Lacombe Lucien

Co-producción franco-italo-alemana, ambientada en un pequeño pueblo de Francia en 1944, que tiene como protagonista al joven Lucien Lacombe (Pierre Blaise), un joven cuyo padre es prisionero de guerra, que desea enrolarse en un grupo de resistencia anti-alemana. Sin embargo, es rechazado por ser demasiado joven, lo que provoca que, paradójicamente, se termine enrolando en la policía alemana auspiciada por el régimen de Vichy. En este trabajo, Lucien puede desarrollar sus ansias de ser alguien importante a pesar de su escasa educación y modales, pero todo se le complica cuando conoce a un sastre de París (Holger Löwenadler), judío, de cuya hija (Aurore Clément), se enamora. Louis Malle, en un relato posiblemente basado en sus propias experiencias como joven durante aqúel período, también fue co-autor del guión original en que se basa la película, un relato fatalista que, al parecer, fue polémico en Francia porque vendría a sugerir que el apoyo del pueblo francés al régimen nazi era mayor del que normalmente se ha mostrado en cine.

Probablemente por el tipo de producción europea del que se trataba, “Lacombe, Lucien” fue fotografiada por el italiano Tonino Delli Colli [AIC], que ya había trabajado con Louis Malle en un segmento de un largometraje de episodios (“Histoires Extraordinaires”, 1968). “Lacombe, Lucien” fue sin embargo su única película completa juntos, de modo que aunque se trata de un gran trabajo del operador italiano, éste siempre haya sido identificado mucho más por su asociación entre tres películas con su compatriota Sergio Leone (las icónicas “The Good, The Bad and the Ugly”, “Once Upon a Time in the West” y “Once Upon a Time in America”) que con ningún otro realizador. Aún así, en su larga carrera, que va desde los años 50 hasta finales de los 90, Delli Colli es conocido por sus colaboraciones con Pier Paolo Pasolini (“Accatone”, 1961), Luis García Berlanga (“El Verdugo”, 1963), Jean-Jacques Annaud (“The Name of the Rose”, 1986), Federico Fellini (“Ginger e Fred”, 1986), Roman Polanski (“Bitter Moon” y “The Death and the Maiden”, en 1992 y 1994) e incluso Roberto Benigni, para el que rodó su último largometraje, “La Vita é Bella” (1997).

La imagen de “Lacombe, Lucien” es muy propia tanto del cine europeo como de la época en que fue realizada. De un lado, porque es heredera de la tradición de la Nouvelle Vague, que propugnaba por encima de todo (en lo estético) el rodaje en localizaciones reales y una aspiración (más que inspiración) naturalista en sus imágenes. Y de otro lado, también es propia de su época porque esas pretensiones realistas se ven limitadas, al menos parcialmente, por los medios técnicos y modas de la época (emulsiones de apenas 100 ASA de sensibilidad y rodajes con lentes zoom, menos luminosas que las ópticas fijas). Ello hace que la fotografía de “Lacombe, Lucien” sea absolutamente bienintencionada respecto de sus pretensiones naturalistas, pero que no consiga por completo ser una fotografía naturalista, aunque se encuentra mucho más cercana de serlo que de asemejarse al cine en color de los años 50 y 60, del que Delli Colli se aleja por completo y eso que sus trabajos para Sergio Leone mantenían muchos de los convencionalismos del cine de estudio. La presente es una película en la que predominan los interiores, aparentemente rodados en localizaciones, en los que Delli Colli utiliza sobre todo mucha luz desde el exterior de las ventanas, proyectada de forma directa hacia los decorados y los intérpretes.


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Ello hace que el film, como indicábamos, posea un fuerte arraigo en la realidad, aunque la textura de este tipo de luz es demasiado dura como para resultar verdaderamente natural en la gran mayoría de las ocasiones y, sobre todo, a fin de lograr controlar el contraste y reducir la dureza de este tipo de fuentes principales de iluminación, Delli Colli se ve obligado a emplear también una gran cantidad de luz en los interiores. A veces es luz cenital, que ayuda a que la luz de las ventanas defina lo que hay en las estancias y a exponer correctamente el negativo, pero otras veces, es luz directamente desde el eje contrario al de la luz principal, produciendo algunas sombras en la dirección opuesta a esa luz principal. Pero considerando las limitaciones técnicas de la época, el resultado que consigue Delli Colli es muy bueno, ya que en la gran mayoría de las situaciones, aunque sea porque el grueso de la luz procede de los puntos de los que procedería en la realidad, el director de fotografía italiano sí consigue esa ilusión de que el film está iluminado con luz natural, a pesar que siempre y casi en cualquier circunstancia está iluminado bajo sus luces de cine. Las escenas nocturnas incluyen a veces un curioso trabajo de cámara en mano con objetivos angulares (como una de las primeras que se desarrollan en el cuartel general de la policía alemana), en las que los cineastas se esfuerzan de manera notable en tratar de conseguir composiciones de imagen con los personajes muy bien repartidos por el encuadre y además en profundidad.

En dichas escenas, rodadas muy abiertas de diafragma y seguramente, revelado forzado para tratar de conseguir hacerlo con los niveles de luz más bajos posibles, el aspecto es también muy bueno e interesante, aunque también sigue mostrando, al menos en parte, ese carácter híbrido que tenía Delli Colli, que hace que por ejemplo, cuando pone una lámpara a modo de fuente de luz integrada en el decorado, la complemente de manera habitual con un aparato Fresnel fuera de cuadro para conseguir que la misma exponga realmente el negativo y que la luz llegue mucho más lejos que lo que lo haría la lámpara en la realidad. Los resultados, como decíamos, son muy buenos en cualquier caso, porque el film posee un aspecto bastante realista, que es justo el pretendido por los cineastas, al tiempo que este aspecto posee una coherencia absoluta a lo largo de todo el metraje. Por ello, aunque diste de ser uno de los trabajos más famosos o reconocibles de Tonino Delli Colli, “Lacombe, Lucien” contiene grandes imágenes, además de un cierto tono triste y lúgubre (también en la fotografía) que le van estupendamente bien a la narración.

Título en España: Lacombe Lucien
Año de Producción: 1974
Director: Louis Malle
Director de Fotografía: Tonino Delli Colli, AIC
Emulsión: Kodak 5254 (100T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.66:1

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