Kramer Vs. Kramer

Adaptación de una novela de Avery Corman, acerca del divorcio de un matrimonio de Nueva York (Dustin Hoffman y Meryl Streep) y las consecuencias que éste tiene sobre el esposo y el hijo, de cuya custodia tiene que hacerse cargo inicialmente, que fue la película triunfadora de la gala de los Oscar de 1979, al alzarse con cinco estatuillas: mejor película, director, guión adaptado, actor (Hoffman) y actriz secundaria (Streep). Fue el tercer largometraje de Robert Benton, hasta entonces más conocido en su faceta como guionista (“Bonnie & Clyde”, “Superman”) que como realizador. Los resultados globales quizá no sean tan satisfactorios como para justificar tantos premios, pero lo cierto es que sí es una película hecha con cierto estilo, que está muy bien interpretada y, sobre todo, que trata unos temas (la crisis de pareja y el cuidado de los hijos) que son muy empáticos con la gran mayoría del público adulto, de ahí que su tremendo éxito (también fue el título más comercial del año) pueda entenderse desde cierta perspectiva.

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Se dice que “Kramer Vs. Kramer” fue un proyecto ofrecido inicialmente al cineasta francés François Truffaut, y que los productores, para convencerle, contrataron por adelantado al que era su director de fotografía predilecto, Néstor Almendros [ASC]. Almendros, que había nacido en Barcelona, se formó cinematográficamente en Cuba, aunque después emigró a Francia, en donde se hizo un nombre, junto con Raoul Coutard y Henri Decae, como uno de los directores de fotografía de la Nouvelle Vague. Como el mismo explica en su libro “Días de una Cámara”, en sus trabajos con Eric Rohmer, Barbet Schroeder o el propio Truffaut, Almendros fue explorando poco a poco un estilo sencillo y muy naturalista que surgía, de un lado, de su propia filosofía como operador pero también, de otro, de los escasos medios con los que contaba el cine francés independiente de la época. Almendros, así pues, se hizo un nombre negándose a utilizar –cuando ya tuvo los medios- luz artificial en exteriores, o por utilizar equipos mínimos y lentes ultraluminosas en lugar de un mayor personal y un tipo de iluminación más elaborada, pero que a su juicio, también era más teatral y menos realista. No rodó en los EEUU hasta 1976, cuando fue convocado por Terrence Malick para “Days of Heaven” (1978), pero el Oscar que ganó por este trabajo le abrió las puertas de Hollywood de par en par, con obras como “Goin’ South” (Jack Nicholson, 1978), “The Blue Lagoon” (Randal Kleiser, 1980) o “Sophie’s Choice” (Alan J. Pakula, 1982). Por estas dos últimas, como por el presente título, recibió sus otras tres nominaciones a la estatuilla dorada.

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“Kramer Vs. Kramer” es un proyecto algo atípico en Almendros, un director de fotografía acostumbrado además a rodar en localizaciones, puesto que el grueso del mismo fue rodado en decorados diseñados por Paul Sylbert. Sin embargo, su principal interés, por lo menos a día de hoy y a juicio de quien escribe estas líneas, reside principalmente en que es una gran oportunidad de observar a un fotógrafo naturalista obligado a crear una luz y un ambiente partiendo de cero, en contraposición a complementar la luz natural, manejarla o tener que imponerse a la misma en un decorado real. En este aspecto juega muy a favor de Almendros el citado Paul Sylbert, cuyos decorados, siendo muy funcionales, ofrecen un aspecto moderno y muy limpio, en la línea de lo que hacía por aquél entonces el gran Mel Bourne junto a Woody Allen y Gordon Willis.

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En el interior de la casa donde transcurre gran parte de la acción, Almendros organiza una iluminación justificada que pretende imitar siempre la luz de las pocas fuentes naturales presentes en el decorado, bien sea la ventana (con un forillo tras la cortina para crear cierta perspectiva) o las lámparas o luces integradas en los planos. Así pues, Almendros, un poco a lo Gordon Willis, pero sin su nivel de riesgo, utiliza un aparato tipo “Chicken Coop” cenital que complementa a su lámpara integrada, o deja que el fluorescente de la cocina tenga algo de verde para que éste parezca más veraz, aunque siempre o casi siempre está utilizando luz dirigida, aunque de textura suave (como si utilizase Chimeras en sus aparatos) sobre los actores, para conseguir que todos ellos siempre tengan un buen nivel de contraste. En los exteriores, Almendros no utiliza ninguna luz adicional o, si acaso, algún reflector o algún aparato pequeño muy difuminado, por lo que todo el film tiene una apariencia muy natural y directa. Quizá lo menos interesante, desde el punto de vista de los resultados estéticos, sean los interiores de oficinas, rodados –estos sí- en localizaciones, en los que Almendros sí que debe elevar sus niveles de luz a través del relleno para exponer simultáneamente interiores y exteriores, revelando que, en el proceso, ha perdido algo el control respecto a las condiciones que le ofrece el estudio.

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La secuencia del juicio en que se decide la custodia del niño posee también niveles de luz algo más altos que el resto de la película, e incluso en contraste con la misma luce algo más artificial, más Hollywoodense, aunque su fino aspecto y algunas composiciones de imagen jugando con las distancias a cámara de los personajes hacen que también tenga aspectos estimables. En general, por lo tanto, es una fotografía muy, muy adecuada y muy realista para la época, ya que incluso intenta utilizar focales medias –como el 50mm- en la mayor parte de las ocasiones para crear una perspectiva sin el menor atisbo de distorsión. Desde un punto de vista contemporáneo, la nominación al Oscar para Almendros es una exageración –más o menos en la misma medida que los premios que obtuvo el film- especialmente si se tiene en cuenta que 1979 fue un año en que algunos títulos memorables se quedaron fuera de estas menciones, pero tampoco sería justo negar que el oficio y la modernidad con que “Kramer Vs. Kramer” está fotografiada merecen ser elogiados, a pesar, eso sí, que la labor de enfoque en la secuencia del reencuentro entre Hoffman y Streep sea absolutamente desastrosa y resulte extraño que la secuencia no volviera a ser rodada, al menos parcialmente.

Título en España: Kramer contra Kramer
Año de Producción: 1979
Director: Robert Benton
Director de Fotografía: Néstor Almendros, ASC
Ópticas: Panavision Ultra Speed
Emulsión: Kodak 5247 (100T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.85:1
Premios: Oscar a la mejor fotografía (nom)

Vista en Blu-ray

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2015.