The Thin Red Line
Emblemática segunda adaptación de la novela de James Jones, llevada a la pantalla de manera muy libre por el realizador Terrence Malick, que en su tercer film, después de “Badlands” (1973) y “Days of Heaven” (1978), retornaba a la gran pantalla tras veinte años de ausencia. El film, ambientado en la Segunda Guerra Mundial, narra el enfrentamiento que se produce entre soldados norteamericanos y japoneses en una isla durante la batalla de Guadalcanal, clave para el desarrollo de la contienda en el Océano Pacífico. Pero Malick, en lugar de llevar a cabo una película bélica al uso, realiza un film muy inusual en el que lo importante es la mirada interior de los soldados que participan en el conflicto, sus miedos, tormentos e incluso cierto discurso del director sobre la la guerra y cómo los humanos, al llevar a cabo ésta, destruyen la naturaleza, identificada con la pureza de los nativos de las islas, completamente ajenos al conflicto que se desarrolla ante sus ojos. Los resultados son absolutamente deslumbrantes, poéticos y bellos además de atípicos, de modo que “The Thin Red Line” supuso un retorno triunfal del cineasta y anticipo de grandes obras como “The New World” (2006) y “The Tree of Life” (2011), con la que Terrence Malick cerró la mejor parte de su filmografía. James Caviezel, Sean Penn, Nick Nolte y Ben Chaplin encabezan un notable reparto en el que también tienen breves apariciones John Cusack, John Savage, Woody Harrelson, John C. Reilly, Miranda Otto, Adrien Brody, Thomas Jane, John Travolta y George Clooney, entre otros.
El director de fotografía fue el norteamericano John Toll [ASC], quien tenía ante sí la dificil tarea de continuar el legado de Néstor Almendros, quien obtuvo veinte años atrás el Oscar de fotografía por el anterior film del realizador, la citada “Days of Heaven”. En los años 90 Toll hizo una gran aparición como director de fotografía en el mundo del cine, ya que por su segunda y tercera película obtuvo sendos premios Oscar consecutivos: “Legends of the Fall” (1994) y “Braveheart” (1995) fueron dichos títulos. Y antes de encargarse de “The Thin Red Line”, venía de trabajar también en dos largometrajes con Francis Coppola, “Jack” (1996) y “The Rainmaker” (1997). Pero lo de John Toll no fue casualidad, ya que representaba la mejor tradición norteamericana de directores de fotografía que alcanzaron el puesto siendo primero ayudantes de cámara y posteriormente operadores de otros grandes directores de fotografía de los que aprendieron el oficio. En el caso de Toll, éstos fueron sobre todo John A. Alonzo, Allen Daviau y Jordan Cronenweth, tres referentes absolutos del cine de las dos décadas anteriores, a las que se sumaban colaboraciones en segundas unidades para operadores como Conrad Hall, Haskell Wexler o Mikael Salomon. Gracias a ello, Toll, que fue reacio a dar el salto a operador principal hasta los cuarenta años de edad, lo hizo tremendamente preparado y no solo llamó a la puerta del éxito sino que la rompió por completo.
Quizá la imagen que actualmente asociamos el cine de Terrence Malick (con mucha Steadicam, contraluces, luz disponible e imágenes con mucho interés estético) se la debamos a su conocida asociación con Emmanuel Lubezki, que dio comienzo con las citadas “The New World” y “The Tree of Life” y continuó con las menos exitosas “To The Wonder”, “Knight of Cups” y “Song to Song”, pero revisando de nuevo “The Thin Red Line” resulta evidente que ésta resulta ser el puente lógico entre el naturalismo relativamente simple de “Days of Heaven”, con el citado estilo que ahora se considera típico de Malick en su colaboración con Lubezki, pero que está presente de forma casi íntegra ya en “The Thin Red Line”. Al contrario que sus películas posteriores con la excepción de “The New World”, “The Thin Red Line” fue rodada, por vez primera en el director, en un extraordinariamente vistoso formato panorámico anamórfico. Combinado con una emulsión de 100 ASA, empleada según Toll en un 90% de la proyección, así como con las mejores ópticas anamórficas jamás fabricadas por Panavision (los Primo anamórficos), el resultado es o era en proyección el de una de las películas rodadas en 35mm con mejor calidad visual, con una fidelidad de color y tridimensionalidad que, en cierto modo, competían con la adquisición en 65mm. El negativo de “The Thin Red Line” está fenomanalmente bien expuesto por Toll, quien decía que únicamente recurrió a la emulsión de 500 ASA cuando, rodando la hora mágica, sus niveles de luz con la 100T eran inferiores a T2.8, o bien para los breves interiores del film. El resultado, como decíamos, era una película de un grano muy fino, rica en detalles, de lo mejor jamás rodado en este aspecto antes que los Digital Intermediates terminasen muy poco después con las copias por contacto y el proceso íntegramente fotoquímico.
