Willow

Fantasía medieval producida por George Lucas (que también aportó a la misma el argumento original), en la que un enano (Warwick Davis), con la ayuda de un guerrero (Val Kilmer), debe salvar a una princesa recién nacida que, de acuerdo con una antigua profecía, está destinada a acabar con el reinado de la malvada hechicera Bavmorda (Jean Marsh). Para ello emprenderán un viaje en el que se enfrentarán a todo tipo de seres y peligros. Es curioso que Lucas encargase la realización de la película a un director tan poco imaginativo como Howard, quien sin embargo consigue salvar la papeleta a base de oficio, consiguiendo un equilibrio más que aceptable entre una cinta apta para el público infantil y que al mismo interese al público adulto, aunque la propuesta –sin ser un fracaso- tampoco obtuvo el éxito esperado y dio al traste con la posibilidad de iniciar una nueva franquicia.

Rodada principalmente en localizaciones inglesas, galesas y neozelandesas (adelantándose así a Peter Jackson en su explotación de los paisajes de ese país), el director de fotografía no fue el habitual de Ron Howard por aquélla época (el estupendo Don Peterman), sino el británico Adrian Biddle [BSC], quien tras iniciar su carrera como primer operador en el mundo publicitario de la mano de Ridley Scott & Associates, había rodado su primera película (“Aliens”) dos años antes y venía de asumir el mismo rol en otra producción de características similares a “Willow”, “The Princess Bride”. Posteriormente, Biddle –cuya carrera fue breve debido a su prematuro fallecimiento- se labraría una reputación como un operador especialista en estéticas muy elaboradas y cine puramente comercial, como “Judge Dredd”, “Event Horizon”, “The Mummy” o su secuela, además de sus dos trabajos para Ridley Scott, “Thelma & Louise”, por la que fue nominado al Oscar, y “1492”.

Estéticamente, afortunadamente, “Willow” todavía pertenece a la época en que tanto los efectos visuales (muy abundantes, a cargo de ILM) como los escenarios aún se trataban a la vieja usanza, de modo que la obra tiene una apariencia artesanal que la emparenta más con “Dragonslayer” (Derek Vanlint), “Excalibur” y “Legend” (Alex Thomson) que con la trilogía de “The Lord of the Rings”. Rodada en formato panorámico anamórfico, casi todos los exteriores de la película hacen uso de cielos nublados o encapotados, de modo que la apariencia es grisácea, sin que los colores sean particularmente llamativos. Aunque lógicamente la utiliza de cuando en cuando, en la mayoría de estas escenas Biddle prescinde de la iluminación artificial, de modo que bien haciendo uso de la luz disponible o bien modelándola según sus necesidades, el operador consigue que la película tenga una apariencia natural en casi todo momento y, aunque rara vez es vistosa más allá de sus paisajes o localizaciones, la imagen traslada bastante bien a la pantalla el mundo imaginario en el que viven los personajes.

Los interiores son precisamente el elemento que más empareja a “Willow” con “Dragonslayer”, quizá no casualmente, puesto que Biddle fue colaborador de Vanlint al menos en una ocasión: “Alien”, en la que ejerció de primer ayudante de cámara. Como en aquélla, “Willow” hace uso extensivo del humo en estas secuencias, así como de haces de luz y antorchas para iluminar las secuencias. El aspecto nunca es especialmente oscuro o contrastado, pero el esfuerzo por lograr un aspecto interesante es más que evidente, además que separa muy bien las escenas en que aparecen los héroes de las que tienen como personajes principales a la Reina y sus secuaces.

Por todo ello, “Willow” presenta una imagen bastante buena y pese a que no es una película especialmente inspirada en ningún aspecto (ni su fotografía, ni los diseños de Allan Cameron o la realización de Howard), lo cierto es que el paso del tiempo ha jugado a su favor, pues su aspecto artesanal hace mucho más cercano y creíble el mundo imaginario que plantea, sin necesidad de recurrir a artificios digitales que muchas veces distancian al espectador.

Título en España: Willow
Año de Producción: 1988
Director: Ron Howard
Director de Fotografía: Adrian Biddle, BSC
Ópticas: C-Series de Panavision y Super Panazoom Cooke
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision), 2.4:1
Otros: Efectos visuales rodados en VistaVision.

Vista en HDTV

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