Flight

Retorno del cineasta Robert Zemeckis (“Contact”, “Cast Away”) al cine de acción real, tras sus coqueteos con la animación en cintas como “The Polar Express” y “Beowulf”, en un film que temáticamente poco se parece a los blockbusters (la trilogía “Back to the Future” o “Forrest Gump”) que le situaron en la primera línea de los realizadores norteamericanos de la década de los 80 y 90: en el mismo, Denzel Washington interpreta a un piloto de líneas aéreas con una seria adicción a las drogas, cuyo avión sufre una avería mecánica y un aparatoso accidente. En el transcurso del mismo, a pesar de su evidente estado de embriaguez, el piloto consigue salvar las vidas de la mayor parte del pasaje y es considerado como un héroe. Sin embargo, tras haber analizado su sangre, comienza a cernirse sobre él la amenaza de un proceso penal al tiempo que ha de luchar contra su alcoholismo y drogadicción. Por lo tanto, más que un entretenimiento, “Flight” es un análisis sobre el tremendo poder de la adicción sobre su personaje principal, muy bien interpretado por Washington, con un descriptivo descenso a los infiernos raro de ver en un film norteamericano fuera de los circuitos “indie”. Don Cheadle, John Goodman –robando escenas-, Kelly Reilly, Bruce Greenwood y Nadine Velazquez, en una breve pero explícita aparición, completan el reparto de una película tan sugerente en su planteamiento como irregular en su desarrollo y conclusión, pues sin dejar indiferente, alterna situaciones brillantes con algunos toques de película de sobremesa.

El director de fotografía es Don Burgess [ASC], el que fuera su operador ya en sus cuatro últimas películas de acción real (las citadas “Forrest Gump” -por la que obtuvo una candidatura al Oscar- y “Cast Away”, así como “Contact” y “What Lies Beneath”). Burgess comenzó su carrera como director de fotografía de segunda unidad, casi siempre especializado en películas de acción y/o gran complejidad técnica, labores que desempeñó para Zemeckis cuando éste aún contaba con Dean Cundey como director de fotografía principal, como en las dos últimas entregas de “Back to the Future” o “Death Becomes Her”, hasta que la carrera de Cundey entró en barrena a mediados de los 90 y Zemeckis dio paso a Burgess. En los años en que el director ha estado alejado del cine de acción real, la carrera de Burgess tampoco ha dado grandes señales de vida, más allá de algún trabajo importante aislado, como “Terminator 3”, que sin duda muestra más oficio que brillantez.

A pesar que “Flight”, temáticamente, podría catalogarse como un drama en sentido estricto, Burgess continúa siendo una elección apropiada debido al gran número de efectos visuales que contiene la cinta, especialmente en su media hora inicial con el accidente áereo, muy bien resuelto por los cineastas en cuanto a realización y técnica, aunque quizá con un perfil demasiado bajo en cuanto espectacularidad, ya que resulta evidente que la elección de narrarlo desde la cabina y apenas desde el exterior de la aeronave autolimita las posibilidades en este aspecto. El resto de la película, incluso para las secuencias más mundanas y de un interés visual aparentemente nulo, resulta muy agradable de ver por la siempre notable puesta en escena de Robert Zemeckis, que demuestra una vez más esa maestría de la antigua escuela -que comparten, por ejemplo, cineastas tan diferentes como Steven Spielberg o John Carpenter, con los que antaño Zemeckis compartía operador- cada vez más en extinción: “Flight” es una película en la que la relación entre la posición de los actores, sus movimientos y la cámara (blocking) está perfectamente ejecutada en cada instante, sin que ninguno de los tres elementos parezca haber sido escogido por azar o mediante la improvisación. Por tanto, la mayor parte de sus encuadres en formato panorámico y lentes tendentes al gran angular muestran estupendas composiciones de imagen, con un gran dominio de la espacialidad, elegantes movimientos y actores siempre en su posición adecuada en cada fotograma.

En los últimos años Burgess ha realizado aproximaciones al cine digital, de modo que tampoco resulta extraño que un clásico como Zemeckis haya aceptado sustituir el celuloide por la cámara Red Epic, la cual, en combinación con las ópticas Arri/Zeiss Master Prime, hace que las imágenes de “Flight” posean una limpieza y nitidez realmente extraordinarias y cercanas a la adquisición en 65mm. La iluminación del director de fotografía, más allá de su pericia técnica, nunca llega a ser tan sugerente como parece indicar la escena inicial –rodada con la luz que entra por la ventana de la habitación de hotel como única fuente, dejando el cuerpo desnudo de Nadine Velazquez casi en silueta- sino que más bien cae en la habitual tendencia de iluminar a los actores de forma óptima en cada una de sus apariciones en pantalla, en lugar de la teoría contrapuesta de iluminar los decorados y dejar que los actores se muevan por los mismos. Esta filosofía es especialmente evidente con Kelly Reilly, en escenas como la de las escaleras del hospital, en las que recibe iluminación “de estrella”, de modo que el aspecto global de la película carece del tono oscuro o dramático que la narrativa y la historia hubieran hecho posible.

Así pues, con “Flight”, Zemeckis demuestra que su talento para la puesta en escena sigue intacto a pesar de los años que ha permanecido alejado de películas de acción real, mientras que Burgess es un excelente acompañante para ejecutar la parte técnica de la película y obtener para la misma un buen acabado formal, aunque sin lugar a dudas, podría haber ido mucho más allá en un gran número de escenas, a poco que hubiera estado dispuesto a correr los mismos riesgos que el realizador al asumir esta historia o el propio Denzel Washington al enfrentarse a un papel como el del protagonista de este film.

Título en España: El Vuelo
Año de Producción: 2012
Director: Robert Zemeckis
Director de Fotografía: Don Burgess, ASC
Ópticas: Zeiss Master Prime
Formato y Relación de Aspecto: Red Epic (5K), 2.4:1
Otros: 2K Digital Intermediate

Vista en DCP

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2013.-