro, porque el empleo de luces duras y puntuales quizá haya quedado anticuado, aunque también es cierto que Bode tampoco tiene muchas otras soluciones.

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Alguna luz dura sobre los actores aquí y allá, el citado grano o algún zoom son los elementos más disonantes de un conjunto que para nada es atractivo, pero que cumple muy bien su misión de tratar de trasladar al espectador a la Unión Soviética de comienzos de la década de 1980 y, como decíamos, a través de una estética mucho más deudora del thriller de los 70 con su naturalismo radical, que de la estilización que se impondría rápidamente en la década de los 80.

Título en España: Gorky Park
Año de Producción: 1983
Director: Michael Apted
Director de Fotografía: Ralf D. Bode, ASC
Ópticas: JDC Cooke S2/S3, Zeiss 1.4, Cooke Varotal
Emulsión: Kodak 5247 (125T) & 5293 (250T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.85:1

Vista en Blu-ray

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2015.