Plein Soleil

Adaptación francesa de la novela de Patricia Highsmith, que tiene como protagonista a Tom Ripley (Alain Delon), un joven que es enviado a Italia para convencer a su amigo Philippe Greanleaf (Maurice Ronet) –que está allí ejerciendo de playboy y vividor gracias a la fortuna de su padre- para que vuelva a los EEUU y se haga cargo de los negocios de éste. Tom se instala con Philippe y su novia Marge (Marie Laforet), pero pronto, en lugar de ceñirse a la misión encomendada, comienza a fantasear con suplantar a Philippe y quedarse con su dinero y su novia. Rodada en vistosísimas localizaciones de Roma, Nápoles y el sur de Italia, “Plein Soleil” –que también se beneficia de una exquisita banda sonora de Nino Rota- fue el film que lanzó al estrellato a Delon, que realiza un magnífico retrato del amigo envidioso y mezquino bajo la solida dirección de Clement, que va mostrando paulatinamente el carácter de su protagonista y su desmedida ambición y que concluye la película con una impactante e inolvidable resolución. El posterior remake americano (“The Talented Mr. Ripley”) no está a la altura de este memorable original.

El director de fotografía fue el francés Henri Decaë, el cual, como se ha indicado en muchas ocasiones, no sólo fue el autor de “Les Quatre Cents Coups” (François Truffaut, 1959), sino uno de los pilares de la Nouvelle Vague francesa desde el punto de vista de la imagen, junto a Raoul Coutard y Néstor Almendros. Decaë, nacido en 1915, era mayor que éstos, pero su estilo no era menos moderno e interesante y tuvo el privilegio de trabajar con cineastas franceses como Louis Malle, Claude Chabrol, Gerard Oury, Georges Lautner, o Claude Zidi, además de, por supuesto, Jean-Pierre Melville, con el que mantuvo una larga asociación que incluye títulos emblemáticos como “Bob Le Flambeur”, “Le Samurai” o “Le Cercle Rouge”. A mediados-finales de los años 60, Decaë inició una carrera internacional que le llevaría a trabajar con cineastas tan dispares como John G. Avildsen, Robert Wise, Sydney Pollack, Franklin J. Schaffner, Michael Ritchie, James Toback y hasta John Frankenheimer, aunque quizá lo mejor de su carrera sea su etapa francesa o para realizadores galos.

En el caso de “Plein Soleil”, la mayor dificultad para Decaë posiblemente fuera, teniendo en cuenta que todo el rodaje o, cuando menos, gran parte del mismo, tuvo lugar en localizaciones, la decisión de que el film fuera rodado en color, en una época en que en Europa aún era muy frecuente que las producciones de alto presupuesto utilizaran el blanco y negro. Ello se debe a que el blanco y negro hubiera favorecido la uniformidad de un material rodado bajo condiciones de luz y de clima muy diversas, además que las emulsiones de aquélla época aún eran notablemente más sensibles que las películas Eastmancolor (“Plein Soleil” se rodó en un momento de transición entre el negativo Kodak 5248 de 25 ASA y el nuevo 5251, de 50 ASA, aunque el trabajo de Decaë parece indicar que fue empleado el segundo).

Por ello, teniendo en cuenta las limitaciones y complicaciones de índole técnico, resulta muy llamativo el decidido estilo naturalista empleado por el director de fotografía, que hacen que la película, aunque lógicamente tiene una estética anticuada –especialmente en cuanto a vestuario, a pesar que en su época éste fuera vanguardista- sí que adelanta los avances que muchos directores de fotografía europeos y, especialmente, norteamericanos, tardaron diez, quince y hasta casi veinte años en trasladar a sus propias películas. En “Plein Soleil” Decaë todavía se vió obligado a utilizar de manera extensiva luz artificial en los exteriores no solo para rellenar a los actores, sino también como luz dura que imita al sol, pero también hay un buen número de secuencias en las que, a pesar de la limitada latitud de exposición de la emulsión, se aprecia que el operador francés las rodó directamente con la luz disponible (como la famosa escena entre Delon y Ronet en el barco, el punto de inflexión de la trama), aunque en dichas circunstancias el grano en la imagen a veces sea demasiado perceptible. En cualquier caso, también es evidente que el retrato de Italia que realiza Decaë tampoco es exactamente el que hubiera realizado un operador norteamericano de la época, o del estilo Technicolor de tres bandas, con todos los colores absolutamente saturados y unos cielos perfectamente expuestos, sino que el francés no tiene excesivo cuidado con éstos y sus colores son mucho más suaves y, por tanto, naturales.

Los interiores también tienen esa misma pretensión, con Decaë trasladando a los mismos sus técnicas procedentes del blanco y negro, es decir, rebotando la luz sobre techos u otros elementos, de manera que ésta es mucho más suave y difusa que el tradicional estilo de la época. Aún así, aunque hay muchos primeros planos de los actores que utilizan luz suave, se percibe el uso de luz dura en las tomas más amplias, aunque de forma mucho menos extensiva que en casi cualquier otro film en color de la época. Incluso el trabajo de cámara es moderno, con muchísimos instantes en que ésta se libera del trípode y es manejada al hombro muy cercana a los actores, no sólo en el barco durante la mencionada secuencia, sino también en otras como el paseo de Delon por el mercado, que ofrecen una imagen mucho más directa e inmediata al espectador.

Por todo ello, aunque es evidente que las limitaciones técnicas aún impidían realizar adecuadamente gran parte de las cosas que aquí intenta hacer Henri Decaë, lo cierto es que sólo planteárselas ya hubiera sido algo arriesgado en una producción importante como la presente, de modo que haber llevado a cabo muchas de ellas y en un elevado número de ocasiones, de forma más que exitosa, obliga a calificar la fotografía de “Plein Soleil” como un trabajo más que notable, que no sólo obtiene globalmente un aspecto moderno, sino que también logra que los actores luzcan de forma espléndida y que los cineastas también saquen un estupendo partido a las bellísimas localizaciones, siendo los puntos débiles de la propuesta aquéllos instantes en que Decaë debe utilizar luz más dura y dirigida y, para contrarrestar sus efectos, introduce filtros difusores, que crean una textura absolutamente diferente en dos o tres instantes de la proyección.

Título en España: A Pleno Sol
Año de Producción: 1960
Director: René Clement
Director de Fotografía: Henri Decae
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.66:1

Vista en Blu-ray

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2013.