Cruising

Adaptación de una novela de Gerald Walker, escrita y dirigida por William Friedkin, que tiene como protagonista a un detective de Nueva York (Al Pacino), que a fin de capturar a un asesino en serie de gays, se hace pasar por uno de ellos para tratar de conectar con él y darle caza. Friedkin, que en los años 70 había tenido éxitos colosales como “The French Connection” (1971) y “The Exorcist” (1973), también había conocido el fracaso monumental de “Sorcerer” (1977) o la indiferencia (“The Brink’s Job”, 1978). Para salir de la misma, sin duda la elección de la temática fue adrede, pero “Cruising” es un film fallido desde la propia elección del protagonista (Friedkin quería a Richard Gere y Pacino, el elegido, rara vez estuvo más perdido), su confuso desarrollo, hasta su enigmática resolución, que además ha quedado profundamente desfasado en su descripción de los ambientes y en su moralidad, que probablemente lo sitúa en la homofobia. Paul Sorvino, Karen Allen, Richard Cox, Joe Spinell y James Remar completan el reparto de una película de la que siempre se ha dicho que William Friedkin recortó cuarenta minutos antes del estreno, que quizá hubieran clarificado algunas cuestiones no resueltas en el montaje final del film.

El director de fotografía fue James A. Contner, que debutaba en el puesto con este film. Hay que tener en cuenta que William Friedkin siempre tuvo una personalidad compleja y muchos problemas con múltiples miembros de sus equipos, entre los que lógicamente se encontraban sus colaboradores más cercanos, los directores de fotografía. Después de haber rodado sus dos títulos icónicos con Owen Roizman, para “Sorcerer” contrató al británico Dick Bush, que no terminó el rodaje, siendo sustituido por el director de fotografía de segunda unidad. Para “Brink’s Job”, contrató al que fuera gaffer de Owen Roizman en “Network” (1976), y fue en ese trabajo donde conoció a James Contner, que firmaba la fotografía adicional, y al que acompañó en “Cruising” con Enrique Bravo, que tradicionalmente era el operador de Owen Roizman en los años 70 (de alguna manera, parece que una vez rota su relación profesional con Roizman, Friedkin quiso seguir rodeándose de los colaboradores de éste). Contner tuvo una breve carrera como director de fotografía puesto que se pasó a la dirección a finales de los 80, desarrollando prácticamente el grueso de su carrera en la televisión, hasta mediados de la década de 2010, cuando se retiró. “Cruising” es uno de sus títulos más conocidos como director de fotografía, junto con la estimable “Nighthawks” (Bruce Malmuth, 1981), un vehículo al servicio de Sylvester Stallone que partía, curiosamente, del guión de los que debiera haber sido “The French Connection III”, así como “Jaws 3-D” (Joe Alves, 1983), que fue sin embargo un absoluto fiasco.

La fotografía de “Cruising” alterna dos secciones muy bien diferenciadas, de un lado, el mundo diurno y por otro, el nocturno, en el que se desarrolla toda la parte del film que tiene que ver con los ambientes homosexuales de Nueva York de finales de los años 70 o principios de los 80. La parte diurna posee un estilo muy directo y en cierto modo, naturalista, como si el propio William Friedkin quisiera seguir imitando (algo que ya había hecho también en “Sorcerer”) el estilo de Owen Roizman, solo que sin Owen Roizman. Y en esta tesitura, lo cierto es que James Contner se defiende bastante bien, puesto que “Cruising” posee un estilo moderno, de luz suave, con fuentes grandes rebotadas o difusas haciendo el grueso de la iluminación, que ofrece un grado justo de estilización para evitar que la película caiga en un estilo documental, algo que desde luego no pretendían los cineastas. Pero aunque Contner sale airoso de la comparación, lógicamente queda por debajo de Roizman, que era uno de los grandes de su profesión, y que por ejemplo en su trabajo similar en “Straight Time” (Ulu Grosbard, 1978), esconde mejor su luz y hace que el film posea un aspecto natural pero con cierta elaboración o sofistificación, sin que se perciban tantolos aparatos de iluminación de cine como en “Cruising”.

En las escenas nocturnas es donde el film pone toda la carne en el asador, en todos los aspectos. Y dichas escenas están dominadas por una luz muy agresiva en los exteriores, con grandes aparatos (seguramente aún arcos voltaicos), casi siempre a contraluz y muchas veces filtrados con gelatinas azules que hacen que el film posea un viraje muy marcado hacia dichas tonalidades. Algo que es extensivo en el interior de los clubs que visita el personaje de Al Pacino, o en las escenas de intercambios sexuales que William Friedkin rueda en los parques, que a veces poseen una atmósfera más cercana al cine de terror de la época (con sus fuertes contraluces, claroscuros, aspecto azulado, etc) que a un drama realista, que es lo que se supone que pretende ser “Cruising” en gran parte de su metraje. La estilización en dichas escenas muy alta, algo que culmina en la escena en el banco entre Al Pacino y Richard Cox, en la que múltiples fuentes, sobre todo a contraluz, pero también cruzadas, hacen que el aspecto sea onírico o de ciencia ficción (comparativamente, un film rodado en localizaciones similares en aquélla época, “The Warriors”, parece un documental). En algunos momentos, el azul invade también los rostros de los personajes, aunque hay que agradecer que, con respecto al DVD, la reciente copia en Blu-ray (a partir de un escaneo del negativo original en 4K) posee tonos de piel mucho más naturales en las secuencias nocturnas, aunque habría que acudir a una copia en 35mm para saber cuál de las dos versiones es más fiel a las pretensiones originales de los cineastas (desde luego, el DVD parece incorrecto, pero nunca se sabe).

En este sentido, dado que la transferencia y re-etalonaje de este Blu-ray fue supervisada por William Friedkin (que se hizo tristemente célebre por alterar “The French Connection”), cabe dudar también del aspecto de las secuencias diurnas en cuanto al color, que a veces parece algo sobresaturado en los verdes y azules, además que el Blu-ray posee un marcado DNR (Digital Noise Reduction) que enmascara el grano, que seguramente debía de ser bastante visible en el negativo original, ya que teniendo en cuenta que James Contner trabajaba en algunas secuencias con niveles bajos de luz o que gran parte del film está rodado con lentes zoom (seguramente el 20-100mm y 25-250mm de Cooke), la exposición siempre debía de ser muy justa. Por todo ello, más allá de las dudas sobre la imagen que genera el Blu-ray, la fotografía de “Cruising” es un trabajo bastante interesante, casi notable teniendo en cuenta que se trata de la obra de un debutante en cine (por muchos medios que tuviera a su disposición, que los tenía sin duda), aunque está lejos de los dos grandes logros de Owen Roizman para William Friedkin, o incluso de la crudeza de gran parte de “Sorcerer”, pero también de la estilización de “To Live and Die in LA” (1985), en la que el uso del color y ambientación a cargo de Robby Müller también resulta más integrada en la narrativa y en el estilo que la buena imagen que aquí ofrece James Contner pero que, sin embargo, tiene algunos problemas de cohesión de estilo, tanto por el uso del azul (a pesar de haber sido reducido en el Blu-ray) como por sus atmosféricos (quizá demasiado) exteriores noche.


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Título en España: A la Caza
Año de Producción: 1980
Director: William Friedkin
Director de Fotografía: James A. Contner
Ópticas: Panavision Ultra Speed Mk2, Cooke Varotal
Emulsión: Kodak 5247 (100T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.85:1

Vista en Blu-ray

© Ignacio Aguilar, 2023.