Zulu Abr25

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Zulu

Reconstrucción de un suceso real acaecido en Sudáfrica en 1879, cuando un regimiento de ciento cincuenta soldados británicos repelió valerosamente el ataque de aproximadamente cuatro mil zulúes en una misión en la región de Natal. Comandados por dos hombres de diferente formación y valores (Stanley Baker, también productor del film, así como Michael Caine, en su primer papel importante) los británicos se organizan con disciplina y de esa forma consiguen repeler los sucesivos ataques en oleadas de los zulúes. Rodada en espectaculares localizaciones en Sudáfrica (aunque no las reales en las que tuvo lugar el enfrentamiento que dio pie al argumento del film), “Zulu” es una película de gran espectáculo, en el que además destaca la poderosa banda sonora de John Barry y un elenco de secundarios compuesto por Jack Hawkins, James Booth, Ulla Jacobsson, Patrick Magee y Richard Burton como el narrador que abre y cierra el film.

El director de fotografía fue el británico Stephen Dade [BSC], en su largometraje más popular y mejor considerado, ya que fue un operador no demasiado conocido que se mantuvo en activo en el puesto desde la década de los años 40 hasta poco antes de su fallecimiento en 1975. Existe muy poca información sobre el mismo, aunque participó en el equipo de cámara de algunos de los rodajes de Alfred Hitchcock en la década de 1930, en la época en la que Bernard Knowles era su director de fotografía y, al parecer, también en varios films fotografiados por Freddie Young (triple ganador del Oscar por “Lawrence of Arabia”, “Doctor Zhivago”, “Ryan’s Daughter”), como ”Ivanhoe” (Richard Thorpe, 1952) y “The Knights of the Round Table” (Richard Thorpe, 1953), que lleva su firma directamente junto a la de Young, e incluso aparentemente participó de manera no acreditada en “Mogambo” (John Ford, 1953), cuya fotografía se repartieron Robert Surtees y el propio Freddie Young, lo cual probablemente significa que Dade fuera de algún modo discípulo de este último.


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Sea como fuere, para los que se aproximen por primera vez a “Zulu”, sin conocer a buen seguro a Stephen Dade, la fotografía del film de Cy Endfield puede ser una sorpresa absoluta, ya que se trata de uno de los más bellos ejemplos de una fotografía clásica en color en exteriores. Ello se debe, de un lado, a que el film fue rodado en el extraordinario sistema anamórfico Technirama, que empleaba un negativo de 8-perf 35mm con una tasa de compresión 1.5x, lo que lo convertía en un VistaVision anamórfico que permitía estrenar en reducciones ópticas a 35mm anamórfico convencional, o bien hinchar a 70mm, proceso conocido como Super Technirama 70. Se trata del formato de “Spartacus”, “El Cid”, “55 Days in Pekin” o “Circus World”. Pero el formato únicamente no hace la fotografía y es ahí en donde Stephen Dade destaca poderosísimamente en el presente título. Como indicábamos, el grueso de la película fue rodada en Sudáfrica, en espectaculares localizaciones que lucen exactamente como tales en pantalla.

Ello se debe a que Dade rueda de manera opuesta a la actual: utiliza mucho la luz frontal, o prácticamente frontal, lo que permite dos cosas: en primer lugar, una perfecta exposición de los cielos, que lucen absolutamente azules durante toda la proyección, con un tono magnífico que es respetado siempre que le es posible al director de fotografía. Y en segundo lugar, ello permite que los uniformes de los soldados británicos, de color rojo, posean un tono muy saturado que prácticamente rebosa de la pantalla. Por supuesto, el hecho de rodar de esta forma, y más con las emulsiones de la época (Kodak 5251, 50 ASA) que no poseían la latitud de exposición de las actuales, exige emplear mucha luz de relleno sobre los intérpretes o aquéllas partes de la acción que quedan un poco más en sombra. Y Dade rellena sin ningún tipo de temor con grandes luces de arco, proyectándolas de forma directa sobre los actores, con tal intensidad que muchas veces es absolutamente imposible discernir que donde ahora están esas luces, antes había sombra.

Es tal esa intensidad de la luz de relleno que los actores parecen esculpidos en luz, pero dicho efecto, junto con la enorme claridad, definición y reproducción de color del formato Technirama, proporciona un efecto de gran tridimensionalidad en todo momento, además de la profundidad que conlleva de por sí el rodar a diafragmas entre T/8.0 y T/11, con el simple filtraje de filtros polarizadores para no perder un ápice de calidad. Además, Cy Enfield coreografía elegantísimos movimientos de cámara con grúa a lo largo de la proyección, e incluso estupendos travellings laterales que acompasan el avance de los zulúes en sus ataques, de manera que al espectáculo visual creado por las localizaciones, el vestuario y el uso de la exposición y de la luz por parte de Stephen Dade, se le une un espléndido trabajo de cámara y de puesta en escena que, por lo tanto, es un lujo absoluto para la vista.

Por supuesto, hay momentos rodados en muchas circunstancias de luz diferentes, durante las mañanas, tardes, amaneceres, etc. y ello crea ciertos problemas de consistencia eventualmente, pero el grueso del film no adolece en absoluto de ningún tipo de merma en este sentido, siendo no solo absolutamente disfrutable sino maravilloso de contemplar siempre y cuando se entre en sus formas clásicas. Incluso las tomas de los rituales y cánticos de los zulúes, que parecen o podrían ser segunda unidad, lucen absolutamente espléndidas y eso que están rodadas de manera directa, sin luz de relleno o casi sin la misma, haciendo uso del contraluz y de perfectas exposiciones, por lo que quizá sean sus interiores de estudio, que hacen exactamente uso del mismo estilo de luz dura, muy nítida, proyectada sobre los intérpretes, lo más disonante del conjunto.

Y ello no porque dichas escenas no luzcan bien (que generalmente lo hacen, con un elevado contraste además y diafragmas también absolutamente generosos), sino precisamente porque es muy fácil darse cuenta de que dicho estilo es precisamente de fotografía en interiores de estudio, y no de localizaciones, de manera que dichas escenas desvían un poco la atención al resultar siempre evidente que no están rodadas en el mismo lugar que los magníficos exteriores. Aún así, el magnetismo de las escenas exteriores es tan evidente que esos interiores tan obvios -por más que bien realizados- no detraen en absoluto de la experiencia de disfrutar de una de las mejores fotografías de exteriores de la historia del cine.

Título en España: Zulú
Año de Producción: 1964
Director: Cy Endfield
Director de Fotografía: Stephen Dade, BSC
Ópticas: Delrama
Emulsión: Kodak 5251 (50T)
Formato y Relación de Aspecto: Super Technirama 70, 2.21:1

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