Arrival

Interesante adaptación cinematográfica de una historia de Ted Chiang titulada “Story of Your Life”, llevada a la gran pantalla por el canadiense Denis Villeneuve, autor de títulos de algunos de los títulos más sugerentes de los últimos años: “Enemy”, “Prisoners” o “Sicario”. El argumento gira en torno a la llegada de doce artefactos extraterrestres a distintos puntos de nuestro planeta y está centrado en la figura de una lingüista (Amy Adams), que es convocada por EEUU para tratar de comunicarse con los tripulantes de las naves. Pero además de centrarse en el conflicto global que origina la llegada de los extraterrestres, “Arrival” está muy interesada a su vez en el conflicto interno que el contacto con estos seres comienza a general en su protagonista, con sorprendentes resultados. El tono de la película de Villeneuve es, por lo tanto, muy diferente de prácticamente cualquier otro blockbuster de parecida temática, quizá no tanto en el planteamiento -que contiene elementos de casi todos ellos- pero sí en la resolución, apoyándose en todo momento en una realización pausada y en una gran interpretación de Adams en el papel principal y dejando que el espectáculo de efectos visuales quede en un plano secundario. Jeremy Renner, Forest Whittaker y Michael Stuhlbarg completan el reparto de la película.

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El director de fotografía es el norteamericano Bradford Young [ASC]. Después de darse a conocer con “Pariah” (Dee Rees, 2011) y con “Ain’t them Bodies Saints” (David Lowery, 2013), su llegada a la primera línea de la fotografía cinematográfica se produjo en el año 2014, en el que encadena “Selma” (Ana DuVernay) y sobre todo “A Most Violent Year” (J.C. Chandor), que le confirman como un operador arriesgado y con una mirada naturalista de mucha personalidad. Miembro de la American Society of Cinematographers (ASC) desde 2015, en el caso de “Arrival” Young cubre un importante hueco, ni más ni menos que el de Roger Deakins, autor de la fotografía de las dos películas anteriores de Villeneuve y candidato al Oscar y premio de la ASC por cada una de ellas, con el que Villeneuve está rodando en este momento la esperada secuela de “Blade Runner”. Con la presente película, Young da un importante paso en su carrera, que promete ser meteórica, al trasladar su estilo personal a un film de alto presupuesto y de alta repercusión mediática, aunque ni la obra de Villeneuve ni el desarrollo de esta película coincidan exactamente con los aspectos clásicos del cine de consumo.

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Aunque Bradford Young es uno de esos directores de fotografía jóvenes que todavía se manifiestan a favor del formato 35mm, lo cierto es que tanto él como Denis Villeneuve han escogido de nuevo rodar con la Arri Alexa (en formato ArriRaw Open Gate, 3.4K), la misma cámara y el mismo formato de sus anteriores trabajos por separado. En lo que sí que existe una importante novedad es en la utilización de las ópticas (no por parte de Young, que parece que se encuentra aún en una etapa de exploración y cambia siempre de película a película), ya que Villeneuve con Roger Deakins rodaba con las ópticas predilectas del británico, los Arri/Zeiss Master Prime, mientras que el grueso de “Arrival” está rodado con un juego muy especial de Zeiss Ultra Prime: modificado por la empresa Camtec para que su tratamiento anti-reflectante y anti-destellos no sea tan perfecto como el de un juego convencional, sino para que ofrezca un contraste más reducido y una mayor tendencia a la captación de flares. Ello hace que las imágenes no tengan una apariencia de nitidez tan grande como habitualmente sucede con los Ultra Prime, así como que determinados planos y momentos de la proyección posean un cierto grado de velo en la imagen. El aspecto es más similar al de ópticas de los años 70 como los Panavision Ultra Speed o Canon K35, pero manteniendo la moderna y cómoda mecánica de los Ultra Prime convencionales. Además, los momentos de la proyección dedicados a la vida personal y memoria de Amy Adams están rodados con los clásicos Zeiss Superspeed, generalmente con una focal 35mm y a máxima apertura de diafragma (T1.3), por lo que la profundidad de campo es muy reducida y las imágenes, muy suaves.

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En el metraje principal, Young y Villeneuve captan casi todos los planos con un 28mm también a máxima apertura (T1.9), por lo que la película posee un enfoque muy selectivo que queda muy elegante junto con el trabajo de cámara de los cineastas. Young no se esconde al afirmar que es un director de fotografía al que no le gusta demasiado mover la cámara y en “Arrival” los movimientos están muy controlados o justificados, además de ser una película que, con la excepción de la estupenda escena entre Amy Adams y Jeremy Renner en la hora mágica (en la que se usaron tres Alexas para aprovechar solo unos minutos de luz), está rodada prácticamente por completo con una única cámara. Ello hace que la película tenga una planificación muy clásica y controlada, aunque la escasa profundidad de campo hace se produzcan bonitos efectos estéticos, parecidos, salvando las distancias, a los de un verdadero rodaje en formato anamórfico.

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Young es, como decíamos, un operador de principios naturalistas e incluso minimalistas, como pone de manifiesto su filmografía anterior. Ello hace que gran parte de la película esté resuelta de manera muy sencilla, apenas con las fuentes de luz presentes en pantalla (en muchas ocasiones, simples fluorescentes cenitales, pantallas de ordenadores, flexos, etc) en las dependencias militares en las que transcurre gran parte de la historia, o bien a través de una fuente de luz justificada en el exterior de las ventanas, dejando que la subexposición se apodere de los interiores y los personajes queden en penumbra con respecto al exterior o, muy frecuentemente, silueteados contra los fondos. En este sentido, Young se beneficia mucho de la enorme sensibilidad de la Alexa para escenas con bajos niveles de luz, así como de rodar a máxima apertura de diafragma e incluso forzando un poco el ISO de la cámara de Arri, hasta los 1280 ISO, ganando un poco más de medio diafragma en exposición sin que el nivel de ruido aumente de manera perceptible. Es muy posible que las imágenes que más perduren en la retina del espectador sean aquéllas que suceden en el interior de la nave extraterrestre, iluminadas a través de una única y gigantesca fuente de luz suave, pero todo el planteamiento minimalista que rodea a la película es quizá aún más interesante.

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El de Young es, además, uno de esos trabajos que pretenden ajustarse tan bien a lo que están narrando (algo que consigue sobradamente) que “olvidan” deleitar a los ojos del espectador aunque sea de vez en cuando, circunstancia que le puede pasar factura al operador afroamericano no solo ante el público, sino incluso ante sus propios colegas de oficio, que a veces también son o somos muy dados a destacar la estética pura. En cualquier caso, alcance o no menciones al final de año, la imagen de “Arrival” es muy natural y sencilla, pero también poética cuando ello es requerido, por lo que conforma un conjunto muy notable, que a la ya tradicional puesta en escena de Villeneuve (con mucha precisión y control) le añade la visión personal de la fotografía cinematográfica de Bradford Young, quien aquí se confirma, si es que le hacía falta, como uno de los grandes talentos emergentes en este oficio y alguien a quien observar y seguir por muchos años venideros.

Título en España: La Llegada
Año de Producción: 2016
Director: Denis Villeneuve
Director de Fotografía: Bradford Young, ASC
Ópticas: Camtec Ultra Prime Vintage, Zeiss Superspeed
Formato y Relación de Aspecto: Arri Alexa (ArriRaw, 3.4K), 2.4:1
Otros: Digital Intermediate

Vista en DCP

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2016.