The Ballad of Buster Scruggs

Extraño proyecto de los hermanos Joel & Ethan Coen, originalmente anunciado como una serie de televisión, pero finalmente adquirido y estrenado por el gigante del “streaming” Netflix como largometraje de seis episodios ambientados, todos ellos y sin relación alguna entre sí, en el lejano Oeste. Sea como fuere, las seis historias son tremendamente irregulares, siendo quizá la cuarta (interpretada por Tom Waits) y la quinta (que versa sobre el viaje de los emigrantes hacia la costa del Pacífico) los que sin duda alguna funcionan mejor. Y no lo hacen porque sus resultados sean especialmente buenos, sino porque el resto en el mejor de los casos va desde lo anodino a lo intrascendente, como si los hermanos no hubieran sabido a dónde ir o cómo terminar este proyecto que, por lo tanto, se encuentra a años luz de sus grandes logros cinematográficos. Tim Blake Nelson, James Franco, Liam Neeson, Tom Waits, Bill Heck, Zoe Kazan, Brendan Gleeson o Saul Rubinek, entre otros, conforman el reparto de estos desiguales segmentos.

A pesar que los hermanos Coen son muy conocidos por su larguísima asociación con el director de fotografía británico Roger Deakins, lo cierto es que éste también es uno de los operadores más cotizados del mercado y, desde hace algunos años, sus colaboraciones vienen siendo más esporádicas por los problemas de agenda de Deakins. Por ello, los hermanos ya recurrieron a Emmanuel Lubezki para “Burn After Reading” (2008) y al francés Bruno Delbonnel [ASC, AFC] en “Inside Llewyn Davis” (2013), por la que el director de fotografía de “Amélie” (2001) y “Un Long Dimanche de Fiançilles” (2004) obtuvo su cuarta nominación al Oscar (posee una quinta, por “Darkest Hour” en 2017, así como, por supuesto, dos por los mencionados films de Jean Pierre Jeunet y otra más por su trabajo para David Yates en 2009 en “Harry Potter and the Half-Blood Prince”). En esta ocasión han repetido con Bruno Delbonnel, lógicamente uno de los operadores más cotizados del mercado, por mucho que su elección para un Western no deja de ser un poco extraña, si bien cabía esperar que el también habitual de Tim Burton en los últimos tiempos lograse superar el reto con suficiencia.

Y lo cierto es que su trabajo, como la propia película en su conjunto, es absolutamente irregular. Para comenzar hay que indicar que es la primera vez que los Coen ruedan en un formato de adquisición digital, en este caso la Arri Alexa, equipada con las lentes Zeiss Master Prime que usa siempre Roger Deakins, a pesar que Delbonnel es un hombre que se inclina con fuerza hacia los Cooke S4. Este hecho “digital” es ya de por sí un movimiento algo raro, por el momento en que se produce, ya que “The Ballad of Buster Scruggs” es un Western y la textura del celuloide podría haber aportado mucho a su estética. Bien sea por los orígenes como serie de TV del proyecto o por cualquier otro motivo como el presupuestario, el caso es que la textura hiperrealista y definida de la HD funciona muy bien para los operadores de “streaming” y lo mucho que presumen de su calidad de imagen, pero crea un lienzo que quizá no fuera el adecuado. En cualquier caso, los problemas del aspecto global del film tienen menos que ver con su adquisición que con su etalonaje, que en algunos de los segmentos (especialmente los dos primeros) es totalmente sorprendente: uno podría pensar que con un etalonaje de este tipo es más sencillo igualar el aspecto de las secuencias o incluso de las tomas que conforman las mismas entre sí. Pues bien, en este caso, bien por el etalonaje o bien por decisiones erróneas durante el rodaje (parece que por lo primero), hay una clara falta de consistencia entre el color y el tono de muchas de las imágenes. Unido al gusto por la difusión digital de Delbonnel, en lugar de emplear filtros en cámara, el resultado a veces es más que desconcertante.

Las cosas mejoran en el tercer episodio (el de Liam Neeson), con algunos fondos azulados por la noche, el clima frío y una estética mucho más sutil, e incluso mejoran mucho más en el episodio del buscador de oro encarnado por Tom Waits. En este, el contraste y resolución de la combinación Alexa y Master Prime, a pesar de su aspecto totalmente contemporáneo, hacen que las imágenes tomadas en mitad de las montañas y a una altitud muy elevada luzcan con una excepcional claridad y colores que, casi literalmente, se salen de la pantalla. Lástima que en el mismo Delbonnel luego sea muy poco (o nada) sutil cuando tiene que iluminar el interior del agujero, con un simple aparato dirigido hacia el mismo y una sombra súper evidente, porque globalmente se trata del mejor segmento con sus espléndidos exteriores diurnos. El quinto, por el contrario, es una especie de mezcla del tercero y cuarto: posee buenos exteriores nocturnos, incluso con rodaje en la hora mágica, así como exteriores día no tan gloriosos, pero muy bien resueltos. Lástima que el sexto, más esotérico, parezca más un experimento fallido de Delbonnel con rodaje en estudio, luz artificial y muchos efectos, pues ni la caída de la luz solar y entrada de la noche, ni los fondos y mucho menos la integración de los cromas superan un listón mínimo exigible cuando estamos hablando de cineastas de este nivel.

Los resultados, por lo tanto, son más que irregulares, por mucho que el tercer, cuarto y quinto de los episodios muestren imágenes de un gran interés. Ello se debe a que, por un lado, el etalonaje, o bien el color adquirido ya en el set aunque nos inclinamos por la primera de las opciones, produce saltos en los tonos que son absolutamente desconcertantes en los dos primeros capítulos, mientras que el sexto parece una prueba o experimento totalmente fallida en lo que se refiere a la estética, de modo que los resultados alternan tantos aciertos como desaciertos, aunque ese carácter excesivo que a veces caracteriza a Delbonnel (no ya con Jeunet, algo lógico hasta cierto punto, pero también presente por ejemplo en “Darkest Hour”) quizá sobresalga aquí en exceso, después de haber estado más comedido en la muy superior “Inside Llewyn Davis”.

Título en España: La Balada de Buster Scruggs
Año de Producción: 2018
Director: Joen & Ethan Coen
Director de Fotografía: Bruno Delbonnel, ASC, AFC
Ópticas: Arri/Zeiss Master Prime
Formato y Relación de Aspecto: Arri Alexa (ARRIRAW), 1.85:1

Vista en HDTV

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