Predator

Título emblemático de los años 80, que consolidó a Arnold Schwarzenegger como héroe de acción (después de títulos como “Conan: The Barbarian”, “The Terminator” o “Commando”) y puso en el mapa al realizador John McTiernan, quien al año siguiente obtendría uno de los grandes éxitos de la historia del género con “Die Hard” (1988). El argumento de “Predator” no es más que una mera traslación de “Alien” desde el espacio a una jungla sudamericana: un grupo de mercenarios de élite reciben la orden de acudir a una misión de rescate en un paraje perdido, encontrándose allí, de forma sorpresiva, con un extraño ser extraterrestre que irá acabando uno a uno con los soldados mientras se mimetiza y esconde en el entorno. Los resultados artísticos quizá sean discretos, pero se trata de un film entretenido, vistoso y bien rodado por McTiernan, cuyo rodaje principalmente físico (con predominancia de efectos mecánicos por encima de los ópticos, antes de la irrupción del CGI) hace que perdure muy bien más de treinta años después de su estreno.

El director de fotografía fue el australiano Donald M. McAlpine [ASC, ACS], un hombre veterano ya por aquélla época, siendo el mayor de todos los directores de fotografía australianos que triunfaron entre los 70 y los 80 (Russell Boyd, Dean Semler y John Seale serían los otros). McAlpine no obtuvo el premio Oscar con el que sí se alzaron sus compatriotas, aunque fue nominado por su labor en “Moulin Rouge!” (Baz Luhrmann, 2001). Instalado en Hollywood desde los 80, McAlpine es un director de fotografía recordado por sus películas de acción, con títulos como “The Hard Way” (John Badham, 1991), “Patriot Games” (1992) y “Clear and Present Danger” (1994), ambos a las órdenes de Philip Noyce, o bien “The Edge” (Lee Tamahori, 1997). Volvió a trabajar a las órdenes de McTiernan en 1992 con “Medicine Man”, así como con Baz Luhrmann en “Romeo + Juliet” (1996). A sus más de ochenta años de edad (nació en 1934) continúa aún en activo.

“Predator” fue un film de un rodaje complicado, que incluso tuvo que ser dividido en dos partes muy separadas en el tiempo (ocho meses) y que tuvo un cambio en el equipo de efectos visuales, ya que la primera empresa contratada para el trabajo fue Boss Film Studios, liderada por Richard Edlund [ASC], pero el trabajo fue completado por Stan Winston, el especialista en efectos de maquillaje detrás de títulos como “Aliens” o “Terminator 2: Judgement Day”. Por si ello fuera poco, además, el rodaje se hizo en localizaciones remotas en México, e incluso McAlpine tuvo que llevar compatriotas australianos para completar su equipo ante la falta de trabajadores locales en los lugares de rodaje. La película es algo extraña para McTiernan y McAlpine porque ambos son dos cineastas que generalmente han trabajado –al menos en sus películas más conocidas- con el formato panorámico anamórfico. Pero se dice que la 20th Century Fox, aventurando posibles problemas con los efectos visuales, rechazó la idea. En cualquier caso, McAlpine tuvo que recurrir a la serie de lentes Panavision Super Speed y también a los Z Series (que son ópticas muy similares a los Zeiss Superspeed T1.3, pero con carrozados de Panavision), a veces a diafragmas muy amplios incluso en las escenas diurnas debido a que la densidad de la jungla apenas dejaba pasar luz natural entre la maleza.

McAlpine, a pesar de convertirse en un especialista en películas de acción, era o es un director de fotografía de formación documental, capaz de resolver con pocos medios muchas situaciones y buscando siempre, principalmente, que sus proyectos tuvieran un aspecto natural y suavizado. Esa formación y ese gusto se aprecia en las escenas diurnas de “Predator”: por mucho que a McTiernan le guste realizar movimientos de cámara complicados, bien en Steadicam o grúas e incluso algún zoom, o por mucho que el film posea múltiples efectos (ópticos y mecánicos), McAlpine no comete el error de intentar iluminar demasiado en la jungla. Es cierto que además de Schwarzenegger en el reparto tenía a dos actores de raza negra (Bill Duke y Carl Weathers), lo cual en cierto modo le obligaba a emplear algo de luz artificial en la jungla, o de lo contrario hubiera sido complicado verlos correctamente en pantalla junto al actor austríaco. Pero el director de fotografía australiano lo hace solo de forma puntual, siendo “Predator” un film cuyas escenas diurnas están fotografiadas haciendo mucho uso de la luz disponible. A veces, eso sí, cuando necesita llegar a un actor en un plano amplio, o cuando ha perdido la luz natural, McAlpine utiliza una luz dura puntual para iluminar a los actores. Este aspecto, fruto de las limitaciones técnicas y logísticas, es quizá lo peor y lo que más desentona de su trabajo.

Por otro lado, las escenas finales, con la famosa lucha entre Schwarzenegger y el personaje que da título a la película, están fotografiadas con mucho oficio e incluso cierto brillo, haciendo uso de grandes unidades de luz de tungsteno en la jungla, escondidas detrás de los árboles, algo lejos y elevadas, generando un bonito e interesante contraluz con mucho humo. El diafragma de McAlpine en estas situaciones también era muy escaso, pero las imágenes tienen un tono oscuro adecuado al tiempo que permiten seguir muy bien la acción. Los resultados, teniendo en cuenta todos los factores, son casi notables, con algunos momentos (generalmente la parte final) que están muy conseguidos y en los que McAlpine obtiene grandes imágenes, con un grueso de la proyección que abarca una parte diurna que tiene menos interés pero que tampoco desentona en el conjunto.

Título en España: Depredador
Año de Producción: 1987
Director: John McTiernan
Director de Fotografía: Donald M. McAlpine, ASC, ACS
Ópticas: Panavision Super Speed y Z Series
Emulsión: Kodak 5247 (100T) & 5294 (400T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.85:1

Vista en HDTV

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