Solo: A Star Wars Story

Segundo “spin-off” de “Star Wars” producido por Disney, quien tras el éxito de la muy superior “Rogue One” (2016) se adentró en los orígenes de uno de los personajes más carismáticos de su universo: Han Solo, interpretado por Harrison Ford en las películas originales. El film fue en un principio encargado a Christopher Miller y Phil Lord (“The Lego Movie”, 2014) para que llevasen a la pantalla el libreto original de Jonathan y Lawrence Kasdan (guionista de varias películas de la serie desde 1980, presumiblemente bien pagado por su labor). Sin embargo, problemas de producción, o bien del tono del producto, hicieron que los directores fueran despedidos y sustituidos por el veterano Ron Howard, que firma la película en solitario después de terminarla y seguramente volver a rodar partes rodadas anteriormente por el dúo de dirección original. Los resultados, tristemente, son muy poco o nada satisfactorios, pues se trata de una película anodina y en la que el personaje de Solo (Alden Ehrenreich) no tiene el menor carisma ni atractivo, en una sucesión de escenas de acción vulgares cuya resolución apenas nos importa como espectadores. Emilia Clarke, Paul Bettany, Woody Harrelson, Donald Glover y Thandie Newton completan un film solo para adictos a la serie.

El director de fotografía es el norteamericano Bradford Young [ASC], uno de los nombres pujantes en la industria, pues con apenas 41 años de edad ya acumula una notable filmografía a sus espaldas, una nominación al Óscar y al premio de sus compañeros en la “American Society of Cinematographers” (ASC) por su labor junto a Denis Villeneuve en “Arrival” (2016) y una marcada fama por su gusto por imágenes naturalistas en clave baja y predominio de la subexposición y la oscuridad. Aunque el film estuvo, como indicábamos, plagado de problemas durante su rodaje, Young fue el director de fotografía que comenzó el mismo y mantuvo su puesto también después que Ron Howard se incorporase al mismo como director. Acostumbrado al cine independiente, Young fue una incorporación bastante sorpresiva a este rodaje, aunque su estilo no difiere en exceso del de su amigo Greig Fraser, quien se encargó de “Rogue One”, haciendo que las elecciones de Lucasfilm como los directores de fotografía de las nuevas películas estén siendo más interesantes con las series paralelas que con la serie principal.

Como “Rogue One”, la imagen de “Solo: A Star Wars Story” fue adquirida digitalmente con la cámara Arri Alexa 65, después de un proceso de pruebas en el que Bradford Young estuvo valorando la posibilidad de rodar en 35mm o incluso en 65mm, decantándose finalmente por la opción digital que más se parece a esta última. Descartado el formato anamórfico usado por él mismo en “Selma” (2014) y “A Most Violent Year” (2014) porque parece ser que no le gusta demasiado, Young se decantó por el juego de lentes Hasselblad modificado por ARRI para la Alexa 65 (denominado Prime DNA), así como (segundariamente) por un juego, aparentemente de lentes Canon FD modificadas para cine por Camtec, denominado “Falcon Full Frame”, con el que no se podía rodar en el sensor completo de la Alexa 65, ya que el mismo es algo mayor que el Full Frame tradicional. Algunas tomas rodadas con Alexa convencionales emplearon los clásicos Zeiss Super Speed. Todo ello porque Young buscaba un cristal de calidad, pero con personalidad, ofreciendo la posibilidad de reducir un poco el contraste de la adquisición digital y de romper algo su dureza, a pesar que la Alexa 65 ofrece unos monstruosos 6.5K en ArriRaw sin comprimir. Los cambios de lentes no son perceptibles en cualquier caso, manteniendo todos ellos una buena y elevada línea de rendimiento que casa muy bien con el estilo de Young.

Porque a pesar de encontrarse al frente de una superproducción, además plagada de problemas, la imagen de “Solo: A Star Wars Story” sigue tanto la estela poco convencional de “Rogue One” como la propia carrera de Young: sus imágenes son muy naturales cuando no entran en acción los monstruosos (en número) efectos CGI de Industrial Light and Magic (ILM), manteniendo el gusto del director de fotografía por el uso de niveles de iluminación bajos y una filosofía de iluminar los espacios y crear ambientes, en oposición a iluminar plano a plano a sus actores en función de lo bien que se quiere que luzcan en pantalla. En “Solo”, son múltiples los momentos en que, estando las fuentes de luz detrás de los actores, los rostros de éstos quedan en penumbra, o bien, tienen una pequeña fuente de luz lateral suave que muestra un poco su contorno. Por ello, el film posee una estética sencilla y muy natural, que también comparte con “Rogue One” una paleta de color desgastada con muchos tonos marrones y grises y, en general, poco color, ofreciendo una versión contradictoria del mismo mundo que los Episodios VII y VIII de la saga principal.

Los resultados, en lo que a Young respecta, son buenos, con algunas escenas muy interesantes y planteadas de forma muy inusual para los estándares del género, aunque desgraciadamente están al servicio de un producto tan excesivamente manufacturado en el que todo importa más bien poco (desde la historia hasta el destino y acciones de los personajes), de modo que Young, por mucho que plantee escenarios de luz interesantes, no puede evitar que su trabajo, por inusual que sea (la inspiración procede de títulos de Vilmos Zsigmond como “McCabe and Mrs. Miller” o “Interiors”, de Gordon Willis) sea incapaz de rescatar una película tan insustancial como impersonal y olvidable y en la que fallan cosas que, a la postre, son incluso más importantes que una buena fotografía.

Título en España: Han Solo. Una Historia de Star Wars.
Año de Producción: 2018
Director: Ron Howard
Director de Fotografía: Bradford Young, ASC
Ópticas: ARRI Prime DNA, Camtec Falcon, Zeiss Superspeed
Formato y Relación de Aspecto: Arri Alexa 65 (ArriRaw), 2.4:1

Vista en Blu-ray

¿Te ha gustado esta reseña? ¡Siguenos en Facebook!

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2019.