Talk to Me

Impactante debut cinematográfico de los hermanos Danny Philippou y Michael Philippou, que siguiendo el esquema del tradicional relato “la pata de mono”, cuenta la historia de un grupo de jóvenes que, en sus fiestas, realizan una serie de contactos con el más allá, a través de una mano embalsamada que atrae a los espíritus. Mia (Sophie Wilde) es una de esas jóvenes y ha perdido recientemente a su madre, mientras que en el grupo también hay dos hermanos, Jade (Alexandra Jensen) y el joven Riley (Joe Bird). Y en una sesión, en casa de estos últimos, aprovechando la ausencia de la madre (Miranda Otto), las cosas dejan de ser divertidas. El argumento de “Talk to Me” quizá no sea demasiado original, pero los hermanos Philippou, contando con un grupo de actores muy entregados a la causa, consiguen una interesante película con escenas de mucha intensidad, e imágenes bastante inquietantes, captadas en cámara, con efectos de maquillaje tradicionales. E incluso el uso del estruendoso sonido es muy bueno, acompañando a un buen número de “jump-scares” para hacer las delicias de los aficionados al género.

Rodada y ambientada en Australia, el director de fotografía es Aaron McLisky [ACS], conocido sobre todo por su trabajo en la segunda película del actor Russell Crowe detrás de las cámaras, “Poker Face” (2022). Además, en su todavía incipiente carrera, ha rodado varias temporadas para series de televisión y muchos cortometrajes. El éxito de este film, distribuido en Estados Unidos por A24, le augura un buen futuro, aunque aún no está confirmado que sea también el encargado de rodar la secuela (ya anunciada) y titulada provisionalmente “Talk 2 Me”.

La imagen de “Talk To Me” responde a la perfección a lo que son las nuevas tendencias de rodaje, así como a la tradición del cine de género. Rodada con la cámara Arri Alexa Mini LF y las lentes Zeiss Supreme, la imagen es moderna en cuanto a su textura, nítida y muy definida, pero sin resultar en apariencia tan agresiva como la combinación de la misma cámara y otras lentes modernas. Es cierto que McLisky rueda casi todo el film, que está ambientado casi totalmente por la noche, a aperturas de diafragma muy grandes (seguramente entre el T1.5 de la apertura máxima de los Supreme, o T2 como mucho), lo que posiblemente suavice un poco la nitidez de estos Zeiss y, desde luego hace que, rodando en Full Frame, la profundidad de campo sea muy escasa, de forma consciente. Y por supuesto, la posibilidad de rodar con una Alexa con lentes tan luminosas seguramente hizo que los niveles de luz empleados por McLisky fueran ridículos en muchas circunstancias. Es, en todo caso, un film bastante medido en su puesta en escena, que resulta más inquietante por su desarrollo que por su puesta en escena. Más allá del plano secuencia inicial, o de los planos de “posesión” en que la cámara gira 90 grados rápidamente, no hay grandes alardes en “Talk to Me”, que aún así, es una película que aprovecha muy bien sus recursos.

Estéticamente, la luz de Aaron McLisky es adecuada, pero en su moderna concepción quizá adolezca de algunos defectos que, en todo caso, son menores, porque cumple con su función con creces. Generalmente, como puede rodar con tan poca luz, McLisky sitúa unas cuantas luces cálidas integradas en sus localizaciones, pero deja que lo que realmente exponga sus escenas sean fuentes grandes, cenitales y más neutras en cuanto al color, ubicadas sobre sus actores, que emiten luz suave sobre los mismos sin que el director de fotografía deje que la luz llegue a las paredes del “set”. Este tipo de planteamiento, que casi siempre funciona, hace que el aspecto sea bueno, pero no demasiado interesante, quizá porque está muy visto. A través de las ventanas, en este tipo de escenas, o en escenas en las que las luces están apagadas, lo que hace McLisky es proyectar en el exterior (y a veces, desde el exterior al interior) luces azuladas, pero de un tono más bien cián o verdoso, para generar ambientes nocturnos, que a veces están completamentados, de manera obvia, por luces en los interiores para rellenar donde a los cineastas les interesa que se vea más. En algunos exteriores, McLisky se basa en la luz de sodio de las localizaciones, o en fuentes tipo fluorescente, y lo que hace es complementarlas, adaptándose a la situación, ya que, cuando menos, los fondos siempre están sin tratar y las luces son las existentes realmente en las localizaciones.

Los resultados, por consiguiente, son más que correctos como decíamos, e incluso con su juego de diferentes temperaturas de color, o colores procedentes de diferentes fuentes de luz, resultan modernos. Pero quizá, fruto de rodar con niveles de luz tan bajos como posibilita esta combinación de cámara y lentes, existe poca separación en las imágenes, algo a lo que la escasísima profundidad de campo de muchas secuencias no colabora demasiado. Ello hace que el aspecto a veces resulte plano, pero no porque el contraste o el uso del color lo propicien, sino porque se echa en falta algo de la tridimensionalidad que puede obtenerse con una iluminación que trabaje los diferentes términos por separado. Aún así, los efectos de maquillaje están bien tratados, así como los diferentes “jump-scares” o incluso las visiones del personaje de Mia, incluyendo la que tiene cuando visita al personaje de Riley en el hospital, en un conjunto que, en general se percibe que está bien trabajado por los cineastas, siempre con el propósito de obtener el máximo impacto en cada escena, algo que consiguen sobradamente.


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Título en España: Háblame
Año de Producción: 2022
Director: Danny & Michael Philippou
Director de Fotografía: Aaron McLisky, ACS
Ópticas: Zeiss Supreme
Formato y Relación de Aspecto: Arri Alexa Mini LF, 2.4:1

Vista en Blu-ray 4K HDR

© Ignacio Aguilar, 2024.