Terminator 2: Judgement Day
Primera continuación de la película original de 1984: en esta ocasión viajan al pasado no uno sino dos Terminators con el fin de matar a John Connor (Edward Furlong), el futuro líder de la resistencia humana en la futura guerra contra las máquinas. La diferencia estriba en que en esta ocasión el personaje de Arnold Schwarzenegger es el Terminator bueno, mientras que su rival y enemigo es un Terminator mucho más avanzado y peligroso, el T1000 (Robert Patrick). Linda Hamilton repite su rol del primer film, en esta ocasión como la madre de John Connor, que ha permanecido encerrada en un psiquiátrico. Los resultados, casi tres décadas después de su estreno, siguen siendo vistosos y entretenidos, aunque el film es más bien un caro y estruendoso remake de la primera parte, con pocos elementos originales. Aún así, supuso un hito tecnológico en su momento, que se alzó con cuatro premios Oscar: los dos relativos al sonido, maquillaje y efectos visuales, estos dos últimos íntimamente relacionados.
A pesar del notabilísimo incremento del presupuesto, James Cameron volvió a contar en esta segunda entrega con el mismo director de fotografía que en el film original, el operador de origen polaco Adam Greenberg [ASC]. Emigrado a Israel, allí fue donde comenzó su carrera, hasta que comenzó a llamar la atención con su trabajo a las órdenes de Samuel Fuller en “The Big Red One” (1980), que le permitió dar el salto a los EEUU con pequeñas producciones de bajo presupuesto y al margen de los sindicatos. Una de ellas fue precisamente “The Terminator” (1984), el film que le situó en el panorama como director de fotografía especializado en complicadas películas de acción, aunque después también se encargara de unas cuantas comedias. A su relación profesional con James Cameron, que se limita a estos dos films, hay que añadirle títulos como “Ghost” (1990) o “First Knight” (1995) a las órdenes de Jerry Zucker, u otros como “Toys” (1992) y “Sphere” (1998) para Barry Levinson.
La imagen de “Terminator 2: Judgement Day” es muy típica del cine de James Cameron por varios motivos. El primero de ellos es que el cineasta, por segunda vez en su carrera, quiso recurrir al formato Super 35 para conseguir una relación de aspecto panorámica y la posibilidad de copias en 70mm desde el negativo original, además de las seis pistas de sonido magnético y un novedoso sistema de sonido digital, el Cinema Digital Sound (CDS), antecedente del Dolby Digital y el DTS, en las copias en 35mm. En una época en que las emulsiones fotográficas eran aún mucho más granuladas que las actuales, y en la que además era necesario que el Super 35 se hinchase ópticamente para crear copias de exhibición compatibles con las del formato 35mm anamórfico, Cameron insistía a sus directores de fotografía para que éstos sobreexpusieran mucho sus negativos, a fin de obtener una mejor calidad de imagen y menos grano. Además, cada plano del film que fuera a contener algún tipo de trucaje óptico fue rodado en 8-perf 35mm (VistaVision), a fin de partir de un negativo mucho mayor y combatir la degradación óptica de los sucesivos copiados para insertar los efectos visuales.
Como consecuencia de esa sobreexposición, el aspecto de “Terminator 2” es limpio y detallado, pero sobre todo en las escenas diurnas se aprecia que, en ocasiones, los negativos están quemados de tanto sobreexponerlos. Es un film además que es muy luminoso, porque de hecho, contiene mucho metraje nocturno en el que aparece otro de los sellos del director James Cameron: las noches muy iluminadas con grandes aparatos HMI, que hacen que la película tenga ese aspecto azulado y metalizado que tan bien la distingue y caracteriza. Greenberg utilizó no solo grandes aparatos para conseguir este aspecto, sino además, aperturas de diafragma inusualmente cerradas para un film rodado en formato esférico (T/4-T/5.6). Ello no solo hace que la profundidad sea abundante, sino que haya mucho detalle en esos fondos, ya que las áreas iluminadas por el director de fotografía son muy extensas, aunque muy poco oscuras. Que el film está muy subido de luz es un hecho evidente, por ejemplo, en las escenas de los pasillos de la institución psiquiátrica en que está recluida Linda Hamilton: hoy en día, en un etalonaje digital es muy probable que todo el metraje se hubiera bajado entre dos tercios y un diafragma completo.
Las diferencias con respecto al primer film son evidentes en tanto que aquél todavía respondía a la filosofía del cine de los 70 de utilizar un fuerte filtraje (filtros Double Fog) en exteriores nocturnos para reducir el contraste, mientras que en el presente film, a través de la luz, Greenberg y Cameron precisamente lo que pretender es tener un contraste muy elevado, pero sin sombras demasiado profundas que permitan al espectador ver en la oscuridad. Curiosamente, en secuencias como los exteriores del laboratorio o en la persecución posterior a que los protagonistas abandonen éste, ni a Cameron ni a Greenberg les importa lo más mínimo que los aparatos HMI (e incluso sus grúas) que iluminan las escenas aparezcan dentro del cuadro. Quizá en la actualidad se hubieran borrado digitalmente, pero en una película de un aspecto tan industrial como esta, lo cierto es que ni siquiera su presencia desentona y llama la atención en exceso. Curiosamente, además, como “The Abyss”, el anterior film del director, “Terminator 2” es uno de los pocos films de alto presupuesto de la época que no recurrió a material Panavision; fue rodado con ópticas Zeiss T1.3 y seguramente zooms Cooke Varotal en cámaras Arri BL IV. Gracias a los diafragmas cerrados, la ausencia de los Panavision Primo no se nota demasiado durante la proyección, mientras que las escenas de efectos en VistaVision recurrieron a las tradicionales lentes Nikon.
Los resultados no son particularmente brillantes, aunque escenas como la final en la fundición tienen mucho atractivo por la poderosa mezcla de tonos azules y cálidos. Lo que sí se aprecia es un despliegue de medios muy grande, así como un gran oficio para moverlos y conseguir algunas secuencias de acción que, generalmente mediante dobles y efectos físicos, continúan resultando apabullantes en muchos aspectos. Aunque los exteriores día, por lo general, están demasiado sobreexpuestos, también hay que reconocer a Greenberg y a Cameron su esfuerzo por evitar las horas centrales del día y rodar en Los Ángeles preferiblemente al atarceder, cuando el sol está bajo y hace que las imágenes tengan una calidad muy superior. Quizá, desde nuestra perspectiva contemporánea, resulte exagerado que un film como éste fuera nominado al Oscar a la mejor fotografía, o incluso que el trabajo de Greenberg fuera candidato al premio de la American Society of Cinematographers (ASC), pero lo cierto es que bien por su tremenda escala o bien por sus entonces impactantes efectos visuales a cargo de Industrial Light & Magic (ILM), “Terminator 2” llamó mucho la atención en términos estéticos, por lo que tanto reconocimiento, en el fondo, tampoco debe resultarnos tan sorprendente.
Título en España: Terminator 2, El Día del Juicio
Año de Producción: 1991
Director: James Cameron
Director de Fotografía: Adam Greenberg, ASC
Ópticas: Zeiss T1.3 & Cooke Varotal
Emulsión: Kodak 5245 (50D), 5295 (250D) & EXR 5296 (500T)
Formato y Relación de Aspecto: Super 35, 2.4:1
Premios: Oscar a la mejor fotografía (nom), American Society of Cinematographers (nom), British Society of Cinematographers (nom).
Vista en HDTV
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