Moulin Rouge!

Divertido y excesivo musical a cargo del cineasta australiano Baz Lurhmann, rodado después de su éxito con “Romeo + Juliet” (1996). En el mismo, Ewan McGregor encarga a un escritor idealista que, a finales del siglo XIX llega a París y muy pronto se ve envuelto en la revolución bohemia y escribiendo una obra cuyo fin es ser representada en el famoso cabaret que da título al film. Y también muy pronto se enamora de la protagonista de la misma (Nicole Kidman), una cortesana con aspiraciones de actriz que vende su amor a los hombres, para lo cual tendrá que luchar contra el peligroso Duque (Richard Roxburgh), el productor de la obra, que también pretende quedarse con la chica. El resultado, dos décadas después de su estreno, continúa siendo simpático pero algo estrambótico, por el uso de música contemporánea, de un lado, pero sobre todo, por la dirección de Baz Luhrmann, quien se empeña en recordarnos plano a plano quién está detrás de las cámaras del folletín. Jim Broadbent y John Leguizamo forman el reparto de secundarios, en un film en el que también tiene su aparición Kylie Minogue, aunque sea de forma absolutamente testimonial.

El director de fotografía fue el australiano Donald M. McAlpine [ASC, ACS], considerado como uno de los directores de fotografía de más importancia de aquél país, siendo además precursor de importantes nombres de la cinematografía contemporánea como Russell Boyd, Dean Semler, John Seale o Andrew Lesnie, todos ellos “aussies” galadornados con el premio Oscar, aunque curiosamente, el propio McAlpine nunca llegó a obtenerlo, siendo “Moulin Rouge!” de hecho, su única candidatura a estos premios. McAlpine inició su carrera en cines a comienzos de los años 70, con cineastas australianos como Bruce Beresford (“Breaker Morant”, 1980), Gillian Armstrong (“My Brilliant Career”, 1979), antes de dar el salto a los EEUU de la mano de Paul Mazursky (“Tempest”, 1982) y, curiosamente, hacerse un nombre en el cine de acción con “Predator” (John McTiernan, 1987), “Patriot Games” y “Clear and Present Danger” (Philip Noyce, 1992 & 1994), de rodar el debut de Mel Gibson en la dirección (“Man Without a Face”, 1992), o de encargarse de comedias como “Mrs Doubfire” (Chris Columbus, 1993) o “Anger Management” (Peter Segal, 2003). También trabajó con Alan J. Pakula (“Orphans”, 1987) y Martin Ritt (“Stanley & Iris”, 1990). “Moulin Rouge!” fue la segunda colaboración del ya entonces veterano operador (nació en 1934) con Baz Luhrmann, tras la citada “Romeo + Juliet”, pero aunque el director de fotografía se mantuvo en activo bien superados sus 85 años de edad, nunca ha vuelto a trabajar con este director, al menos en cine.

La fotografía de “Moulin Rouge!” se separa bastante de lo que solía ser el estilo habitual de Donald McAlpine, muy sencillo y poco recargado, con ecos naturalistas en muchas ocasiones, e incluso algo plano en otras, pues en realidad lo que hace aquí es todo lo contrario. Tiene mucha suerte por contar, eso sí, con un diseño de producción y de vestuario muy vistosos, que ganaron sendos premios Oscar en sus respectivas categorías, pero se trata de un film rodado íntegramente en estudio y con luz artificial, sin el menor interés o intención, ni muchísimo menos, de lucir natural en ningún momento. De hecho, se trata de un film eminentemente teatral, casi tanto como la obra que representan los propios actores en pantalla, de manera que lo que hizo Donald McAlpine es iluminar partiendo de cero sus decorados siempre en búsqueda de imágenes muy atractivas y estilizadas. Se trata además de una fotografía de fuertes y saturados colores en pantalla, con ecos, al menos parciales, del trabajo y experimentación de Vittorio Storaro en el uso del color, con azules y rojos muy intensos e incluso, en algunos momentos, de efectos de atardecer como los que tanto le gustan al director de fotografía italiano. Parece, no obstante, que la inspiración de todo este aspecto parte más del director que del director de fotografía, al menos, sobre la base de las carreras de ambos, aunque aquí es posible que McAlpine realice su mejor trabajo, con la inestimable ayuda de los decorados y vestuario del film, que otorgan el lienzo adecuado para la labor del director de fotografía.

