True Romance

Extraña película, en tanto que supone la fusión de dos estilos aparentemente contrapuestos: la dirección habitualmente esteticista de Tony Scott, que casi siempre prima el estilo sobre la sustancia, con el guión obra de Quentin Tarantino, en uno de sus primeros trabajos cinematográficos, anterior a saltar a la fama con el mega-éxito de “Pulp Fiction”, con cuya venta se dice que pudo llevar a cabo la producción de su posteriormente muy conocida ópera prima, “Reservoir Dogs”. La historia, aparentemente sencilla (una pareja –Christian Slater y Patricia Arquette- huye con un maletín de droga e intenta venderlo en Los Ángeles, al tiempo que les persigue tanto la mafia como la policía), está plagada de situaciones, personajes y diálogos rocambolescos y estrambóticos, pero a menudo tan brillantes como en el cine del propio Tarantino, por lo que fue una suerte que el menor de los Scott, que bien podría haber destrozado la historia, llevara a cabo uno de sus trabajos de más bajo perfil. Christopher Walken, Dennis Hopper, Gary Oldman, Val Kilmer o Brad Pitt completan el reparto. 

Por otro lado, “True Romance” fue la última colaboración entre Scott y el operador norteamericano Jeffrey L. Kimball [ASC], después de haber trabajado juntos en películas tan influenciales en el apartado visual como “Top Gun”, “Beverly Hills Cop 2” o “Revenge”, esta última un verdadero compendio del esteticismo de finales de la década de los 80 o principios de los 90. Scott y Kimball utilizan el mismo aproximamiento visual de sus anteriores trabajos, haciendo uso casi exclusivamente de multicámaras, teleobjetivos y una profundidad de campo muy escasa, filtros graduados así como un estilo de iluminación de alto contraste basado en una única fuente de iluminación muy suavizada por el humo que inunda los decorados. Es decir, a priori, nada nuevo bajo el sol. Lo que ocurre es que, por fortuna, dado que aquí sí que hay una historia que contar, en esta ocasión todos estos recursos, aunque al ojo del espectador purista continuarían siendo excesivos, están utilizados de forma mucho más contenida y mucho menos intrusiva que, por ejemplo, en “Revenge”.

Por ello, además de la curiosidad que supone ver el guión de Tarantino en manos de un director de estilo contrapuesto, la fotografía de “True Romance”, aunque mantiene el patrón esteticista y muy comercial del menor de los Scott, resulta muy adecuada sin que ello suponga una pérdida de atractivo o vistosidad.

Título en España: Amor a Quemarropa
Año de Producción: 1993
Director: Tony Scott
Director de Fotografía: Jeffrey L. Kimball, ASC
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision), 2.4:1

Vista en DVD

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2012.