Como no podía ser de otra manera teniendo en cuenta los gustos de un realizador como Terrence Malick, quien con junto a Nestor Almendros (y Haskell Wexler, que fue quien terminó el film) insistió mucho en que gran parte de “Days of Heaven” fuera rodada en la hora mágica, la imagen de “The Thin Red Line” es extraordinariamente natural y, con la excepción de los breves interiores al comienzo de la proyección, simula muy bien estar rodada simplemente con la luz disponible. Y lo cierto es que en un porcentaje altísimo lo está, confiando sobre todo en la maestría de Toll con la exposición, así como (por lo general) un rodaje a contraluz en el que, exponiendo para los rostros y dejando que los fondos queden sobreexpuestos, la continuidad de la luz es mucho mejor y la estética, más realista. También es cierto que en otros momentos (como por ejemplo esos diálogos entre dos personajes en el interior de tiendas de campaña) se aprecia que Toll controla dicha luz natural mediante relleno negativo y reflectores para generar contraste, pero además del contraluz, lo que proliferan aquí son múltiples escenas en las que los cineastas buscaron y encontraron el momento perfecto para rodar sus tomas con la mejor luz disponible, de modo que, además del talento de Toll en la exposición y de la predilección del director y director de fotografía por la luz natural, lo que hay en “The Thin Red Line” es un extraordinario uso y observación de cuándo ésta es más estética y más favorecedora para el rodaje cinematográfico. Combinada ésta con humo en algunas escenas del interior de la jungla, o vistosos planos de la naturaleza a veces captados por la segunda unidad, o bellas tomas debajo del agua y momentos improvisados con los nativos, el resultado es el de una fotografía que realmente aparenta ser tan sencilla como espectaculares son cualquiera de sus imágenes.
Pero es que si la conjunción de luz natural o su recreación, más las emulsiones de 100 ASA y los Primo Anamórficos no fuera suficiente, “The Thin Red Line” es todo un derroche de talento en la puesta en escena que, precisamente, quizá es donde se aprecia la diferencia entre los títulos fotografiados por Emmanuel Lubezki y el presente. Y no es que los del mexicano sean inferiores en la puesta en escena, sino que “The Thin Red Line” muestra un nivel de planificación mucho mayor que aquéllos, más basados en rodajes largos e improvisaciones que el despliegue de medios aquí presente en búsqueda de coreografiar complicadas acciones que en esta ocasión, con múltiples actores en pantalla representando batallas y con múltiples efectos especiales mecánicos, forzosamente debían ser más precisas. Así pues, además de un glorioso uso de la grúa Akela en las escenas de la toma de la colina, o de una de las mejores operaciones de Steadicam jamás vistas (aunque para ello tuvieran que sustituir los pesados Primo por la más compacta Serie C), en “The Thin Red Line” también hay múltiples planos fijos o al hombro pero que muestran un nivel de composición elevadísimo, con los personajes perfectamente repartidos por el encuadre panorámico para crear profundidad o balance, algo que no está presente en la obra posterior del realizador y que con el “background” de Toll como operador de Alonzo, Daviau o Cronenweth, no es en absoluto descartable que quepa achacárselo como importante contribución al film. Y, como decíamos, eso acompañando a numerosas escenas planteadas con la Steadicam absolutamente libre en mitad del caos de la guerra, con un movimiento fluido pero preciso y trabajado, para “mal” o seguramente para “bien” mucho menos improvisado que con Lubezki.
Los resultados son absolutamente gloriosos, incluso mágicos, desde el primer fotograma hasta el último, superando ampliamente no solo a “Legends of the Fall” y “Braveheart”, los trabajos por los que John Toll acababa de ganar sus Oscar, sino que probablemente mejoren a los de Almendros y Wexler en “Days of Heaven” y a los posteriores y quizá, más conocidos, de Terrence Malick con Emmanuel Lubezki, que en cierto modo terminaron cayendo algo en la caricatura con un estilo tan improvisado en el que la chispa fue apagándose poco a poco (a pesar que este tipo de cineastas es imposible que entreguen imágenes que no sean de calidad). Y como decíamos, “The Thin Red Line” no tiene solo un uso superlativo de la luz natural, emulando perfectamente a los mejores títulos de la historia del cine, sino que la cámara de Malick y cómo se mueve entre el caos de la batalla y la mente de sus personajes es lo que más le hace destacar. Curiosamente, aunque los compañeros de Toll en la American Society of Cinematographers (ASC) le entregaron el premio a la mejor fotografía del año, aquélla temporada le tocó a Toll competir con otro film bélico como “Saving Private Ryan” (Steven Spielberg, 1998), siendo Janusz Kaminski, en una fotografía que también cuenta con un prodigioso aunque completamente diferente tratamiento de luz, cámara y negativo, la que obtuvo la estatuilla dorada.
Título en España: La Delgada Línea Roja
Año de Producción: 1998
Director: Terrence Malick
Director de Fotografía: John Toll, ASC
Ópticas: Panavision Primo Anamorphic, C-Series
Emulsión: Kodak 5248 (100T) & 5279 (500T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision), 2.4:1
Otros: fotografía de segunda unidad de Gary Capo, ASC
Premios: Oscar a la mejor fotografía (nom), American Society of Cinematographers, British Society of Cinematographers (nom)
Vista en 35mm & Blu-ray