“Moulin Rouge!” fue rodada, además, en un muy vistoso formato panorámico anamórfico, del que su director de fotografía fue siempre que pudo un firme defensor, a fin de obtener la máxima calidad posible en pantalla. McAlpine hizo uso principalmente de los Panavision Primo Anamorphics, probablemente, incluso a día de hoy, las lentes anamórficas más perfectas, más nítidas y contrastadas jamás construidas por Panavision, de manera que las imágenes del film, en su proyección en 35mm, eran muy nítidas y con una calidad de imagen (puramente fotoquímica) sobresaliente, justo al final de la época en que las películas comenzaron a rodarse en celuloide y finalizarse digitalmente mediante el Digital Intermediate (del mismo año es “Amélie”, uno de los primeros y más famosos ejemplos de la técnica) o incluso íntegramente digitales (al año siguiente se estrenó “Star Wars Episode II: The Attack of the Clones”). Es cierto que hay bastantes planos algo desenfocados a lo largo de la proyección, o incluso puede que algunas tomas hicieran uso de la serie “C” de Panavision por su tamaño más compacto, pero lo cierto es que la combinación de los Primo Anamorphics y el material Kodak 5279 (500T, de negros densos, grano prominente y alto contraste) era tan nítida y detallada que McAlpine, en lugar de usar filtros difusores, recurre en casi todos los primeros planos de Nicole Kidman a un zoom convertido a formato anamórfico para reducir ligeramente la definición de los mismos y tratar de obtener el aspecto de la actriz o, cuando menos, que las ópticas fijas no la perjudicasen.


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También es cierto que McAlpine demuestra ser, a lo largo de la proyección, mejor director de fotografía iluminando los decorados y creando los ambientes de luz artificial de la película que retratando a los actores; no es que ni mucho menos Nicole Kidman (en su momento de plenitud física) o incluso Ewan McGregor luzcan mal, al contrario, pero sí que es cierto que en manos de otro director de fotografía más preocupado por la fotogenia es probable que incluso pudieran haber lucido mejor. Aún con todo y con eso, el aspecto global es muy, muy bueno, muy elaborado, muy estético, y muy interesante en su conjunto, además de muy físico porque casi todo se basa en decorados, iluminación y coreografías (con eso sí, algunas escenas bien identificadas de efectos visuales). Sin embargo, también es cierto que el montaje y la dirección de Baz Luhrmann tampoco benefician precisamente al trabajo de McAlpine: hay múltiples planos con ralentizados de montaje, algunos otros que parecen ampliados al cambiar (a peor) su grano y su textura y, sobre todo, hay un montaje sincopado, en el que los planos apenas se muestran unos pocos fotogramas seguidos en pantalla, así como, incluso, un exceso de primeros planos, obviando los planos medios y generales.

Por ello, la muy buena labor de McAlpine no se puede llegar a apreciar en su plenitud, ya que es tal el bombardeo de cortes de montaje y planos cortos que, sobre todo, se intuye una muy buena fotografía de la que no nos dejan disfrutar al completo. Con todo y con eso, fue uno de los títulos finalista a casi todos los premios de fotografía del aquél año, aunque no pudo alzarse con ninguno de los más importantes.

Título en España: Moulin Rouge!
Año de Producción: 2001
Director: Baz Luhrmann
Director de Fotografía: Donald M. McAlpine, ASC, ACS
Ópticas: Panavision Primo Anamorphic, C-Series
Emulsión: Kodak 5279 (500T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision), 2.4:1
Premios: Oscar a la mejor fotografía (nom), American Society of Cinematographers (nom), BAFTA (nom)
Otros: efectos visuales rodados en Super 35

Vista en 35mm & HDTV

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