All Quiet on the Western Front / Im Westen Nichts Neues

Nueva adaptación cinematográfica de la novela clásica de Erich Maria Remarque, ambientada como siempre en las trincheras durante la Primera Guerra Mundial, siguiendo a un grupo de soldados alemanes que, tras alistarse en el ejército con ilusión y patriotismo, rápidamente descubren el infierno de la guerra mientras simplemente tratan de sobrevivir día a día. Esta nueva versión, dirigida por el alemán Edward Berger, cuenta con producción de Netflix y parece ser que es una de las producciones germanas de mayor presupuesto de la historia. Se trata sin duda de una película muy estimable, aunque quizá demasiado episódica en su primera mitad, en la que sin duda destacan poderosamente sus escenas bélicas, aunque la sombra de películas como «1917» (Sam Mendes, 2019), «Idi i Smotri/Come and See» (Elem Klimov, 1985) o incluso el clásico de Stanley Kubrick «Paths of Glory» (1957) es muy alargada y pesa mucho durante su metraje, a pesar de lo cual la nueva versión aguanta muy bien la comparación con su predecesora, la oscarizada «All Quiet on the Western Front» (Lewis Milestone, 1930), también a nivel de la Academia de Hollywood, pues esta versión ha obtenido nueve candidaturas a sus premios. 

El director de fotografía es el británico James Friend [ASC, BSC], quien hasta la fecha ha desarrollado su carrera en televisión (este, de hecho, es su primer largometraje de importancia). Según cuenta él mismo en «American Cinematographer«, conoció al director Edward Berger precisamente rodando la serie «Patrick Melrose», congeniaron de manera inmediata y, posteriormente, volvieron a coincidir en «Your Honor», lo cual hizo que cuando surgió el proyecto de volver a adaptar la novela de Remarque para cine -con Berger reescribiendo un guión previo que, por lo visto, en un momento iba a haber sido dirigido por Roger Donaldson- el realizador alemán convocase a James Friend, a pesar que éste asegura que no habla una palabra de alemán, lengua en la que está rodada la película, si bien su rodaje en República Checa fue principalmente en inglés.

Tras rodar múltiples pruebas, James Friend decidió rodar la película principalmente con dos sistemas de cámaras de ARRI: la Arri Alexa 65, con el juego de lentes Prime 65, así como la Alexa Mini LF, generalmente con las lentes Arri Prime DNA, pero también a veces con el juego personal de James Friend, unas Blackwing Tribe7 (T-Tuned), complementadas por un moderno Zeiss CP.3 21mm tuneado por ARRI para equiparar su rendimiento al de lentes más antiguas. Friend comenta que la Alexa 65 no solo se empleó para grandes planos en exteriores, sino que también, algunas de las escenas más íntimas también se rodaron en la cámara de gran formato de Arri, mientras que la Alexa Mini LF se habría empleado en casi todas las escenas bélicas con el estabilizador Stabileye desarrollado para el rodaje de «1917». Para las escenas nocturnas, los cineastas habrían recurrido a la Sony Venice (el primer modelo) por su ISO Dual, a fin de poder rodar con niveles de luz más bajos dichas escenas (2500 ASA), además con el módulo Rialto para obtener una mayor flexibilidad. Y para completar el póker de cámaras, en los planos destinados a efectos visuales, Friend utilizó su propia cámara RED. En cualquier caso, «All Quiet on the Western Front» es una buena muestra de que lo que importa realmente no es ni las cámaras ni las lentes, sino la forma de contar, de rodar y de iluminar una historia, que es lo que marca las diferencias.

Porque una de las principales decisiones de los cineastas fue la de rodar la película casi siempre con una única cámara. Si bien es posible que en situaciones como el rodaje de batallas, escenas de acción bélica, etc. la tentación de introducir una segunda, tercera o cuarta cámara puede ser enorme en producciones de alto presupuesto, lo cierto es que en este caso, los cineastas principalmente recurren a una sola cámara, lo que repercute en que todo está coreografiado para esta y, por consiguiente, está captado de manera óptima, en contraposición al concepto de coreografiar las acciones y dejar de varios operadores de cámara capten de manera simultánea las acciones de los personajes. Ese aproximamiento de una única cámara no solo hace que los movimientos de seguimiento en el campo de batalla o en las trincheras sean muy vistosos (suponemos que es ahí donde existe en apariencia una mezcla de Steadicam, grúas con cabeza caliente, así como el citado Stabileye), con bellos movimientos a toda velocidad que recogen a los personajes atacando, retrocediendo, huyendo, etc. en la tierra de nadie, sino que también, la película tiene un rigor compositivo y una puesta en escena que ciertamente, luce elaborada, con encuadres y composiciones sugerentes y elegantes. Todo lo que transcurre en el campo de batalla es lo mejor del film (fue rodado en una zona creada ad hoc entre dos pistas de aviación en la República Checa), tanto por la cámara, tanto por el clima que crea James Friend con su mezcla de luz natural, control de la misma, humo y rodaje (en un eje este-oeste) generalmente a contraluz y bajo cielos grises y nublados. Por ello, los resultados, bajo una apariencia naturalista o realista, son ciertamente sofisticados y, probablemente, más estéticos y atmosféricos que acordes a una situación real de luz disponible.

