Triangle of Sadness

La ganadora de la Palma de Oro del Festival de Cannes de 2022, “Triangle of Sadness” es una ácida sátira que tiene como protagonistas a un par de jóvenes modelos (Harris Dickinson y Charlbi Dean) que consiguen de manera gratuita a un crucero de lujo gracias a que la chica es una famosa “influencer”. Una vez en el barco, la división social es muy clara, entre los pasajeros, los tripulantes que interactúan con los pasajeros y una tercera clase, la que está en la última cubierta del buque. Pero todo se dará la vuelta cuando una serie de acontecimientos hagan que el viaje no salga tan bien como debería. El sueco Ruben Östlund (“The Square”) es el encargado de llevar hasta la pantalla esta visión marxista de un crucero y de la lucha de clases que convive en el mismo, cuyo resultado es una película muy accesible y entretenida, pero que siempre deja un poso de cálculo efectista en cada uno de sus movimientos y giros de guión y muy poco pie a la naturalidad, a fin de que el mensaje llegue alto y claro, aunque no por ello continúe resultando una película disfrutable. Además de su éxito en Cannes, “Triangle of Sadness” también ha conseguido tres nominaciones a los Oscar, en tres de las categorías más importantes: mejor película, director y guión, las dos últimas para el propio Ruben Östlund.

El director de fotografía es el compatriota del director Fredrik Wenzel [FSF], cuya carrera parece por el momento -al menos en cine- ligada principalmente al propio realizador Ruben Östlund, ya que las películas más importantes de las que se ha hecho cargo hasta la fecha son precisamente las del director: “Turist” (2014) y la citada “The Square” (2017). No se hizo cargo aún del primer film de Östlund, “Play” (2011).

“Triangle of Sadness” está dividida en tres partes muy bien diferenciadas: la primera de ellas es la que tiene como claros protagonistas a los dos jóvenes modelos, con una serie de escenas urbanas tanto en interiores como exteriores nocturnos. En las mismas, Wenzel ejecuta un trabajo moderno y en el que, curiosamente, no realiza demasiadas concesiones a fin de mejorar el aspecto de los intérpretes: ilumina mucho y bastante bien los espacios, dejando que los actores se muevan por los mismos, de tal manera que a veces la luz les favorece y otras, simplemente, resulta realista, aunque la malograda Dean (falleció en el verano de 2022) y Dickinson resulten fotogénicos prácticamente en cualquier situación. En estas escenas hay una claro uso de la iluminación integrada, que también se extiende a las escenas que tienen lugar en el interior del crucero, que además contó con “set extensions” a través de cromas en la ventanas, para simular la navegación del buque por el mar. Estas escenas también lucen muy bien, con bonitos haces de luz solar entrando por dichas ventanas, mezcladas con luz suave, lo que resulta muy moderno. Quizá incluso mejor sea la recreación, en la que los VFX de las ventanas cobran vital impotancia, de la secuencia de la tormenta, que realmente llega a marear al espectador, al tiempo que una sinfonía de vómitos y diarreas se apodera de los pasajeros del buque.

La última sección, junto con las escenas en cubierta del barco, es la más naturalista porque tiene lugar en una isla, aunque estas escenas parecen rodadas de manera bastante directa y sin complicaciones. Hay varias escenas nocturnas con fuegos que están bien resultas, gracias a que Ruben Östlund también va a favor de obra y deja la cámara quieta en estos instantes, a fin de que Wenzel pueda ocultar sus luces y crear un efecto convincente. En palabras de los cineastas, dichas escenas nocturnas, junto quizá alguna otra anterior en la proyección, son las que hicieron que los cineastas renunciaran al formato panorámico anamórfico que llegaron a considerar, aunque curiosamente, en lugar de emplearlo, terminaron prácticamente en el extremo opuesto, al rodar principalmente con la Arri Alexa Mini LF y los Zeiss Supreme Primes, una combinación esférica muy nítida y con una imagen de alta perfección, aunque quizá ni tan perfecta ni tan nítida como los Arri Signature Primes, que puede que estén un punto por encima en ambos apartados. Este cristal, que es bastante invisible en el sentido de que no aporta personalidad, funciona bastante bien en cualquier caso con el aproximamiento moderno y la luz -muchas veces cálida y agradable- que propone Fredri Wenzel, que además usó la Red Gemini para una secuencia con bajos niveles de luz y la Red Helium para una infrarroja que no parece estar en el montaje final.

Por consiguiente, “Triangle of Sadness” es una película que ofrece una estética muy adecuada, está bien rodada tanto por Ruben Östlund como por Fredrik Wenzel -no ya por la muy notable escena de la tormenta, sino que el resto del film es sobrio y conciso en su propuesta, pues va al grano sin florituras- e incluso tiene algo curioso en el cine moderno y es que apenas apuesta por los primeros planos durante gran parte de la proyección: por supuesto que hay muchas tomas de los personajes aislados pero son planos medios, que no llenan o rellenan la pantalla, siendo también muy frecuentes las composiciones que ubican a varios personajes en el fotograma, algo que le sienta muy bien a la película pues, aunque Dean y Dickinson son los personajes principales, no deja de ser una película coral.


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Título en España: El Triángulo de la Tristeza
Año de Producción: 2022
Director: Ruben Östlund
Director de Fotografía: Fredrik Wenzel, FSF
Ópticas: Zeiss Supreme Primes
Formato y Relación de Aspecto: Arri Alexa Mini LF + Red Gemini + Red Helium, 2.4:1

Vista en DCP

© Ignacio Aguilar, 2023.