Die Hard

Adaptación de una novela de Roderick Thorp que hasta la fecha cuenta de cuatro secuelas pero, sobre todo, una enorme influencia en el cine de acción moderno. Con una solvente producción de Joel Silver, la historia es muy sencilla; el policía neoyorquino John McClane (Bruce Willis) llega a un rascacielos de Los Angeles en el que está la sede de la compañía para la que trabaja su esposa (Bonnie Bedelia), para acompañarla en la celebración de la navidad. En ese momento, el edificio es ocupado por un grupo de terroristas (liderados por Alan Rickman), a los que McClane se irá enfrentando de uno en uno mientras intenta llamar la atención de los cuerpos de seguridad de la ciudad. La dinámica dirección de John McTiernan, recién salido de su éxito con “Predator” y la icónica presencia de Bruce Willis en el rol principal fueron las claves principales de este enorme éxito que contó con Reginald Veljohnson, Alexander Godunov, William Atherton, Hart Bochner o Robert Davi en los papeles secundarios.

El director de fotografía fue el holandés Jan de Bont [ASC], quien también colaboraría con McTiernan dos años después en “The Hunt for the Red October”. Hoy en día más conocido por su labor como realizador –que le hizo abandonar su oficio inicial-, aunque únicamente alcanzó el éxito pleno con “Speed” (1994), De Bont estuvo ligado inicialmente a su compatriota Paul Verhoeven, con el que realizó un total de seis películas (la última en Holanda, “De Vierde Man”, mientras que “Flesh + Blood” y, por supuesto, “Basic Instinct” ya se rodaron en inglés y/o con financiación americana), antes de instalarse en los EEUU a comienzos de los 80 con una serie de títulos para Lewis Teague y el operador Michael Chapman, en la época en que éste se pasó a la dirección. A raíz del éxito de “Die Hard”, se convirtió en uno de los operadores más demandados del país, sobre todo en el género de acción, con trabajos como “Black Rain” (Ridley Scott, 1989) o “Lethal Weapon 3” (Richard Donner, 1992), antes de pasarse definitivamente a la dirección.

La imagen de “Die Hard” está caracterizada, sobre todo, por la brillante puesta en escena de John McTiernan, que casi en todo momento hace uso de una cámara que se mueve de forma continua y con mucha pericia por los despachos, salones, pasillos, escaleras y todo tipo de huecos del edificio, hoy en día la sede real de la Twentieth Century Fox, la productora del film. La movilidad de la cámara obligaba a De Bont a realizar una iluminación que, principalmente, está basada en las fuentes reales disponibles en el decorado, por lo general, todo tipo de fluorescentes, con algunas lámparas o fuentes de iluminación industrial suplementarias y, ocasionalmente, alguna luz dirigida hacia los actores. Ello hace que en ocasiones el resultado sea algo plano, o no del todo atractivo o brillante como se espera de un film de estas características, pero desde luego resulta enormemente efectivo y, desde el punto de vista técnico, la única solución posible para sacar adelante el trabajo demandado por McTiernan.

Además, en cualquier caso, “Die Hard” es recordada por su emblemático uso del formato panorámico anamórfico, no sólo para realizar muy buenas composiciones de imagen, sino también, especialmente en sus exteriores nocturnos, por la cantidad de destellos que capta la cámara de De Bont, a través de las luces de los helicópteros, coches o searchlights que inciden directamente sobre la lente, siendo también parte fundamental en la consolidación de una moda (la de los flares) y una asociación (la del formato anamórfico y el cine de acción) que dura hasta nuestros días.

Título en España: Jungla de Cristal
Año de Producción: 1988
Director: John McTiernan
Director de Fotografía: Jan de Bont, ASC
Ópticas: Panavision C-Series, Super PanaZoom Cooke
Emulsión: Kodak 5295 (500T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision), 2.4:1
Otros: efectos visuales de Richard Edlund, ASC rodados en 65mm

Vista en HDTV

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2013.