Para las escenas exteriores nocturnas, James Friend, empleando tecnología LED, parece ser que ordenó montar en una grúa gigantesca decenas de SkyPanels a fin de crear un aspecto azulado a contraluz, lo que hace que el film posea un aspecto muy clásico, al recoger la tradición cinematográfica de emplear dicho color para sugerir ambientes nocturnos. Pero a veces, los mismos están mezclados con luces procedentes de fuegos, antorchas, zonas en llamas, etc. que producen mezclas de temperaturas de color muy bonitas, siguiendo más bien la línea de Roger Deakins en «1917«, que como «All Quiet on the Western Front», era también una película muy contrastada. Pero a diferencia de la película de Sam Mendes, en el presente título la iluminación cinematográfica siempre es más evidente (quizá, porque para emplear la Alexa 65 y la Mini LF con las lentes Prime DNA hace falta utilizar niveles más altos que con los Signature Prime de «1917»), ya que en el título de Roger Deakins, entre la pericia del director de fotografía británico y los elaborados VFX (entre otras cosas, para borrar los aparatos de luz y sustituirlos por fuegos digitales), las fuentes de luz dan una impresión de iluminar todavía más. Aun así, aquí por ejemplo los fuegos y su imitación, se «sienten» muy intensos en pantalla, y muy ricos, con valores de contraste que, como indicábamos, son muy altos. Quizá, curiosamente, lo menos interesante sean los interiores diurnos, con una luz muy sobreexpuesta, aunque también suave, que es posible que sea demasiado agresiva e intensa para lo que se propone (como es evidente por ejemplo en las escenas con Daniel Brühl).


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Sin embargo, los resultados globales -de la mano del diseño de producción y de vestuario- son muy buenos, muy vistosos y muy interesantes, incluso con algunos momentos y primeros planos (aparentemente, rodados con la Alexa 65) que aíslan a los personajes y crean efectos únicos con una profundidad de campo mínima, típica de la fotografía de gran formato (atención al respecto al momento en el que el protagonista lee en voz alta la carta su compañero). Y sobre todo, «All Quiet on the Western Front» tiene un uso del color muy bonito y muy bien hecho: aunque, por supuesto, comparte con títulos bélicos la típica paleta fría y grisácea para sus exteriores en el campo de batalla, hay mucha sutileza en el color, muchas gradaciones dentro de la paleta restringida que posee la película, con tonos de piel y de color que siempre están perfectamente representados. Ello se debe también a que, aunque raramente se mencione, el trabajo de etalonaje, imprescindible en cámaras digitales, también está muy conseguido y pone de manifiesto el esfuerzo, el trabajo y el talento que hay detrás de unas imágenes que, con el ligero texturizado o grano aplicado en post-producción y la citada mezcla de cámaras y lentes empleadas durante el rodaje, ni siquiera llama la atención por una apariencia digital (excesiva nitidez, limpieza, etc.) que siempre suele ser nociva para el cine histórico por suponer un lienzo demasiado moderno para retratar épocas pasadas. Quizá el punto más flojo de la proyección sean algunos de los efectos visuales digitales, aunque de manera aislada, si bien momentos como el del hombre ardiendo o algunos planos generales no están a la gran altura del resto del film.

Título en España: Sin Novedad en el Frente
Año de Producción: 2022
Director: Edward Berger
Director de Fotografía: James Friend, ASC, BSC
Ópticas: Prime 65, Prime DNA, Blackwing Tribe7, Zeiss CP.3
Formato y Relación de Aspecto: Arri Alexa 65 (ArriRaw 6.5K), Arri Alexa Mini LF (ArriRaw 4.5K), Sony Venice (RAW 6K), Red Weapon Dragon (Redcode RAW, 6K), 2.4:1
Premios: Oscar a la mejor fotografía (nom), BAFTA (nom), British Society of Cinematographers (nom)

Vista en HDTV

© Ignacio Aguilar, 2023.