Le Dernier Metro

Uno de los últimos largometrajes de la filmografía del cineasta francés François Truffaut, ambientado en un teatro de París, durante la ocupación alemana de Francia en plena Segunda Guerra Mundial. La actriz principal (Catherine Deneuve) tiene que luchar por conseguir poner en marcha la última obra de su marido (Heinz Bennent), el cual, por su origen judío, simula haberse fugado del país mientras se mantiene oculto en el sótano del teatro. Al mismo tiempo, el actor protagonista de la obra (Gérard Depardieu), se mete en problemas con un crítico muy afín al régimen nazi (Jean-Louis Richard) y mantiene una relación de amor-odio con la actriz principal. En cierto modo, “Le Dernier Metro” es al mundo del teatro lo que la obra del propio Truffaut “La Nuit Américaine” (1973) es al mundo del cine; una visión del mismo desde sus entrañas, aunque en esta ocasión, entremezclado con esa ambientación en la Segunda Guerra Mundial que, curiosamente, no es explotada a fondo por el realizador.

El director de fotografía fue el barcelonés Néstor Almendros [ASC], quien por supuesto, a pesar de haber nacido en España, dificilmente puede ser considerado un cineasta de nuestro país, ya que toda su carrera (con la excepción de “Cambio de Sexo”, Vicente Aranda, 1976) se desarrolló fuera del mismo, primero en su exilio cubano y posteriormente, sobre todo, en Francia, en donde alcanzó un gran prestigio de la mano de cineastas como Eric Rohmer, Barbet Schroeder y, por supuesto, el propio François Truffaut, dejando películas como “La Collectionneuse” (1967), “Ma Nuit Chez Maud” (1969), “L’ Enfant Sauvage” (1970), “General Idi Amin Dada: Autoportrait” (1975) o “L’Homme Qui Amait Les Femmes” (1977), entre muchas otras, en las que se labró una reputación (acrecentada con la publicación de su libro “Días de una Cámara”) de ser un director de fotografía al que le gustaba crear imágenes naturales mediante el empleo de los métodos más sencillos posibles. Bajo esa premisa llega a EEUU en 1976 y rueda “Days of Heaven” (Terrence Malick, 1978), por la que obtiene el Oscar a la mejor fotografía, a la que le siguen títulos norteamericanos como “Kramer Vs. Kramer” (Robert Benton, 1979), “The Blue Lagoon” (Randal Kleiser, 1980), “Sophie’s Choice” (Alan J. Pakula, 1982), “Places in the Heart” (Robert Benton, 1984) o “Billy Bathgate” (R. Benton, 1991), su última película, ya que falleció pocos meses después de su estreno a los 62 años de edad.

A pesar, por lo tanto, que Almendros es conocido y respetado sobre todo por sus experimentos con la luz natural, la fotografía de “Le Dernier Metro” es muy diferente del cine en localizaciones naturales que solía propugnar el director de fotografía. Por supuesto, no es en absoluto extraño que, tratándose de una película sobre el mundo del teatro, toda la misma tenga, valga la redundancia, cierto aspecto teatral potenciado por el hecho de que el film está rodado (casi) íntegramente en decorados de estudio, incluyendo los breves exteriores por las calles de París que aparecen durante la proyección. Como decíamos, ni Truffaut ni Almendros en ningún momento rehuyen dicha teatralidad. En el caso del director de fotografía, ello supone que “Le Dernier Metro” es una de sus películas más elaboradas visualmente, en el sentido que no hay ningún tipo de aprovechamiento de la luz natural o disponible, al tratarse todo de los citados decorados de estudio, siendo una de sus pocas películas en las que toda la luz está elaborada “partiendo de cero”, ya que Almendros precisamente era famoso por tomar siempre como punto de partida la luz real o existente en sus localizaciones y aquí lógicamente no podía hacerlo.

Ello no implica en absoluto que el operador se encuentre incómodo; lo que hace es llevar sus técnicas habituales en localizaciones a los platós. Esto es, emplea muchas fuentes integradas en pantalla y de una forma u otra siempre se las ingenia para simular que la luz de la película es realmente la que emana de dichas luces, aunque en una época en que las emulsiones únicamente eran de 100 ASA (el film está rodado además en material Fuji, seguramente más suave que el tradicional 5247 de Kodak), siempre fuera necesario suplementar lo que se veía en pantalla con luces fuera de cuadro. Ello lo consigue Almendros a través de aparatos de luz muy suave (seguramente, soft-lights) y un relleno general, que junto con el diseño de producción, hace que la película tenga tonos muy cálidos en general. Las luces duras, que las hay, están por lo general reservadas a las escenas de teatro propiamente dichas y a los exteriores nocturnos en plató, a fin de lograr exponer su negativo de forma correcta, de modo que casi todo el film posee una suave atmósfera de luz cálida que pretende trasladar a la época al mismo tiempo que ofrecer una imagen sofisticada, algo que consigue intentando mantener niveles de iluminación relativamente reducidos a pesar de contar con las facilidades que en este aspecto ofrece siempre el rodaje en estudio. Es dificil discernir las lentes empleadas por la falta de profundidad que poseen los decorados, pero en alguna escena parece que se intuye el iris de una forma similar al triángulo que poseen los Zeiss T1.4 High Speeds a grandes aperturas de diafragma.

Por supuesto, se ve que Almendros disfruta más con alguna escena aislada iluminada bajo la luz de las velas en las escenas de apagones, pero el resto de la película ofrece un buen aspecto que puede que no sea el que identifica más y mejor a este director de fotografía, pero que está bien trabajado y elaborado en cualquier caso. Los resultados, por lo tanto, son bonitos, trasladan a la época y además Almendros obtiene un buen aspecto de Catherine Deneuve especialmente, demostrando por lo tanto que el director de fotografía no solo era capaz de rodar películas en localizaciones complejas y casi exclusivamente con la luz disponible en las mismas (caso de “The Blue Lagoon”, por la que fue candidato al Oscar), sino que también era capaz de crear complejas recreaciones de estudio empleando la luz artificial pero con una filosofía naturalista (en este caso, embellecida) que empleaba en sus películas que mejor definen su filosofía de trabajo.

Título en España: El Último Metro
Año de Producción: 1980
Director: François Truffaut
Director de Fotografía: Néstor Almendros
Emulsión: Fuji
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.66:1

Vista en Blu-ray

¿Te ha gustado esta reseña? ¡Siguenos en Facebook!

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2020.