Jojo Rabbit
Extraña sátira ambientada en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, que tiene como protagonista a un niño (Roman Griffin Davis), perteneciente a las juventudes hitlerianas, que descubre por casualidad que su madre (Scarlett Johansson) esconde a una chica judía (Thomasin McKenzie) en uno de los armarios de su casa. A pesar que al chico se le aparece el mismísimo Hitler (Taika Waititi, escritor y director del film) para guiarle, pronto comienza a darse cuenta de que la chica judía no es tan mala como él pensaba al principio. Se trata de una película en clave de humor, que trata de parodiar de forma ligera unos acontecimientos muy serios como el nazismo, el holocausto e incluso el final de la Segunda Guerra Mundial. Los resultados son desiguales porque la película no es particularmente brillante en ninguno de sus apartados (ni es especialmente original, ni graciosa salvo en momentos aislados) ni es capaz de llevar de forma totalmente satisfactoria sus cambios de tono, algunos de ellos forzados por el conflicto bélico en el que se enmarca. Sam Rockwell, Rebel Wilson, Alfie Allen y Stephen Merchant, entre otros, completan el reparto del film.
El director de fotografía es el rumano Mihai Malaimare, Jr. un hombre de extraña carrera, ya que siendo un auténtico desconocido de apenas treinta o treinta y un años de edad, tuvo la suerte de cruzarse con Francis Ford Coppola, que fue a Rumanía a rodar uno de sus proyectos independientes (“Youth without Youth”, 2007) y le escogió como director de fotografía. Después vendrían “Tetro” (2009”), “Twixt” (2011) y “Distant Vision” (2016), también películas del autor de “The Godfather”, de presupuesto reducido y escasa difusión y reconocimiento, pero que seguramente fueron las que le posibilitaron rodar “The Master” (Paul Thomas Anderson, 2012), cuando el director de fotografía habitual del realizador, Robert Elswit, no estuvo disponible por tener que atender compromisos previos (sin embargo, Anderson prefirió rodar «Phantom Thread» sin director de fotografía al uso cuando Elswit tampoco estuvo disponible para ese film). Fuera de estas colaboraciones, “Jojo Rabbit” es sin lugar a dudas el film de este director de fotografía que ha logrado mayor reconocimiento, siendo además su primera colaboración con el realizador Taika Waikiki.
Estéticamente, quizá lo más extraño o destacable de “Jojo Rabbit” sea el hecho de que su fotografía principalmente hace uso de las lentes anamórficas de Vantage Hawk V-Lite 1.3x, lo cual en el sensor 4/3 de la Arri Alexa y con grabación en formato ArriRaw 3.4k, proporciona una relación de aspecto similar al 1.85:1 para el que está compuesto y es exhibido el film. Es decir, se trata de una película que posee gran parte de los artefactos que habitualmente se asocian al formato anamórfico (tales como los fondos y el bokeh algo estirados, un poco menos que en lentes 2x), distorsión de barril, una mayor suavidad en todo el fotograma e incluso algunos flares azulados, pero todo ello sin que la relación de aspecto sea el tradicional 2.4:1 que se suele asociar a este formato. Curiosamente, algunas escenas, incluyendo exteriores diurnos, están rodados en formato esférico convencional empleando los Vantage T1 del mismo fabricante, aunque no haya una razón aparente o cuando menos, muy clara, que provoque dicha alternancia. En cualquier caso, dada la fuerte predominancia del formato anamórfico, el aspecto es inusualmente interesante, quizá precisamente por lo extraña que resulta la combinación empleada por los cineastas, que parece ser que también valoraron otras relaciones de aspecto hasta decidirse por el 1.85:1.
El diseño de producción incluye decorados exteriores en los que se desarrolla la historia y está caracterizado por el uso o empleo de colores muy suaves y poco saturados, que hacen que a pesar de que la historia se desarrolle en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, el tono general sea apastelado y cálido y, en cierto modo, reminiscente de las primeras películas de Wes Anderson. La luz de Mihai Malaimare, en estas circunstancias, no es ni demasiado dramática ni demasiado interesante: en exteriores parece que en lo que más se esfuerza es en conseguir un cierto nivel de sobreexposición que permita que todo luzca amable, mientras que en interiores, el tono serio pero edulcorado se consigue mediante la introducción de bastante luz sobre los personajes en toda circunstancia, incluyendo luces cenitales sobre los personajes en las escenas nocturnas, e incluso fondos azulados muy teatrales para sugerir los ambientes nocturnos. Malaimare trata de huir de un aspecto plano empleando como decíamos bastante luz sobre los personajes, pero casi siempre de forma lateral, de modo que aunque la relación de contraste es reducida, los personajes casi siempre tienen un lado de la cara mucho más iluminado que el otro.
Puesto que el tono es amable y dulce, lo cierto es que no se puede extraer mucho más de la historia, aunque ello no impide que en alguna secuencia se aprecien errores aparentes como las triples sombras en la escena de la piscina, o que el aspecto general -incluso a pesar del uso del formato anamórfico en 1.85:1- sea un poco el resumen de la propia película: no está mal pero queda la sensación de que podría haber sido algo más, ya que precisamente todo el esfuerzo por reconstruir la época y la forma en que está resuelta la misma a través de los decorados y del color precisamente juegan casi totalmente en contra de cualquier dramatismo en la imagen, haciendo complicado también desde el punto de vista estético el juego de diferentes tonos narrativos que posee la película.
Título en España: Jojo Rabbit
Año de Producción: 2019
Director: Taika Waititi
Director de Fotografía: Mihai Malaimare, Jr.
Ópticas: Hawk V-Lite 1.3x & Vantage T1
Formato y Relación de Aspecto: Arri Alexa (ArriRaw 3.4k), 1.85:1
Vista en Blu-ray
¿Te ha gustado esta reseña? ¡Siguenos en Facebook!
© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2020.